El avance de Cristina 2021, el mayor temor del establishment local
A finales del año pasado, Alberto Fernández mantuvo una cumbre con un reducido grupo de poderosos empresarios ante quienes prometió que el Gobierno iba a retomar la iniciativa política y volver a la agenda de crecimiento durante el 2021.
De esas promesas fueron testigos influyentes industriales como Miguel Acevedo, Roberto Urquía, Luis Betnaza y Javier Madanes Quintanilla quienes habían llegado a la Quinta de Olivos alertando sobre la ausencia de un programa económico y la pérdida de la iniciativa política que quedó en manos de quienes admiran a Cristina Kirchner.
Por ese entonces, los hombres de negocios hablaban de una "tormenta perfecta" que había sido formada precisamente por la carencia de políticas albertistas; el avance del cristinismo en la economía; las medidas anti-empresas tomadas en los últimos meses, últimamente representadas por el nuevo conflicto con el campo y las amenazas de incrementar las retenciones para bajar los precios de los alimentos.
En ese momento, el malestar de los capitanes de la industria era evidente, a pesar de las garantías que el propio Presidente intentó dar para frenar esa sensación y ofrecer un clima de estabilidad que contrasta con el cada vez más evidente éxodo de compañías multinacionales de la Argentina, con los casos de Falabella y Ford como los, por ahora, últimos exponentes de esta complicada realidad.
La cadena de tiendas departamentales chilena ya avisó que cierra todos sus locales en el interior mientras que la automotriz norteamericana hará lo mismo con su red de concesionarias, decisiones que, para los hombres de negocios evidencian que se profundiza la inestable situación económica y que se sigue deteriorando la credibilidad de la Casa Rosada.
Por eso, y más allá de que las preocupaciones por el dólar, la inflación; las paritarias y el congelamiento de los precios también serán protagonistas de la reunión, este miércoles los empresarios invitados a la cumbre con el gabinete económico que preside Santiago Cafiero perciben que la mayor preocupación de este año de elecciones será la postura que el Gobierno adoptará ante el creciente avance de las anacrónicas ideas de la vicepresidenta para "domar" la economía.
En las usinas de pensamiento industrial como la UIA; AEA o la CAC, entre otras, existe la sensación de que CFK continuará intentando imponer medidas económicas que profundizarán el clima "anti-empresario" que ya se dio el año pasado a partir de medidas como el impuesto a la riqueza; las retenciones al agro y la extensión del congelamiento de tarifas hasta marzo próximo, entre otras.
Aseguran que las últimas declaraciones de Alberto Parrilli, casualmente un día antes de la reunión con el campo y dos del encuentro con los empresarios, es una clara señal de lo que quiere Cristina que el Gobierno haga en las relaciones con el empresariado.
En esas declaraciones, uno de los políticos más cercanos a la vicepresidenta dio una mano al malestar con CFK, al acusar a los hombres del campo de "llenarse los bolsillos de plata, fugar divisas y llevárselas afuera". Frase que también han usado otros referentes cristinistas para defender medidas anti empresas aplicadas en plena pandemia del Covid-19.
Los empresarios también coinciden en que las principales variantes de la economía son controladas por el propio Estado nacional: el dólar, planchado de manera artificial por las autoridades; los precios y las tarifas, también congelados por medidas del Gobierno. Y las tasas de interés, reguladas por decisiones que parten casi a diario desde el Banco Central.
¿Crecerá el éxodo de empresas?
Los ejecutivos advierten que, de continuar estas posturas, la fuga de empresas será más amplia, a pesar de que en los últimos días el Ministerio de Desarrollo Productivo que conduce por ahora Matías Kulfas publicó una lista con inversiones de empresas en los últimos seis meses.
No creen que las amenazas oficiales de aplicar más medidas restrictivas, como la de las retenciones, favorezcan el acercamiento que el Gobierno pretende con el mundo corporativo local para sumarlos, por las buenas, al proceso de desaceleración de la inflación, proyectada por el sector privado en torno al 50% para este año.
Reconocen los esfuerzos que en este sentido viene haciendo el ministro de Economía, Martin Guzmán, para encontrar un sendero efectivo para achicar la brecha inflacionaria "de manera consistente".
Pero aseguran que el funcionario está más enfocado en las negociaciones con el FMI para llegar a un acuerdo por la deuda antes de mayo próximo que en alinear las expectativas inflacionarias con las posturas de los hombres de negocios.
Por eso, sospechan que Cristina Kirchner continuará imponiendo ideas dentro del gabinete económico para mantener "aplastado" el dólar en sus diferentes variantes; no permitir el reacomodamiento de las tarifas, que están congeladas hasta marzo próximo y re lanzar los programas de contención de los precios de los alimentos.
Estiman que la vicepresidenta meterá la cuchara en el acuerdo de precios y salarios que el Gobierno anuncia como una de las principales herramientas para alinear "los planetas" de la economía.
Los más de 30 CEOs de compañías alimenticias; productoras de insumos industriales, textiles; automotrices; laboratorios; electrodomésticos y supermercados convocados para el encuentro de mañana jueves del gabinete económico irán con esas sospechas a la cumbre.
Si bien no las expondrán oficialmente ante los ministros que van a participar del cónclave, saben que sus posturas para generar acuerdos que permitan hacer converger las variables de precios y salarios no serán tenidas en cuenta.
"El Gobierno tiene sus propias fórmulas para intentar lograr una recuperación del ingreso que impulse la reactivación de la economía", destacan ante iProfesional varios de los empresarios que fueron invitados a la reunión de este jueves.
Consideran que no habrá lugar para poder aplicar las fórmulas que los ejecutivos profesan como metodología de contención de la inflación y la suba de precios como una fuerte reducción de la presión fiscal y un Estado menos elefantiásico, entre otras.
También plantean desde el sector privado que para encorsetar la crisis y encarar un proceso de crecimiento con inversiones hacen falta mayores exportación, mejor relación con el agro e ingreso de nuevos capitales externos.
Los hombres de negocios piden además enterrar definitivamente el cepo para adoptar un esquema de libre cambio que se oriente a canalizar la moneda norteamericana para ciertas actividades como la compra y venta de inmuebles y el turismo.
Coinciden en que la actual situación económica hace necesaria la promoción de la inversión privada para ayudar a la reactivación de la economía. Estiman que la recesión, el elevado déficit fiscal, la errática política cambiaria, la imposibilidad de obtener nuevo financiamiento, a pesar de la renegociación de la deuda externa, merecen medidas diametralmente opuestas a la cada vez mayor intervención del Estado, que impide la recreación de un clima de inversión indispensable de cara a la Argentina de la post pandemia.
Tal como el Foro de Convergencia Empresaria lo describió: "La reducción de la pobreza y el desempleo dependen del crecimiento de la inversión privada, más cuando la sustentabilidad futura de Argentina está en juego".
Del igual modo piensan varios de los encumbrados ejecutivos que fueron convocados por el gabinete económico como Luis Pagani, de Arcor; Javier Madanes Quintanilla, de Aluar y los principales ejecutivos de Nestlé; Quilmes; Coca Cola; Molinos y Danone.
Es decir, los representantes de las mayores empresas alimenticias del país, consideradas por el Gobierno como formadoras de precios, por eso mismo convocadas para escuchar las medidas que en ese sector se aplicarán para lo que resta del año y que no serán diferentes a las aplicadas en el 2020.
El CEO del poderoso Grupo Techint, Paolo Rocca, también fue invitado a participar, pero no será de la partida por encontrarse en el exterior.
Una ausencia notable, si se tiene en cuenta el enfrentamiento que el empresario mantiene con el Gobierno desde que asumió el Frente de Todos y Alberto Fernández se sentó por primera vez en el sillón de Rivadavia.
En privado, Rocca ha criticado cada una de las medidas impuestas por las autoridades que tengan "olor" a Instituto Patria, la usina de pensamiento que nutre de propuestas a CFK.
Por caso, los ruidos que generó y sigue generando el llamado "impuesto a la riqueza" y la posibilidad de una nueva reforma tributaria que suba la carga fiscal para el sector corporativo. También, la convicción de que es necesario cerrar las fronteras a las importaciones sin importar el daño que se cauce en la producción y en las empresas privadas.