Pérdidas millonarias y caída en picada de las inversiones de las empresas de electricidad: ¿se vienen los cortes de luz?
Las dos mayores distribuidoras de electricidad del país acumulan pérdidas por $5348 millones en lo que va del 2020. Es decir, $594 millones por mes, o $20 millones cada 24 horas.
Los datos marcan el deterioro de los balances de Edesur y Edenor durante los primeros nueve meses del año, cifra que contrasta, y mucho, con las ganancias por $16.618 millones que ambas alcanzaron en el mismo lapso del 2019.
En el caso de la compañía propiedad del grupo italiano Enel lidera las pérdidas con $3509 millones contra el rojo de $1839 millones de la firma controlada por el empresario Marcelo Mindlin a través de su holding Pampa Energía.
Las cifras son elocuentes y evidencian la profunda crisis financiera que vienen sufriendo las dos distribuidoras durante este año, marcado por el congelamiento de las tarifas impuesto por el Gobierno.
De hecho, tanto en Edenor como en Edesur responsabilizan de estas fuertes pérdidas a la política tarifaria oficial, aunque también admiten que la situación de falta de adecuación de las facturas comenzó en el 2018, con el ex presidente Mauricio Macri.
En realidad, ambas vienen sufriendo situaciones complicadas no sólo a partir de medidas tomadas tanto por el actual gobierno de Alberto Fernández como por Macri, sino también por los 12 años de congelamiento de precios impuesto por el kirchnerismo durante las administraciones de Néstor y Cristina Kirchner.
Por eso, desde las dos distribuidoras advierten que el escenario adverso y el futuro de sus operaciones dependen claramente de las políticas que se adopten para salir de la situación actual por parte de las autoridades.
Desde Edenor califican como "fundamental" el restablecimiento del equilibrio de la ecuación económico-financiera y aseguran que "sólo con previsibilidad y cumplimiento del marco regulatorio podrán sostenerse los niveles de inversión y la mejora continua en la calidad del servicio".
Una postura similar muestra Nicola Melchiotti, country Manager de Enel Argentina, quien la semana pasada responsabilizó de las fuertes pérdidas de Edesur al cepo que se mantiene sobre las tarifas.
Lo hizo mediante una carta enviada a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, donde señalaba que el sector eléctrico se encuentra en una situación crítica y necesita con urgencia soluciones regulatorias que permitan sostener un servicio esencial en periodo de pandemia. "Sin tarifa, sin subsidio y sin reglas no se pueden hacer milagros".
Desde Edenor también acusan de sus problemas financieros al impacto del congelamiento tarifario, que mantiene sus ingresos y los de Edesur a valores de diciembre 2018, en un contexto adverso para las actividades de ambas la distribuidoras por los niveles récords de inflación evidenciados en el 2019 y durante los nueve meses de este año marcados por la profundización de la crisis económica producto del impacto que las medidas sanitarias para combatir la pandemia del Covid-19 en las actividades del sector energético local.
Alerta por cortes de luz
A partir de este contexto, no parece casual que las autoridades de la Secretaría de Energía de la Nación adviertan que durante el próximo verano se generalicen los cortes de suministro.
La predicción pertenece a Daniel Martinez, a cargo del organismo que funciona bajo la órbita del Ministerio de Economía y que viene analizando la viabilidad de descongelar las tarifas a partir de enero del año próximo pero con un protocolo que mantendría los valores subsidiados para los sectores de menores recursos y trasladaría todo el peso de la actualización por inflación al resto de la sociedad.
Hasta ahora, se trata de una posibilidad que se baraja en el seno del Gobierno pero que no ha sido consensuada con las distribuidoras que, en conjunto, brindan servicio a casi seis millones de clientes y cubren alrededor del 43% del total de usuarios del país.
Para, en parte, contradecir el discurso oficial sobre los supuestos cortes veraniegos, tanto en Edesur como en Edenor destacan las fuertes inversiones que vienen sosteniendo a pesar de sus balances en rojo con el objetivo de mantener la mejora en sus niveles de calidad de servicio junto con el uso eficiente de sus recursos.
"El ambicioso plan de inversiones ejecutado en los últimos años sigue mostrando resultados que se reflejan en una continua mejora en la calidad del servicio, al reducir la duración y frecuencia de los cortes desde 2014, y superar así los exigentes requerimientos regulatorios previstos en la última revisión tarifaria integral", detallan desde la distribuidora de Mindlin.
Agregan que la mejora en los indicadores ha sido reconocida por sus clientes ya que, según sostienen, el índice de satisfacción general con el servicio alcanza el 81,4%, "colocando a Edenor entre las empresas de mayor reconocimiento y líder entre las distribuidoras de energía".
De todos modos, el directorio de la compañía reconoce, en una carta enviada a la CNV, que en lo que va del año las inversiones alcanzaron los $7066 millones, lo que significa una reducción del 28% respecto del mismo período del año anterior. Los ejecutivos responsabilizan de esta baja a las restricciones impuestas en la realización de determinadas actividades por la situación de aislamiento en la que se encuentra el país desde el 20 de marzo pasado y que le impidieron concretar en su totalidad el "ambicioso" plan fijado por la sociedad.
Anticipan también que las futuras inversiones se verán condicionadas en caso de mantenerse el retraso en la actualización de los ingresos y la falta de previsibilidad a futuro como consecuencia del congelamiento tarifario.
En Edesur también destacan las inversiones por $6216 millones encaradas en lo que va del 2020 pero explican que la caída en el monto comparado con igual período de 2019 se debe a la menor caja disponible por el congelamiento tarifario y por limitaciones impuestas por DNUs durante la cuarentena.
"El monto destinado a mejorar el servicio en los últimos cuatro años (2016-2019), ha permitido la continua mejora en la reducción de la duración promedio de los cortes en un 26% respecto de 2019", señalan desde la distribuidora de Enel.
Pero no sólo las inversiones se vieron afectadas por la pandemia y el congelamiento. Los balances también reflejan fuertes caídas en los niveles de ingresos de las dos distribuidoras. En el caso de Edenor disminuyeron un 25% en términos reales a pesar del incremento en el volumen de energía vendida del 1,3%.
Para Edesur la caída de ingresos llegó al 26%, también por el cepo a las tarifas y por otras medidas tomadas por el Gobierno durante este período.
De hecho, su Ebitda, también se vio afectado por la imposibilidad de actualizar las tarifas acumulando en nueve meses apenas $68 millones. El de Edenor disminuyó un 92% en línea con el margen bruto, "reflejando la falta de actualización de los ingresos en un contexto de altos índices de inflación e incremento de los costos operativos, a pesar de los esfuerzos de la sociedad por ser más eficiente en el uso de los recursos", según consigna la compañía.