Con Vicentin bajo control del Estado: ¿se viene una "incursión" oficial en SanCor y Molino Cañuelas?
La decisión del Gobierno de fijar un interventor en Vicentin de cara a la eventual expropiación de la agroexportadora volvió a activar los interrogantes respecto del destino de otros gigantes de la alimentación atravesados por el descalabro operativo y económico. La pregunta inmediata comprende al funcionamiento y porvenir de Molino Cañuelas y SanCor, dos empresas que más allá de los movimientos articulados por sus cúpulas permanecen al borde del desastre financiero.
En ese tren, lo decidido para Vicentin encendió la atención de analistas del rubro que observan la situación de cada una de estas compañías y no ven como algo ilógico que, una vez estabilizado el funcionamiento de la empresa santafesina, el Estado se sume a la discusión respecto de qué hacer con estos actores clave en la producción de harinas y el procesamiento de leche. Por supuesto que esto último no necesariamente merece ser interpretado como una eventual réplica de lo fijado ahora para la agroexportadora.
El panorama de las firmas mencionadas presenta matices muy diferentes. En términos de dificultades financieras, el caso más grave corresponde a Molino Cañuelas, dueña de etiquetas reconocidas como los bizcochos 9 de Oro, los aceites Cañuelas y la harina Pureza. La firma, según pudo confirmar iProfesional, se mantiene al borde de la liquidación de activos a partir de un endeudamiento cercano a los 1.400 millones de dólares.
Consolidada en el segmento alimenticio como la mayor procesadora de trigo de la Argentina, Molino Cañuelas podría ceder hasta el 90 por ciento de su estructura a los bancos acreedores.
"Lo que evalúa la compañía es descomprimir la situación tras casi dos años de default. No tiene acceso a más financiamiento pero tiene un entramado de 21 plantas industriales que podría utilizar de manera económica para captar algo de aire", dijo a este medio un analista con llegada a la compañía.
Molino Cañuelas mantiene deudas con Banco Nación, Macro, HSBC, Provincia y Santander, además de incumplimientos con CMF, COMAFI, Hipotecario, BBVA, Ciudad y Galicia. Controlada por la familia Navilli, en torno a la firma señalan que prácticamente no existe la posibilidad de avanzar con acuerdos extrajudiciales.
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"Los acreedores quieren que los activos se liquiden. Del otro lado, Navilli trabaja con abogados para tratar de blindar los bienes de la empresa y después sentarse nuevamente a negociar", indicaron voces del sector.
Las sucesivas devaluaciones, sumadas a una baja en los números de comercialización, terminaron acentuando la crisis de una compañía que ya en 2018 debía más de 760 millones de dólares. No es la única empresa de Navilli en problemas: su controlada Compañía Argentina de Granos (CAG), dedicada al acopio de cereales y oleaginosas, también se ve aquejada por un endeudamiento multimillonario.
Según se detalla en la base de datos del Banco Central (BCRA), Molino Cañuelas tiene compromisos a saldar por más de 20.000 millones de pesos.
¿Es posible suponer una intervención del Estado como acaba de establecerse para Vicentin? "Si la compañía termina de cerrar su intento de acuerdo con los bancos, la acción del Gobierno no tendría mayor sentido. La cuestión será diferente si profundiza la indefinición. Estamos hablando del mayor productor de harina del país. No se lo puede dejar caer", comentó a este medio un experto que sigue de cerca el movimiento de la compañía.
SanCor, siempre complicada
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Tras un inicio de año marcado por la continuidad de la deuda con proveedores y una menor producción, SanCor transita esta etapa apelando a una estrategia basada en el achique permanente, las suspensiones de personal y el pago de sueldos en cuotas semanales.
Pese a que integra un segmento que desde el inicio de la cuarentena fue incluido entre las actividades esenciales, y que la compañía tomó la decisión de cumplir con el 75 por ciento de cada salario, la láctea redujo a la mitad el número de operarios en su centro de distribución en Acceso Norte y en el resto del país sólo mantiene en actividad a un grupo acotado de operarios.
Según pudo indagar iProfesional de fuentes gremiales, las instalaciones en el conurbano bonaerense apenas vienen funcionando al 10 por ciento de su capacidad. Y existe un bloque conformado por alrededor de 300 repositores que reciben pagos de salarios a cuentagotas.
En el ámbito de la lechería señalan que, desde aceleró su reestructuración en los últimos 3 años, SanCor recortó su dotación de personal de 5.000 operarios a un número actual que merodea los 1.600. Las voces consultadas por iProfesional aseguraron que de este último total, aproximadamente el 50 por ciento se encuentra activo hoy para el procesamiento de leche y la elaboración de quesos.
Previo a la irrupción del coronavirus, SanCor ya venía intensificando -otra vez- su desplome. Así, durante la segunda parte de febrero la láctea paralizó el trabajo en su planta de procesamiento de leche en San Guillermo, Santa Fe.
Las malas novedades no se detuvieron ahí: también en la primera parte del año desde la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste (Caprolecoba), voceros de la organización que nuclea a los productores de esa área de la provincia de Buenos Aires, aseguraron a este medio que la unión de cooperativas siguió adeudándoles pagos a productores cercanos a esa entidad.
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El negocio de la compañía, como consecuencia del mismo proceso de recortes y fuerte deuda acumulada con sus proveedores, también se redujo considerablemente: de los 4,2 millones de litros de leche diarios que la firma recibía para procesar hace menos de un lustro, pasó a un volumen por debajo de los 750.000 litros.
Sin embargo, según el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, SanCor sigue en el pelotón de las mayores productoras de leche del país.
¿Cuál es la posición del oficialismo respecto de este escenario? En declaraciones recientes, Mario Cafiero, titular del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), expresó: "Estamos trabajando para dar vuelta lo de SanCor, y que vuelva a ser lo que era, y estamos muy cerca de la solución. Hay una luz al final del túnel".
"El mercado necesita actores de la economía social porque es una de las formas de controlar los precios. El sector privado a veces colisiona, no solo se pone de acuerdo en cobrarle más caro al Estado, como pasó, se pone de acuerdo en cobrarle más caro a los privados. Es ahí donde entonces es muy importante que podamos recuperar SanCor para estabilizar y que no haya abusos en el precio de los lácteos".
Si bien en el segmento se cuidan de pronunciar la palabra expropiación, entre los trabajadores de la compañía reconocen que el inicio del martes fue con expectativa y nerviosismo en las plantas. Entre los operarios no faltan quienes interpretan lo dicho por Cafiero como un aviso de que el Gobierno sigue con atención qué ocurre con los números de la compañía y el estado de situación de su personal.
"Lo de Vicentin es muy reciente, sacudió a todo el mundo, pero ya se están relacionando los casos. Hay que ver si el Gobierno tiene espalda para tanto, claro", expresó una fuente de la láctea interpelada. "Tal como viene ocurriendo todo en SanCor, con dificultades que nunca dejan de empeorar, todo puede pasar", añadió.