"¿Para qué reabrimos?": casi no se venden propiedades y las inmobiliarias evalúan tomar una medida drástica
El derrumbe -histórico, por cierto- del 99,7 por ciento que evidenció la compraventa de propiedades en Capital Federal durante abril intensificó la angustia entre los actores del segmento inmobiliario, que ya dan por descontado que mayo concluirá con un resultado tan catastrófico como el del mes anterior. De hecho, los popes del rubro incluso pronostican que el derrumbe también alcanzará a junio.
Es en ese escenario que dentro de varias inmobiliarias ya se evalúa un cierre multiplicado, en la mayoría de los casos temporal, hasta tanto se flexibilice por completo la operatoria de los comercializadores y la actividad económica muestre cierta reactivación.
La imposibilidad de mostrar las propiedades, por protocolo vigente a partir de la irrupción del coronavirus en esta parte del mundo, sumado a la inactivad que exhibe el Registro de la Propiedad del Inmueble -que reabrió hace escasos días y luego volvió a paralizarse por la intensificación de la pandemia-, apagó rápidamente el entusiasmo de un sector que además recibió el mazazo de los números de abril.
En simultáneo, la devolución de locales comerciales se transformó ya en una tendencia sostenida incluso en casos en que los inquilinos se han visto exceptuados de abonar el alquiler por sugerencia de los mismos propietarios.
"Sesenta días cerrados es mucho para la resistencia de muchos comerciantes. Hoy el escenario se divide fuerte entre los que solicitaron no abonar el alquiler mientras dure la cuarentena y aquellos que dijeron, directamente, que no podían seguir y eligieron avanzar con la rescisión de los contratos. Son los propietarios los que más proponen alternativas para que los inquilinos no se vayan y ni siquiera eso modifica el apremio económico que sufren muchos locales", comentaba al respecto, ante la consulta de iProfesional, Diego Migliorisi, socio gerente de la inmobiliaria homónima.
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La combinación de variables negativas, sumado a una reapertura que las restricciones del Gobierno volvieron prácticamente un acto simbólico, son los aspectos que muchos comercializadores en la Ciudad están tomando en cuenta para discutir el sentido de continuar con las inmobiliarias abiertas en este contexto de nuevos alquileres y compraventa inexistentes. Y trabas oficiales que desarticulan la posibilidad de cerrar cualquier transferencia de inmuebles.
"La decisión de volver implica un costo de funcionamiento que hoy tenemos que cubrir con fondos propios. Apenas tenemos consultas y alguna que otra promesa de operaciones de compraventa que se podrían concretar a partir de julio. Honestamente, todo lo podríamos seguir manejando desde el teléfono. Abrir de esta forma, por todo el gasto que nos insume, no tiene sentido. Lo mejor será poner una pausa nuevamente", comentaron a iProfesional desde una comercializadora con más de un local en la Ciudad.
En diálogo con iProfesional, Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA), fue contundente respecto del estado de situación y expuso que, tal como está "habilitada" la actividad, aquellos comercializadores que siguen en pie comenzarán a quedar totalmente fuera del mercado en el transcurso de junio.
"Así como está permitida la actividad, mantener el local abierto no tiene ningún sentido. Sólo se permitió el reingreso para acceder a una determinada documentación, la cuestión administrativa, pero nada más. Hoy tener la inmobiliaria en funcionamiento de manera física implica un gasto que supera ampliamente a cualquier posibilidad de ingreso. Por más que se permitió la vuelta de unos 7.600 corredores en Capital Federal, que no se puedo mostrar las propiedades para la venta o el alquiler anula cualquier idea de actividad concreta para las inmobiliarias", señaló.
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Parálisis que no cambia
"Reabrir para sólo poder revisar los papeles no cambia las cosas en términos de parálisis. Estamos abiertos a adherir a todos los protocolos que se nos exijan, pero no tenemos señales de que el funcionamiento del sector de vaya a liberar por completo en el corto plazo. Las inmobiliarias con varias oficinas son las que más están sintiendo este contexto, porque retomaron con todos sus empleados y sin ningún ingreso", añadió.
Bennazar pronosticó que el contexto de derrumbe de las operaciones de compraventa, seguido por el retorno de las inmobiliarias aunque con un margen de movimientos acotado al mero movimiento administrativo, derivará en cierres incluso definitivos a partir del mes próximo si no se aflojan las restricciones impuestas a raíz del Covid-19.
"Tal como están planteadas las cosas, con la imposibilidad de las visitas a los inmuebles y otros aspectos vinculados a la posibilidad de transferir las propiedades, cerrar un contrato seguirá siendo un imposible para las inmobiliarias. Eso generará que muchos comercializadores pidan la cesantía para dejar de operar por un tiempo. A este ritmo junio y julio serán los meses en los que hablaremos del cierre definitivo de las inmobiliarias en la Ciudad", vaticinó.
Desde Reporte Inmobiliario su CEO, José Rozados, sostuvo ante iProfesional que la expectativa del regreso a la actividad de los comercializadores "mutó en frustración a partir de una realidad que muestra la ausencia de una demanda y la vigencia de complicaciones que impiden cualquier posibilidad de realizar la compraventa".
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"No se pueden sacar informes de dominio. No funciona el Registro de la Propiedad del Inmueble, por lo que no podés hacer la transferencia del bien. Los escribanos no pueden firmar por estas mismas complicaciones. Ni hablar de la imposibilidad de efectuar visitas a las propiedades. Es un escenario con muchos aspectos en contra para las inmobiliarias", comentó.
"Dadas las cosas de esta forma, es lógico que los comercializadores se pregunten para qué operar de esta forma. De hecho, más de uno seguramente se preguntará hasta qué punto resultó conveniente dejar de ser una actividad restringida. Esto último, pensando en que el cambio de condición bien podría trabar cualquiera de las ayudas financieras e impositivas que hoy reciben los sectores económicos que siguen sin poder funcionar", dijo.
El número lapidario
El Colegio de Escribanos porteño informó esta semana que la cantidad total de las escrituras de compraventa de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires registró abril una caída de 99,7 por ciento respecto del nivel de un año antes considerando que se realizaron sólo 7 operaciones, con un monto total de 20,7 millones de dólares.
"Los datos del mes de abril serán vistos en la serie históricamente claramente como una foto de época. El confinamiento y las restricciones solo permitieron actos de fuerza mayor que tuviesen una razón de salud o humanitaria", expresó Carlos Allende, titular de la entidad.
"De todos modos, y pese a que las escribanías atienden con turnos con reserva previa, falta bastante para recuperar actividad, sobre todo porque los actores vinculados a nuestra labor están limitados también y hay servicios que no han reabierto", completó.
Los números del primer cuatrimestre de 2020 muestran que la caída respecto a 2019 es de casi el 60 por ciento. Los escribanos ya proyectan que este año va a haber apenas poco más de 4.000 operaciones en cuatro meses.