Gobierno descarta pedidos de la industria y el comercio: seguirá el cepo sanitario con fuertes restricciones
Después de haber analizado los informes acercados por los industriales, el comercio, los gremios y haberse reunido con los gobernadores, el presidente Alberto Fernández decidió descartar la mayoría de los pedidos hechos por los empresarios para permitir que más sectores puedan retomar sus actividades.
La segunda etapa de la cuarentena que arrancará el lunes de la semana próxima -y que durará no menos de 10 días más- no será como la que imaginaron los hombres de negocios sino como la que recomiendan los científicos y especialistas de la salud que a diario consulta el Jefe de Estado.
Es decir, hasta por lo menos el 1° de mayo, la mayor cantidad de gente adentro será la determinación que tomará el Presidente, siempre que la curva de casos descienda y el pico del contagio pueda amesetarse. De lo contrario, mayo también será un mes inflexible desde lo sanitario.
Habrá algunos sectores con ciertas libertades, pero la inmensa mayoría mantendrá el confinamiento sanitario en sus hogares como lo viene haciendo desde el 15 de marzo pasado. Y para los que sean beneficiados con la posibilidad de salir tendrán que cumplir una gran cantidad de restricciones en horarios, y formas de trabajo.
Es decir, será poco lo de la industria, el campo, los servicios y el comercio que volverán a producir y a sumarse a las actividades esenciales que en la actualidad pueden trabajar guardando los protocolos sanitarios que se recomiendan para combatir el coronavius y que representan al 20% del empleo asalariado registrado.
Pero no habrá bares, restaurantes, pizzerías, locales comerciales, inmobiliarias, real estate, shoppings, cines, teatros, espectáculos deportivos, concesionarias, ni zapaterías.
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Mucho menos vuelos de cabotaje, micros de media y larga distancia, turismo, ni fábricas textiles, cadenas de venta electrodomésticos, productoras de cigarrillos, autopartistas, pinturerías ni otros sectores industriales que no formen parte de los rubros hasta ahora exceptuados.
Por lo menos, así lo reconocieron fuentes oficiales luego de la reunión que el Presidente mantuvo primero con el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y luego, con el resto de los ministros del Gabinete que también fueron convocados a la residencia presidencial como Matías Kulfas, Martín Guzman, Ginés Gonzalez García, entre otros.
Todos, encuentros que se llevaron a cabo en la tarde de este jueves en la Quinta de Olivos y también fue de la partida, Vilma Ibarra, secretaria Legal de la Presidencia y encargada de redactar los decretos vinculados al aislamiento obligatorio.
En este marco, se decidió descartar la mayor parte de los pedidos de la industria, los servicios y el comercio y mantener el cepo sanitario estricto como hasta ahora.
Habrá salvedades que ya se conocen como la reapertura parcial de los bancos, pero con turno previo, o las obras privadas del sector energético. A esto, el nuevo DNU sumaría talleres mecánicos, algunos consultorios médicos y tareas vinculadas al comercio exterior. También se impulsará mucho más el uso del delivery en sectores que todavía no vienen utilizando este sistema de venta.
Del mismo modo, el transporte público de pasajeros podrá sumar frecuencias en colectivos, subtes y trenes pero siempre obligando a los pasajeros a cumplir con las medidas de prevención y de distanciamiento social.
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Las propuestas para la reactivación
Así, Fernández seguirá privilegiando la salud a la economía, luego de haber analizado junto al funcionario de mayor confianza que tiene en el Gabinete los informes que le habían acercado la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
Cámaras empresarias que piden una apertura mayor, aunque gradual, debido a la crisis que la producción, el comercio y los servicios están sufriendo por las medidas restrictivas de lucha contra la pandemia del Covid-19.
En la carpeta de la UIA, por ejemplo, se destaca un cuadro con los sectores que no producen como automotrices, autopartes, textiles, cuero, calzado, otras industrias manufactureras, madera, papel, hotelería, gastronomía y electrodomésticos.
Para la cámara industrial que preside Miguel Acevedo, todos estos rubros podrían haber vuelto a reactivarse operando al 25% o 50% de la capacidad instalada y reincorporando hasta 300.000 trabajadores, gradualmente y en turnos.
"Las medidas deben atender la situación de las empresas en los meses por venir", dice el documento que la UIA le envió al presidente Fernández y en el cual le pedían un tratamiento diferencial de acuerdo al nivel de actividad de las empresas más que por tamaño.
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Le piden además mayor contundencia en los beneficios anunciados por el Gobierno para lograr la supervivencia del entramado productivo y del empleo en este contexto de crisis sanitaria, especialmente considerando la delicada situación que las empresas venían atravesando desde los dos años anteriores, con niveles de endeudamiento altos, caída de la demanda y de los stocks.
En el caso del comercio, la carpeta que la CAC acercó a las autoridades pedían establecer un esquema ordenado, que permita una reactivación gradual y selectiva de las actividades económicas.
La entidad empresaria que dirige Jorge Di Fiori solicitaba combinar la comercialización por internet (e-commerce) con el delivery, realizado por los propios comercios, independientemente de las empresas de logística y la apertura de negocios.
También diferenciar territorialmente (según el nivel de riesgo) y por la magnitud del conglomerado urbano; estableciendo pautas para la apertura en función de distancias, transporte, concentración urbana.
En ese marco, pedían proceder a la paulatina habilitación de las obras de construcción y mantenimiento; shoppings, restringiendo la cantidad de personal de cada local al 50% y de consumidores en proporción de una persona cada 16 m2.
También del comercio en general, atendiendo con 50% de su personal con ingreso gradual de compradores. Igual para la gastronomía con hasta el 50% de su capacidad y con personal reducido en igual proporción.
Sin embargo, el Jefe de Estado sigue tratando de evitar masificar lo que viene y perder todo el esfuerzo hecho hasta ahora para encorsetar las consecuencias sanitarias de la pandemia a partir de duras medidas que restringen el 90% de las actividades del país.
Entiende que el precepto de salud antes que economía debe impregnar todas las decisiones del Gobierno. Por eso quedó descartada la foto de avenidas comerciales con miles de personas mirando vidrieras, centros comerciales recomenzando sus tareas o de locales gastronómicos con cientos de comensales como si el coronavirus ya fuera un doloroso recuerdo.