La mayor empresa de servicios petroleros del mundo abre retiros voluntarios en Argentina
En medio de una alarmante situación económica que sufre la Argentina producto de las medidas sanitarias tomadas por el Gobierno para combatir el coronavirus, la mayor empresa de servicios petroleros del mundo intenta desprenderse de su personal en el país.
Se trata de Schlumberger que, a nivel mundial emplea aproximadamente 95.000 personas en 85 países y tiene sus oficinas principales en Houston, París, Londres, y La Haya. El holding forma parte del Fortune Global 500 y sus ingresos anuales oscilan los u$s32.000 millones.
A nivel local, había puesto en venta en enero pasado su participación en un importante bloque en la zona petrolera de Vaca Muerta adonde había desembarcado asociada con YPF hace dos años.
El comprador de sus activos fue precisamente la petrolera estatal junto con Equinor y Shell, que se quedaron con el 49% que este grupo extranjero controlaba en Bandurria Sur. El pase a las empresas Shell y Equinor fue el más caro de la historia de Vaca Muerta, casi 50 veces más su valor inicial por acre.
El proceso de desinversión generó un fuerte impacto en el sector petrolero local al tenerse en cuenta que Bandurria Sur integra uno de las áreas más prometedoras del yacimiento no convencional de Vaca Muerta.
La salida de Schlumberger se da tres años después de haber anunciado inversiones por casi u$s300 millones en el mercado petrolero argentino. Pero en el 2019, sus principales ejecutivos hicieron foco enla crisis internacional que comenzaba a advertirse en la industria de los no convencionales que afectaría todas sus operaciones.
En ese momento, el CEO global de Schlumberger, Oliver Le Peuch, admitió que su empresa y todo el sector atravesaba "una especie de recesión" que la obligaba a vender participaciones de proyectos que hasta ese momento le habían rendido lo suficiente, entre ellos Canadá y Argentina.
Hace unos días, el grupo le comunicó a su personal en la Argentina que abría un proceso para terminar con la relación laboral. "Comunicamos la decisión de implementar un plan de retiro voluntario sujeto a las condiciones que se detallan a continuación", se lee en la carta.
Esas condiciones que la empresa le impone a su personal detallan que la desvinculación es desde el 1 de abril pasado, que tiene alcance para todos los empleados de sus diferentes empresas como son HCR; HCM y GM.
En el caso de las condiciones, le informa a sus empleados que deberán completar y presentar en forma voluntaria y personal la solicitud de adhesión al programa, "haciendo contacto con el Departamento de Recursos Humanos".
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Para hacer atractiva la desvinculación, Schlumberger le ofrece a sus trabajadores, además de la liquidación correspondiente por ley, otro 100% adicional sobre el monto correspondiente de la indemnización por antigüedad.
De todos modos, se reserva el derecho de aceptar o rechazar la solicitud de cualquiera de los empleados que accedan al programa, debido a requerimientos del puesto y necesidades operativas del negocio.
"Toda vez que la actividad se reactive, las personas que acepten el retiro voluntario serán tomadas en cuenta preferentemente para ser contratadas", añade la carta de la empresa. Este párrafo da a entender que la compañía podría recomponer sus negocios en el país, siempre que la situación del mercado petrolero mejore.
A nivel local, Schlumberger ofrece más que nada sus servicios de equipamiento para hacer pozos y mantenerlos, que es precisamente la que están levantando ahora por la crisis de la industria de los hidrocarburos.
En el caso de Bandurria Sur era la única operación en la cual también se dedicaban a la extracción de crudo en sociedad con YPF. Ese bloque es uno de las tres que conforman el principal clúster de áreas de YPF junto con Loma Campana y La Amarga Chica y que, en conjunto, producen buena parte de los barriles de shale oil en Vaca Muerta.
Halliburton, otra de las gigantes de servicios petroleras, comenzará con un plan de reducción similar en todos los países donde tiene operaciones, incluido Argentina. Los argumentos son la caída de la actividad producto de los bajos precios del petróleo y la escasa demanda de hidrocarburos que ocasionó el coronavirus.