Que lluevan dólares: el deseo de las últimas décadas podría venir de la mano del turismo
Que lluevan dólares. El deseo de esa precipitación salvadora viene cruzando a los últimos gobiernos, aun cuando el signo político dista mucho uno de otro. El turismo receptivo es uno de los sectores que podría provocar esa tormenta bendita. Más ahora, con un dólar a $40.
Si bien en julio pasado el turismo receptivo se incrementó un 7% interanual, en momentos en que la divisa norteamericana se ubicaba por debajo de los $30, ahora, con una cotización aun más atractiva, ¿cuánto tardará en reflejarse el aumento del turismo después de que el país sufra la devaluación más virulenta de todos los mercados emergentes?
El efecto real de esta situación comenzará a verse en 2019. Si bien hay datos del último mes que permiten tener una mirada optimista, en realidad esta foto no está mostrando aún el efecto de la fuerte devaluación de agosto.
Sin embargo, ya en ese mes, la cantidad de turistas provenientes de los Estados Unidos se incrementó en 23 puntos, según previsiones que manejan en la Cámara Argentina de Turismo. Todo un dato pues, cuando ocurren procesos de devaluación, el turismo receptivo que más rápidamente se despierta es el de los países limítrofes.
Y el ejemplo es Chile, que si bien el año pasado capturó el interés de los viajeros argentinos hacia ese país, en este año la torta se dio vuelta y, el mes pasado creció un 32%. A su vez, los turistas provenientes de Europa, un 15%. Es decir, hay perspectivas muy optimistas respecto a lo que pueda pasar en los próximos meses.
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Así lo reveló Aldo Elías, presidente de la Cámara mencionado, quien sostuvo que “estamos en una situación ideal para generar este ingreso de dólares tan necesario para la economía del país a partir de la devaluación, pero también a partir de una conectividad que desde 2016 no para de crecer y que posibilita que un país tan grande como el nuestro pueda ser recorrido sin tener que pasar por Buenos Aires”.
La lluvia de dólares constante podría concretarse hacia adelante. Pareciera que, por ahora, apenas se está registrando una llovizna. El directivo recordó que 2016 y 2017 fueron años muy buenos para la Argentina en materia de turismo receptivo aún con un dólar atrasado.
En 2017, fueron 2.567.000 los extranjeros que llegaron hasta estas tierras, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Esa cantidad fue 7,4% superior a lo que se había registrado en 2016. La mayor cantidad de turistas provino, justamente, de Brasil y Chile.
“Sin dudas que una devaluación como la acontecida atrae más turismo receptivo que primero queda reflejado con los países cercanos. Pero la llegada del europeo y del norteamericano se va reflejar en la temporada siguiente porque ellos planifican sus viajes con un año de anticipación o más”, expresó a iProfesional, Luis Castelli, presidente del Instituto Fueguino de Turismo (InFueTur).
Es lo que también afirmaron desde el segmento de hoteles. “En ciudades como Posadas, Neuquén o Buenos Aires, destinos en donde tenemos hoteles, el turismo receptivo proveniente de países limítrofes se refleja rápidamente, mientras que de destinos más alejados el efecto no es inmediato y suele llevar más tiempo”, consideró, por su parte Gonzalo Pereira gerente de márketing de Alvarez Argüelles Hoteles.
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El inicio de la temporada de cruceros en el Puerto de Ushuaia, ocurrido el último 18 de septiembre, también dio otra muestra de cómo podría incrementarse el turismo receptivo en el futuro. Ese día arribó a la capital fueguina el buque Ventus Australis, el primero de los 51 barcos que, se espera, atracarán en el sur hasta el próximo 4 de abril.
Desde el InFueTur indicaron que se espera que en esta temporada llegue entre un 18% y un 20% más de turistas que los registrados en la temporada anterior. Otro motivo para celebrar pues la perspectiva es si bien llegarán 51 barcos se producirán 375 recaladas, es decir, cada vez que una nave toca puerto pues algunas lo hacen de ida y de vuelta y más de una vez en la temporada. Y en este movimiento unos 120.000 pasajeros llegarán sólo a Ushuaia.
“El crecimiento de esta temporada no tiene que ver con la devaluación. Se relaciona más con el trabajo de largo plazo que hemos realizado el sector junto con el gobierno de Roxana Bertone donde buscamos una mayor tracción con las empresas. Pero sin dudas que hacia finales de la temporada 2019 ya tendremos precisiones sobre lo que será la temporada 2019-2020”, agregó Castelli.
Si bien el directivo fueguino no quiso dar números sí se mostró entusiasmado en que hacia adelante los números serán mucho mejores. La llovizna de dólares se convertirá, finalmente, en lluvia bendita.
El tridente ansiado
El turismo tiene todos los ingredientes para generar lo que la Argentina necesita: desarrollo de infraestructura, trabajo, y dólares.
El INDEC también mostró en su último informe sobre el sector que el gasto del turismo receptivo alcanzó los u$s554,5 millones. Si bien fue un 4,5% menor al mismo lapso de 2017, la manera en que se mueve el turismo internacional -que planea por lo general sus viajes con un año de anticipación- este panorama podría modificarse fuertemente. Porque la Argentina barata comenzó a ser un hecho ya en este mismo trimestre.
Si se toma esa cifra y se hace una proyección sencilla sobre lo que podría aportar esta actividad a lo largo de 2018, podría inferirse que rondaría e, inclusive, superaría los u$s2.000 millones.
Este número supera los u$s1.500 millones que generaron las exportaciones de carne en 2017, y también los casi u$s1.800 millones del sector de software y servicios informáticos, uno de los que más divisas le atrae al país. De ahí que haya tanta expectativa porque la lluvia de dólares comience a caer de una buena vez. Mucho más cuando, casi de manera paradojal, el campo registró en este año la peor sequía de su historia, con el consiguiente impacto que generó en las cuentas públicas.
Lo que podría ocurrir de ahora en más con un dólar tan conveniente para el turismo receptivo –y siempre que no se traslade ese impacto a precios en la misma proporción- es que se advierta cada vez mayor movimiento. En la Ciudad de Buenos Aires es fácil advertirlo cuando, al caminar por sus espacios típicos, comienzan a escucharse muchos más idiomas que el español en las conversaciones de paso.
Sin embargo, a los actores del mercado del turismo no les gusta apalancar la buena perspectiva futura sólo en la devaluación.
“Nunca hemos vivido una situación de esta índole –aseveró Elías- Porque esto no tiene nada que ver con devaluación, que es un episodio. En una devaluación hay una oportunidad importante pero haber convertido a la Argentina en uno de los países más visitados de la región con un dólar atrasado nos abre perspectivas muy interesantes hacia adelante. Esta situación tampoco se puede comparar con 2001 porque no había la conectividad que hay ahora”.
Tal vez la del sur sea la primera foto más concreta de cómo irá incrementándose el turismo receptivo hacia adelante con el actual tipo de cambio. Y aunque en otros destinos no hay números, si se percibe una situación similar: lluvia constante… de dólares.