La Justicia ordenó darle u$s57.000 a un empleado "por aburrirse en el trabajo"
A principios de junio, el Tribunal de Apelación de París reconoció por primera vez en Francia el síndrome de "boreout" como una forma de acoso laboral y condenó a una empresa de perfumería a pagar 57.000 dólares a uno de sus ex empleados, publica Le Figaro.
A diferencia del síndrome de "burnout" (agotamiento), que se da en aquellos trabajadores con un gran estado de ansiedad y estrés emocional debido a la sobrecarga de tareas, el "boreout" (aburrimiento, en castellano) se refiere a una fatiga intensa causada por la falta de trabajo que hacer. Como consecuencia de ello, se desarrollan desinterés, insatisfacción y frustración que pueden conducir a la depresión y deteriorar significativamente el estado de salud.
Ataque de epilepsia mientras conducía
Hace seis años, un empleado de la compañía francesa Interparfums, que elabora fragancias de lujo para marcas como Rochas, Boucheron y Karl Lagerfeld, sufrió un ataque de epilepsia mientras conducía. Después del accidente, el hombre estuvo de baja médica por seis meses y fue finalmente despedido por la falta de asistencia al trabajo durante un período prolongado.
Sin embargo, según el empleado, fueron las condiciones de trabajo las que habían causado su enfermedad, argumentando que recibía cada vez menos tareas o tareas menores que no coincidían con su cualificación, lo cual provocó que se sintiera marginado y sufriera una depresión.
Tras conocer el asunto, el Tribunal Laboral de París consideró en 2018 que era posible presumir que aquella situación era un caso de "acoso psicológico" que había llevado a un deterioro de la "salud física y mental" del empleado.
Ahora, la nueva sentencia de la Corte de Apelación confirma el reconocimiento oficial del síndrome de "boreout" por parte de la Justicia francesa, una decisión de la cual muchos empleados del país podrían tomar nota, concluye el rotativo.
Qué produce el boreout
El estado de aburrimiento crónico en las tareas laborales provoca apatía, falta de relacionamiento con los demás, nula participación y colaboración, apenas se sigue una rutina casi burocrática y no hay aporte de ideas.
Además, se anula toda posibilidad de encontrar soluciones a los problemas cotidianos, al empleado le cuesta ir a trabajar y por lo tanto hay mayor ausentismo. También produce un aumento de la hipersensibilidad, baja casi total de los umbrales de tolerancia a la frustración y decepción y excesivo cansancio físico y mental dentro y fuera del espacio laboral.
Requiere la atención no sólo de la empresa, sino de profesionales del ámbito de la salud mental, ya que, de no tratarse a tiempo, desencadena en situaciones más graves como depresión, internaciones por desequilibrios psicológicos y la pérdida generalizada de las ganas de vivir. Así de grave es, y pasa más seguido de lo que imaginas.