Argentina se unió a la Ruta de la Seda, el megaproyecto de China: qué riesgos alertan expertos
Mientras el país especulaba si el viaje presidencial a Rusia y China era un intento de condicionar al FMI, en realidad se cocinaba en la Cancillería argentina un acuerdo con el gobierno de Xi Jinping que condicionará la política y la economía de las próximas décadas.
Fuentes oficiales informaron que en la reunión bilalteral del presidente Alberto Férnandez con con Xi Jinping, se tocaron diversos temas referidos a inversiones y, entre ellos, la adhesión de Argentina a la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), conocida como Nueva Ruta de la Seda.
Según los voceros, el Gobierno firmó acuerdos que garantizan financiamiento para inversiones y obras por más de u$s23.700 millones.
La inversión será en dos tramos, uno ya aprobado por u$s14.000 millones y otro por u$s9.700 millones, que se discutirá en un Grup Ad Hoc creado tras la adhesión a la Nueva Ruta de la Seda.
La firma del MOU (Memorando de Entendimiento) estuvo a cargo del canciller argentino Santiago Cafiero y He Lifeng, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la República Popular China.
Así, la Argentina se convertió en el país número 145 en adherir a esa propuesta de cooperación impulsada por China y que no sólo incluye a Asia, todos los países de África, Oceanía y 20 de Latinoamérica, sino que ya tiene un pie en Europa, mediante un MOU firmado con Italia.
En concreto, en la región ya pertenecen a la Nueva Ruta de la Seda Chile, Uruguay, Bolivia, Ecuador, Perú, Venezuela, Panamá, Costa Rica, Cuba, entre otros, y Argentina será el número 20.
Este vertiginoso desarrolla de la Nueva Ruta de la Seda se puede dimensionar si se tiene en cuenta que Jinping lo lanzó recién en 2013.
Las embajadas de EE.UU. se oponen a la cooperación con China, pero los países de todos los continentes terminan priorizando las posibilidades que ofrece el país asiático para la financiación de proyectos de infraestructura a tasas ventajosas.
Aunque varios dirigentes consultados dijeron que "hay que ver la letra chica", lo cierto es que el MOU de adhesión a la Nueva Ruta de la Seda es un documento estándar de 6 páginas, donde se establecen acuerdos generales de cooperación. Los proyectos y acciones concretas son luego discutidas entre los países.
Los cinco pilares de la Nueva Ruta China son el diálogo político, la conectividad a través de infraestructuras, el comercio internacional, la cooperación científica y cultural y la cooperación financiera, afirma el acuerdo.
El pacto llega cuando las relaciones argentino chinas están en zona de despegue. China es el principal comprador de soja (90% de las ventas argentinas) y carne (65%). Tiene ya acuerdos para la adquisición de vino y limones. Cuenta con proyectos en marcha para la minería de litio, oro y exploración de coltán, la producción de hidrocarburos y una base de exploración espacial en Neuquén.
Desde distintos sectores políticos y económicos, mostraron optimismo ante un acuerdo que puede aportar apertura económica e inversiones.
Pero también hay voces de alerta, como la del experto Jorge Malena, director de la Carrera de Posgrado sobre China de la UCA.
El experto advirtió que endeudarse con China sin seriedad puede llevar a la dependencia, y puso el caso de Sri Lanka, que no pagó el puerto y éste pasó a manos de los chinos, que así consiguieron una base naval en el Océano Indico, para preocupación de Estados Unidos y la India.
Y Fernando Straface, secretario general y Relaciones Internacionales del Gobierno de CABA, abundó que los países como Uruguay, Chile o Perú, teniendo claridad sobre sus ventajas comparativas, para que el pacto les sirva a las dos partes, y no quedar en una posición de debilidad relativa frente a China.
¿Ruta de la China vs FMI?
El politólogo Enrique Zuleta Puceiro aclaró que la adhesión a la Nueva Ruta de la China "es una iniciativa importantísima y de gran trascendencia histórica, siempre que se entienda como lo que es: un gesto de apertura al mundo e incorporación al comercio internacional".
"El acuerdo por la Nueva Ruta de la Seda involucra ya a China con todas las regiones, menos Estados Unidos", comentó.
"El Gobierno no puede pensar: firmo esto que me piden, porque lo que me importa es que China me dé el swap para reforzar las reservas del Banco Central, y mejorar la contabilidad frente al FMI, pero después a las condiciones las interpreto a la argentina", enfatizó.
Para el politólogo, "esto no es geopolítica, sino entrar en el mundo del intercambio comercial. Se trata de ir hacia arriba y hacia afuera, no para adentro y hacia abajo, y la sociedad argentina lo tiene que entender".
China y el riesgo de incrementar la dependencia
Malena se remontó a 2013 y explicó por qué Jinping lanzó la Iniciativa de la Franja y la Ruta: se trató de corregir las debilidades chinas que dejó al descubierto la crisis de 2008/2009. En ese momento, el gigante asiático se encontró con sobrecapacidad industrial y sin posibilidad de seguir colocando productos en el exterior.
Por este motivo, China se lanzó a construir infraestructura para que corra su producción en los países y gasoductos y oleoductos para los insumos.
Pero también tenía capital ocioso, y así decidió prestar a los países. Pero presta para que le paguen las obras de infraestructura que construye, subrayó Malena.
Esta es una de las principales lecturas críticas que tiene que hacer Argentina, afirmó Malena, e insistió en que China te presta para que le pagues las obras y la industria china trabaje, pero al mismo tiempo genera dependencia, consideró.
Argentina tiene que asegurarse que los proyectos de infraestructura sirvan primero para la integración del país, y después para el comercio de los productos primarios que compra China, sostuvo.
Straface puso en duda que el Gobierno vaya a firmar el MOU el domingo con claridad sobre dónde se pueden apoyar los acuerdos para construir algo beneficioso.
También dijo que debería llegarse a esos pactos en diálogo con los sectores que van a ser los protagonistas, que hoy no parece que se hayan entablado, así como no se han hecho reformas para la competitividad para estar mejor parados, concluyó.
A favor de la apertura comercial
Dirigentes de distinta extracción política y sectores económicos coincidieron en que el cierre de fronteras comerciales demostró su fracaso, por lo que será bienvenida la apertura a la que nos obligará el MOU de la Nueva Ruta de la Seda. En tal sentido, estas son algunas de las opiniones:
• Diana Mondino, economista de Ucema
Si bien antes del viaje del Presidente no conocemos los detalles, la Nueva Ruta de la Seda es revolucionaria en cuanto a su alcance y capacidad de movilizar la producción de muchos países. Aumenta la productividad de todos.
Para que Argentina sea relevante en el comercio exterior tenemos que participar de esta y otras iniciativas que nos facilitarían crecer.
Espero que vengan inversiones en infraestructura. Estas inversiones son siempre buenas si el riesgo lo corre el inversor, las reglas de juego son claras y no hay beneficios especiales que otros inversores no pudieran tener. Como siempre, habrá que prestar atención a los detalles y no solamente al anuncio.
• Franco Mignacco, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM)
En relación a la firma del Memorandum para la adhesión de Argentina a la Iniciativa de la llamada Nueva Ruta de la Seda, el momento actual es interesante para el país abrir nuevas instancias de colaboración internacional y ampliar las posibilidades en cuanto a la llegada de inversiones.
En este sentido, se destacan las inversiones en la industria minera (6º complejo exportador argentino), ya que es un sector que, además, por su balanza comercial netamente exportadora, es una importante fuente de divisas para el país.
En la actualidad, ya hay empresas chinas que han realizado inversiones productivas en la industria minera argentina, colaborando de esta forma con la puesta en marcha de proyectos de destacada importancia para las economías regionales.
China es uno de los países líderes en la minería a nivel mundial por lo que se puede ser de utilidad plantear intercambios de tecnología y know-how.
Si bien aún no contamos con mayores detalles, es de suponer que será interesante todo lo que se pueda aportar en temas de desarrollo de infraestructura y conectividad, ya que esto es una necesidad para el crecimiento pleno de todas las industrias productivas.
China puede ser un socio destacado en los desafíos de los desarrollos ligados a la electromovilidad y la transición hacia energías renovables, industrias en las que dicho país tiene un rol preeminente.
• Diputado Alejandro Cacace (UCR)
Ya se ha visto que tener una economía cerrada no es el camino. Las exportaciones en 2021 fueron menores que hace una década y la economía no ha crecido tampoco desde ese año, por lo que debemos ir hacia una mayor apertura comercial.
En este sentido, el MOU de la Argentina con China para ser parte de la Iniciativa de la Franja y la Ruta es un buen paso, pero no debe ser el único.
La estrategia de Argentina debe ser buscar relaciones comerciales en todo el mundo, sin ceñirse a un criterio ideológico para hacerlo.
Países de la región como Chile, Uruguay, Perú y Ecuador ya son miembros de la Nueva Ruta de la Seda, pero también tienen fuertes vínculos con otros países de Europa, de Norte América, de Asia y de Oceanía, lo cual ha beneficiado a sus economías.
• Martín Tetaz, economista y diputado de Juntos por el Cambio
Desconozco la letra chica, pero como principio, Argentina tiene que estar en todo el esquema relaciones comerciales internacionales. Como tiene que completar con el acuerdo con la Unión Europea que había comenzado a discutirse durante el gobierno de Mauricio Macri, también hay que avanzar con China. Argentina no puede no ser parte de la Nueva Ruta de la Seda.