Este es el peligroso efecto colateral del cepo al dólar, según el tributarista César Litvin
El tributarista César Litvin, del estudio Lisicki, Litvin & Asoc., aseguró que Argentina no es competitiva en el mundo por las restricciones a las libertades que generan el cepo y la brecha cambiaria.
Pero también por la carga impositiva, las leyes laborales obsoletas y los juicios que obligan a cerrar a muchas pymes, así como por los sobrecostos logísticos.
-¿Qué consecuencias tiene para las empresas y las personas el cepo cambiario?
-El cepo y la brecha cambiaria son restricciones a las libertades y distorsiones muy negativas para los negocios. Para las exportaciones implican un dólar que no es el real y para las importaciones, un dólar privilegiado que cada vez es más inaccesible. Si alguien quiere hace una inversión tiene que pasar por el MULC y pesificar los dólares a $83, y así no va a querer. El exportador está obligado a liquidar y vender los dólares a un cambio que no tiene nada que ver con el precio de sus productos. Es una carrera de obstáculos en los negocios. Se da por la falta de reservas del Banco Central, pero en lugar de restringir la demanda, el cepo y la brecha se deberían solucionar aumentando la oferta a través de las exportaciones. Pero al exportador se lo castiga con retenciones y por tener que liquidar los dólares al cambio oficial. Esta clase de restricciones a las libertades ahuyentan todo incentivo a producir en la Argentina.
-¿Qué otros factores ahuyentan a empresas y personas de la Argentina?
-Lo que ahuyenta a las inversiones de la Argentina son la alta presión fiscal y las leyes laborales obsoletas, junto un lato grado de litigiosidad. Los juicios laborales muchas veces obligan a cerrar a las pymes. Las leyes deberían ser reformadas como hizo Brasil hace unos años. Hay que tener en cuenta en estos momentos que la inteligencia artificial seguramente sustituirá a muchos asalariados. Por otro lado, hay altos costos de infraestructura, logística, transporte; tenemos sobrecostos que hacen que no seamos competitivos frente al resto del mundo.
La gestión de los impuestos
-¿Qué piensa de la gestión de la AFIP y las constantes fallas de la web?
-La AFIP viene con un problema de falta de inversión en sistemas en los últimos 15 años. Esa desinversión es algo por lo que pagamos los platos rotos ahora. A medida que avanzan las necesidades de tecnología informática, se van haciendo parches, y esto repercute en la página de la AFIP., y en los contadores que somos los interlocutores con las empresas. Hay que priorizar la base de datos de la AFIP. Pero también los aplicativos que tantos dolores de cabeza nos causan, porque vienen con falla y sobre la hora.
-¿Qué consecuencias tienen la suspensión de la baja de Ganancias al 25% o la incertidumbre respecto del ajuste por inflación?
-Cuando se habla de proyectos de reformas tributarias pero sin certezas ni que haya nada escrito, y se piensas que esto va a generar más carga fiscal, no es favorable para la inversión y la actividad económica. Ya no hay tolerancia para nuevos impuestos. En plena pandemia se crearon o aumentaron 14 impuestos, a contrapelo de lo que hacen otros países, que compiten para atraer las inversiones que generarán empleo. Lo que mueve la economía y genera empleo, y por lo tanto, puede hacer que disminuya la pobreza, es la inversión del sector privado. La pobreza no se cura con planes sociales.
Las polémicas impositivas
-¿Puede haber una rebeldía generalizada respecto de la normativa de la AFIP que obliga a los asesores a revelar la estrategia fiscal de sus clientes?
-No hablaría de rebeldía. Pero los contribuyentes están a la espera de que la AFIP reformule ese régimen, que además viola el secreto profesional de los asesores. A la norma le faltan definiciones más claras. La planificación fiscal no siempre es una infracción. Hay derecho a pagar dentro de la ley, optimizando la carga de los impuestos. Y esto se distingue de una planificación fiscal nociva. Además, esto se da en un contexto donde los contribuyentes están exhaustos por la cuarentena con la obligación del trabajo remoto, que complica las tareas administrativas y las de los profesionales. La norma de la AFIP adolece de improvisación y tiene efecto retroactivo.
-¿El Gobierno tiene herramientas para lograr cobrar efectivamente el impuesto a la riqueza a pesar de todas las amenazas de que lo frenarán con juicios?
-El impuesto a la riqueza nació mal, fue una idea mal concebida. Hay una duplicidad de imposición con Bienes Personales e incluso se triplica la carga con el impuesto inmobiliario o patentes. La única chance que tiene la AFIP de cobrarlo es dar un amplio de facilidades de pago con muchas cuotas y tasas muy reducidas. De lo contrario, muchos que deben pagar el impuesto a la riqueza y Bienes Personales con pocos días de diferencia, en muchos casos no tendrán cash flow y tendrán que salir a vender activos. Además, la Ley de Solidaridad implementó un incremento de Bienes Personales para los activos en el exterior para 2019 y 2020. Para conseguir más pago voluntario del impuesto a la riqueza, debería clarificarse que para 2021 ese aumento ya no tendrá vigencia. Si se repite este aumento exponencial de la carga tributaria sobre los bienes, más rechazo va a haber. Con los rendimientos que han tenido los bienes en 2020, es muy probable que el impuesto supere la renta, y sin lugar a dudas, se tornará confiscatorio.