Auditoría Interna: panorama post pandemia
Este 2020 las compañías están transitando un escenario no previsto que desafía sus habilidades de adaptación y velocidad para el cambio que les permita subsistir, y las funciones de Auditoría Interna (AI) no están exceptuadas de esta realidad inesperada.
Comenzamos el año con un plan de revisiones aprobado y listo para ejecutar, enfocándonos en aquellas que, con la información disponible, habían sido consideradas prioritarias y de repente, las reglas de juego cambiaron.
Auditoría Interna: panorama post pandemia
Algunos paradigmas con los que veníamos trabajando se modificaron de un día para el otro:
- Procesos que anteriormente tenían volúmenes mucho más chicos y que podían ser gestionados con controles manuales, requieren ahora una atención mayor desde el punto de vista del control interno y la automatización. El fortalecimiento de estos procesos con procedimientos y controles será la clave para salir airosos.
- Industrias en las cuales la experiencia del cliente era diferenciadora al momento del consumo, necesitarán ahora hacer que el servicio post-venta sea lo suficientemente distintivo para continuar construyendo la fidelidad de sus clientes.
Reorientarnos para estar alineados, el "Roadmap" de la función de AI en la crisis. Nuestra visión de la evolución que hemos confirmado con la experiencia de estos meses a nivel global, identifica 3 fases por las cuales transitan los equipos destacados de AI:
- Un primer estadío donde se prioriza la respuesta ante la crisis. El objetivo es colaborar con la organización en la evaluación de los riesgos y enfocarnos en los temas críticos. Si en los últimos años estar alineados con la Dirección ha sido relevante, en esta época en particular es sumamente necesario e imprescindible. Lo importante será mantener las capacidades operativas, reformulando nuestro plan de auditoría, en función a la nueva agenda y riesgos emergentes.
- En un segundo estadío, una vez asegurada la operación, la meta será de estabilización, realineando los recursos disponibles y aportar una visión colaborativa con el resto de la organización. Revisar el modelo de operación y asegurar el cumplimiento de los protocolos para la vuelta al trabajo, será vital. Ajustar la operación de nuestra función de AI, aprovechando los recursos existentes y encontrando aquellos que nos permitan avanzar con la ejecución de las actividades necesarias.
- El último tiene que ver con la recuperación y una eventual alineación con la nueva realidad. Acompañar en la transformación digital a la organización y de nuestra propia función, construir y monitorear el "roadmap" para su implementación, acompañando los proyectos de tecnología e inversión.
Estas fases se darán en distintos momentos determinados por la industria y locación geográfica en la que opere la compañía, pero sin duda, aquellas funciones de AI que sean destacadas en la transición, las irán recorriendo con mayor velocidad.
¿Cuáles son los temas más relevantes en estos momentos?
Estamos acostumbrados desde hace tiempo a administrar recursos escasos, es por ello por lo que tendremos que trabajar con dos ejes principales:
1. Contribuir en la reducción de costos: evaluar en qué estamos gastando. En ese aspecto la revisión de contratos con proveedores es fundamental, asegurando que
se están recibiendo los servicios comprometidos y en caso de ser posible, revisar los montos negociados para no pagar por aquello que no recibimos o eventualmente
que no es necesario.
2. Colaborar en el aseguramiento de los ingresos: la correcta y oportuna facturación será muy importante, pero más aún lo será el cobro en tiempo y forma de dichas facturas.
Otros temas relevantes sobre los cuales trabajar estarán relacionados con:
- gestión de la caja y capital de trabajo,
- riesgos tecnológicos que se hacen presentes por accesos remotos y la necesidad de abrir nuestra comercialización a canales digitales,
- necesidad de cumplir con las regulaciones y protocolos adicionales cuyo incumplimiento podría traer aparejado el cierre de la operación de la compañía o multas,
- logística para optimizar la entrega de productos/servicios a clientes.
En algunos casos será necesario pensar más allá del endurecimiento de los controles ya que el nuevo entorno requiere de mayor flexibilidad y agilidad para la operación, y por ello tendremos que evaluar las iniciativas de la organización orientadas a generar o fortalecer el nivel de compromiso de sus empleados: el costo del control hace que el esfuerzo de capacitación/ comunicación sea requerido, y que tengan que articularse las actividades entre varios sectores.
Una organización puede desarrollar el mejor diseño de procedimientos de control, pero hoy más que nunca el éxito dependerá de su nivel de cumplimiento por parte de los empleados, tanto dentro como fuera de la compañía. Ello involucra una visión individual y personal de cada colaborador adquirida en base a comportamientos previos, como respuesta frente a esta situación particular y poco estimable.
¿Cómo trabajar para lograr un mayor valor agregado?
Lo ideal es una respuesta ágil pero organizada. Articular las distintas funciones de control, riesgo y cumplimiento cobra mayor importancia en estos tiempos y puede ser un diferencial de aquellas compañías que logren mejores resultados. Por ello, más allá de simplemente evaluar la forma de trabajo, tendremos que "embarrarnos" fuera de nuestra zona de confort, para lograr que la organización alcance sus objetivos, sobreviva a esta crisis y también deberemos lograr un fino equilibrio para asesorar sin perder nuestra independencia como auditores.
Las compañías, que venían analizando opciones de digitalización y automatización se verán ahora empujadas a acelerar los tiempos de implementación y ello supone una gran oportunidad, pero también un gran desafío para administrar estas operaciones en entornos seguros. Allí tendremos que estar desde un primer momento a fin de asesorar respecto de
la gestión de los riesgos emergentes de los nuevos modelos de negocio y aprovechar las nuevas herramientas en nuestras propias actividades, repensando procesos internos, capacitando a los equipos y así prepararnos para el futuro que, si bien es incierto, seguirá siendo desafiante.
En un entorno de reducción de presupuestos tendremos que ser ágiles para sobrevivir demostrando que no somos un costo sino una inversión y será necesario hacernos un lugar en la mesa de trabajo ante la contingencia si queremos mostrar valor agregado durante este período.
Sin duda esta es una situación difícil que nos pone a prueba en lo personal y profesional. Mostrar compromiso, versatilidad y agilidad al cambio, serán un gran diferencial que nos permitirá no solo subsistir, sino también mejorar nuestro posicionamiento dentro de las organizaciones.
Luis Gustavo Flores - Socio del Instituto de Auditores Internos de Argentina