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Coronavirus: una oportunidad tributaria para la Argentina

Con antecedentes más que preocupantes, y con una recaudación que cae vertiginosamente, el Gobierno argentino no ha prorrogado el pago de impuestos
27/04/2020 - 05:57hs
Coronavirus: una oportunidad tributaria para la Argentina

El COVID-19 nos muestra tal cual somos, y en materia fiscal, los problemas que históricamente se vienen advirtiendo se han convertido en algo muy evidente. Y que pone a prueba nuestra capacidad de reacción ante una situación extrema; y los resultados no son los del todo esperables desde el punto de vista fiscal.¿Qué hizo el resto del América?

Desde el punto de vista fiscal, partiendo desde Estados Unidos hasta Argentina podemos identificar los siguientes puntos en común:

  • Cuanto más sólida la economía, mayores son las ayudas y los incetivos fiscales volcados al mercado.
  • Ante la carencia de recursos, la mayoría de los países con economías endebles, han recortado o gravado los altos ingresos de funcionarios públicos.
  • La totalidad de los países en mayor o en menor medida, han recurrido a la prórroga del pago de impuestos o la postergación del ingreso de los mismos.
  • No se está recurriendo a la creación de impuestos sobre el sector privado.
  • Todos esperan que luego de una crisis sanitaria devenga una crisis económica y por último una crisis del sistema financiero.
  • La mayoría de los países de America no tienen problemas serios con su deuda externa, por lo que el endeudamiento es una alternativa aún vigente para ellos.

¿Qué hizo la argentina?

Con antecedentes más que preocupantes, y con una recaudación que cae vertiginosamente, el Gobierno argentino no ha prorrogado el pago de impuestos.

Ha optado por hacerse cargo del pago de un porcentaje de los sueldos, y la postergación de recursos de la seguridad social. No importa el nombre, también se trata de gastos del estado.

El problema de la Argentina es que al tener frenada la actividad, en medio de un default, y con restricciones cambiarias impuestas antes de la Pandemia, los caminos de financiamiento por recaudación de impuestos y por endeudamiento parecen estar cerrados. Países como Paraguay y Perú se han endeudado a diez años a una tasa cercana al 5%, algo que hoy es imposible para nuestro país.Crisis: ¿una oportunidad?

Más allá de la cocepción de la palabra, cuando pensamos en el futuro de la argentina, vemos que los paradigmas sobre los que ha funcionado los últimos veinte años ya están obsoletos.

La crisis por el COVID-19 y sus efectos deja al desnudo el Estado fofo y carente de reacción, por lo que se demuestra que la burocracia no tiene más lugar tanto en el sector público como privado.

Es un momento en el que toda la clase dirigente tiene que partir de la premisa que todos lo que no suma: resta, y que, sin actividad, no hay mucho que mirar a nivel tributario.

Que el manejo de información sin un fin concreto y específico sólo se traduce en una carga que aumenta costos de manera ineficiente, y que no se pueden utilizar cuando los necesitamos.

Asimismo, un sistema tributario con criterios que se basan en el principio del devengado cuando hay un freno en la cadena de pagos, hace que todo se haga más difícil.

Esta crisis, dejó al descubierto que el cobro anticipado de tributos es una ficción que ante un freno tan repentino hace que el Estado se convierta en deudor de los súper contribuyentes que se ven atravesados por impuestos en cada movimiento que realizan, hasta en las deudas que increíblemente se puedan contraer para evitar cerrar las puertas.Que la ideología no debe estar por encima de ningún derecho; nunca.

La inversión del sector privado en este momento es clave para evitar despidos, con el dolor que eso implica para un universo de Pymes en las que cada colaborador es un elemento clave con su historia, su familia y su sentido de pertenencia que sólo quien se encuentra dentro de la familia de una empresa, sabe de lo que esto implica.

Es un momento de aplicar el concepto de eficiencia en todo sentido, y de imaginar un nuevo sistema tributario en dónde los problemas del pasado sean la hoja de ruta para evitarlos en el futuro. El conocimiento técnico para hacerlo está, sólo falta una decisión.

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Iván Sasovsky, CEO de Sasovsky & Asociados