• 25/11/2024

Reforma tributaria o parche: factores que condicionan la promesa que ansí­an los empresarios

Reconocidos tributaristas relevados por iProfesional coinciden en "bajar el nivel de expectativa"                                
15/08/2017 - 10:52hs

No hay dudas. Desde los empresarios hasta los bolsillos de los empleados esperan con ansias que el Gobierno cumpla con la promesa electoral más esperada: la reforma tributaria.

Si bien se habla de borradores de 200 carillas y de la eliminación de gravámenes distorsivos como el impuesto al cheque e Ingresos Brutos, reconocidos tributaristas relevados por iProfesional coinciden en "bajar el nivel de expectativa".

Inclusive, los más pesimistas se animan a aventurar que no será más que "parche sobre parches", al igual que viene sucediendo en los últimos años con los cambios tributarios.

El pronóstico no es antojadizo. Por el contrario se apoya en claras e inequí­vocas señales que presenta el panorama económico y polí­tico del paí­s. Si bien pidieron reserva de identidad por lo sensible de la temática a abordar, desde reconocidos estudios tributarios adelantaron las claves y los condicionantes a los que se enfrenta la supuesta "reforma triutaria" que promete impulsar el Gobierno.

Con déficit fiscal no hay paraí­so"Con el nivel actual de gasto público y de déficit fiscal es imposible encarar e implementar una reforma impositiva integral". De manera contundente y a través de una sola frase, uno de los tributaristas más reconocidos del paí­s confió a este medio la situación que se presenta.

"No hay márgen para bajar la presión fiscal si no se ataca el alto nivel de gasto público", aseguró el experto.

De acuerdo a los últimos datos,entre enero y junio de este año, el déficit fiscal fue de $246.300 millones, un 76% superior al de igual perí­odo de 2016, de acuerdo al Informe de Ejecución Presupuesto de la Administración Pública Nacional de ASAP (Asociación Argentina de Presupuesto).

Esto implica un aumento del rojo fiscal en términos reales, descontada la inflación interanual, de casi 40%. 

En tanto, si se excluyen los intereses, el resultado primario fue negativo de $109.800 millones, 130% superior al de un año atrás. Los ingresos corrientes aumentaron 28,7%, mientras los gastos totales sumaron 36,6% más. La diferencia explica el déficit devengado en el semestre.

"De no atacar el déficit fiscal, la reforma tributaria estará condena a un gradualismo que hasta puede convertirla en imperceptible", aseguró el triutarista.

Una carga tributaria excesiva que no resiste gradualismosUnido al item anterior, los expertos consultados por este medio aseguran que la alta presión fiscal que soportan las empresas y particulares no se soluciona con soluciones gradualistas cómo las que se intentan implementar.

"En el caso del impuesto al cheque se propone su compensación paulatina con Ganancias en hasta cinco años. Hasta que finalice el procedimiento propuesto, habrá inclusive, una nueva elección a Presidente", señala otro reconocido triutarista.

En efecto, para el impuesto al cheque, aunque hay coincidencia en que se trata de uno de los tributos más distorsivos que tiene la economí­a, el Gobierno no apuesta a eliminarlo.

Así­ como está previsto para las pequeñas y medianas empresas en la Ley Pyme, la idea oficial es que pueda tomarse a cuenta del impuesto a las Ganancias.

Habrá un esquema de gradualismo, por lo que el primer año se podrá descontar hasta 20% y así­ sucesivamente hasta llegar a los cinco años. El plan oficial no es eliminarlo porque el objetivo es beneficiar al que cumple pero castigar al que evade, en referencia a que muchas personas tienen cuenta bancaria pero aún así­, no pagan todo lo que deberí­an.

El Congreso sin mayorí­a

Un dato no menor refiere a que cualquier cambio impositivo debe contar con el aval del Congreso. Y ya es posible aventurar, que después de las elecciones legislativas de octubre, el oficialismo no tendrá mayorí­a en ninguna de las dos cámaras.

"Estamos ante un escenario similar al que se afrontó ante los últimos cambios en Ganancias aprobado por el Congreso. El oficialismo está condenado a negociar", aseguraron las fuentes consultadas por este medio.

"En aquella oportunidad, mientras el oficialismo presentaba una iniciativa razonable, desde la oposición se encargaron de bombardear el proyecto del Ejecutivo con iniciativas impracticables. Situación similar se podrí­a dar en la discusión del proyecto de reforma tributaria", aseguró un reconocido experto.

Reforma impositiva

Hasta el momento, sólo se conocen lineamientos generales de la reforma impositiva que plantea el Gobierno:

-Impuesto al Cheque: Aunque hay coincidencia en que se trata de uno de los tributos más distorsivos que tiene la economí­a, el Gobierno no apuesta a eliminarlo.

Así­ como está previsto para las pequeñas y medianas empresas en la Ley Pyme, la idea oficial es que pueda tomarse a cuenta del impuesto a las Ganancias.

Habrá un esquema de gradualismo, por lo que el primer año se podrá descontar hasta 20% y así­ sucesivamente hasta llegar a los cinco años. El plan no es eliminarlo porque el objetivo es beneficiar al que cumple pero castigar al que evade, en referencia a que muchas personas tienen cuenta bancaria pero aún así­, no pagan todo lo que deberí­an.

-Impuesto a las Ganancias: También con este tributo la idea es seguir los lineamientos planteados por la Ley Pyme. Las empresas que reinviertan sus utilidades pagarán menos Ganancias o directamente no pagarán. Y el mí­nimo no imponible no se modificará.

-IVA: El Gobierno no está pensando en bajar el IVA, ni siquiera para los productos de primera necesidad como plantea la plataforma de campaña del candidato 1Paí­s, que lidera Sergio Massa. Hay una idea, sin embargo, de evitar las fuertes distorsiones que hoy existen entre distintos alimentos, ya que algunos están exentos, otros pagan 10,5% y otros 21 por ciento.

-Renta financiera: El Gobierno está pensando en gravar los intereses de las personas fí­sicas, es decir, la renta de los plazos fijos. No así­ la de los bonos, que hoy tampoco está gravado.

-Ingresos brutos: Este es un impuesto provincial que representa, para todos los distritos, la mayor parte de la recaudación. Por lo tanto, será una discusión ardua que deberá dar el Ejecutivo con los distintos mandatarios.

En el Gobierno están pensando en una especie de Pacto Federal como se firmó en 1993 en el que los gobernadores se comprometan a reducir Ingresos Brutos a cambio de concesiones que haga la Nación, como por ejemplo renovación de deudas, mayores fondos para obra pública, entre otras.