¿Tenemos que cambiar nuestra alimentación durante el invierno?
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Hay comidas de verano y comidas de invierno. Las primeras suelen ser más frescas, frutales y livianas, mientras que las segundas son más calóricas, abundantes y se sirven calientes. Además del tipo de productos que se puede encontrar en cada estación del año, esto se suele dar por el clima y lo que ese clima "invita" a comer.
En este contexto, cabe preguntarse si es necesario adaptar la alimentación al tiempo y la temperatura. En otras palabras, ¿el cuerpo necesita ese cambio o es sólo una cuestión de hábitos y costumbres?
"En todas las estaciones tenemos alimentos que son específicos por los nutrientes y micronutrientes que nos aportan", explica la Dra. María de los Ángeles Sanchez Calvin, médica especialista en nutrición, psicología médica y experta en psiconutrición. A su vez, la experta agrega: "En ellos tenemos que basarnos para no equivocarnos. La naturaleza es sabia, sólo hay que saber escucharla".
Entonces, ¿qué productos se recomienda comer en invierno?
"Podemos elegir alimentos como: calabazas, tomates y remolacha que aportan alto contenido en carotenos y son precursores de la vitamina A y flavonoides antioxidantes que combaten a los radicales libres. También están las frutas de estación como cítricos ricos en vitamina C naranja, pomelo, limón, mandarina y banana, manzana entre otras", menciona la profesional.
Asimismo, indica que "hay una creencia colectiva de que en la época de frío se debe aumentar la cantidad de calorías ingeridas, pero no es así salvo que se hagan deportes de invierno o trabajos en lugares de temperaturas extremas". En relación a esta idea, dice: "Sí se pueden elegir platos reconfortantes, saludables calentitos y ricos basando la alimentación en abundancia de verduras. Por ejemplo: las verduras y hortalizas pueden prepararse al horno, al vapor, salteadas con rocío vegetal o grilladas y formar parte de guisos, cazuelas, salsas hipograsas y ensaladas".
Las comidas calientes que resultan saludables en invierno son sopas, guisos con cereales integrales, los granos enteros y las legumbres que ofrecen gran cantidad de vitaminas y minerales como: garbanzos con calabaza, lentejas con verduras, estofado de lentejas, cazuela de pescado con garbanzos y purés con carnes magras.
Qué hábitos se recomienda incorporar durante el invierno
"Los hábitos para incorporar durante el invierno para estar saludables son incrementar el consumo de verduras y frutas, hidratarse, aunque no se tenga sed, a veces el clima no ayuda a escuchar nuestra sensación de sed y se pierde mucho con los abrigos que llevamos y las calefacciones", explica la Dra. Sánchez Calvin, quien agrega que se debe "acompañar con ejercicio físico siempre".
Por otro lado, aconseja "agregar una cucharada de aceite de oliva, girasol o maíz en cada ensalada porque ayudan a absorber las vitaminas liposolubles (A, D, E,K) y tienen sustancias que el organismo no puede formar".
Si se consumen proteínas de origen animal "que sean magras, pollo sin piel, carnes y pescados cortes magros, quesos blandos con bajo contenido de grasa como queso fresco, por salut y mozzarella", aconseja la profesional, quien a su vez recomienda evitar las harinas refinadas.
Cuando bajan las temperaturas aparece más fácilmente el intento de compensación del organismo por la pérdida de energía sensada termogenicamente y, si a eso le sumamos el estrés y las emociones que se desprenden del trastorno depresivo estacional, bastante común en invierno y en mujeres, caracterizado por la pérdida de concentración y falta de energía e interés diario con una necesidad aumentada de consumir más comida de lo habitual, en especial carbohidratos, así como aumento de sueño, se produce un momento difícil de transitar si no se tienen la seguridad de que en realidad es la adaptación humana a sobrellevar el cambio climático.
Si el cuerpo humano sensa que está perdiendo temperatura, aumenta la producción de la hormona melatonina, encargada de disminuir la temperatura corporal y estimuladora del sueño, aumenta la necesidad de consumo de alimentos hipercalóricos como el azúcar, chocolate, manteca o harinas refinadas, ya que el organismo cree que necesita calorías para subir la energía y aumentar la sensación de confort, utilizando a la comida como un mecanismo de afrontamiento.
En este sentido, para evitar los atracones de alimentos hipercalóricos, "en caso de que se sufra hambre emocional por el clima la mejor manera es alimentarse bien y variado, disfrutar de una alimentación sustentable, sostenible y responsable", indica la Dra. Sánchez Calvin. En este sentido, agrega: "Legalizar el placer y el disfrute ante ciertos alimentos como el chocolate, para que luego no aparezca la culpa o la restricción".
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Siempre es recomendable, por una cuestión económica y de nutrientes, adaptar la alimentación a las frutas y verduras de estación, que son las que tienen todo lo necesario para una alimentación balanceada, sustentable equilibrada y sostenible.