Qué le pasa a tu cuerpo si no comés frutas con cierta frecuencia
Actualmente ya nadie duda de que comer frutas y verduras es uno de los pilares de la alimentación saludable.
Comer este tipo de alimentos ayuda a obtener todos los nutrientes que cuerpo necesita, sobre todo si se combina su ingesta con otros productos esenciales. El consumo de fruta puede reducir la presión arterial, el riesgo de enfermedad cardíaca, prevenir algunos tipos de cáncer, y brindar a la persona una mejor calidad de vida.
De hecho, un estudio que comparó la ingesta de frutas y verduras con todas las causas de mortalidad encontró que solo una porción de fruta diaria, (el equivalente a una manzana), implicaría 19 meses extra de diferencia entre la vida y la muerte.
Sin embargo, a pesar de todos estos beneficios, en general hay una baja ingesta de frutas a nivel mundial.
Esta falta se podría compensar con una ingesta variada de verduras, pero esto es algo que tampoco se da en la mayoría de los casos.
En este contexto, resulta interesante conocer cuáles son los riesgos de no consumir frutas ni verduras de manera frecuente y variada.
No obtenés todos los antioxidantes y nutrientes que aportan
Las frutas aportan un buen número de nutrientes esenciales para el cuerpo, como minerales y vitaminas que de otra manera podría ser difícil de conseguir. Entre ellos, la vitamina C, el potasio o los folatos, claves para la creación del glóbulos rojo o el desarrollo del feto durante el embarazo.
No comer fruta hará más difícil conseguir los antioxidantes y compuestos vegetales que aportan estos alimentos, de modo que el cuerpo se vuelve más vulnerable al daño celular causado por los radicales libres.
Por ejemplo, muchos de los fitonutrientes presentes en las frutas se ha visto que son capaces de aumentar enzimas de desintoxicación, e incluso reparar los daños en el ADN, una de las principales causas del envejecimiento que puede, además, dar lugar a mutaciones que deriven en cáncer.
Puntualmente, limones, caquis, frutillas y manzanas se encuentran entre los alimentos (todos vegetales) que mejor promueven esta capacidad de reparación del ADN en el cuerpo, de acuerdo a lo que indica un estudio.
Pueden crecer los riesgos de sufrir patología cardiovascular
Las dietas ricas en potasio pueden ayudar a mantener una presión arterial saludable. Algunas de las fuentes de este mineral incluyen plátanos, ciruelas melocotones, albaricoques o melón.
Un estudio sobre 469.551 participantes encontró que una mayor ingesta de frutas y verduras se asoció con un riesgo reducido de muerte por enfermedad cardiovascular. El riesgo caía un 4% por cada porción adicional de estos alimentos que se incluía en la dieta diaria.
A su vez, una revisión de 9 estudios, recogida pro Healthline, encontró que cada porción diaria de fruta consumida redujo el riesgo de enfermedad cardíaca en un 7%.
Además, las frutas son bajas en calorías, sodio, grasas y no aportan colesterol, factores óptimos para la salud de tu corazón.
Algunas frutas podrían proteger contra el cáncer
Aunque es necesaria mucha más investigación, la evidencia indica que una dieta rica en frutas y verduras parece tener un efecto protector frente a la aparición de ciertos tipos de cáncer.
Según una investigación que siguió a 90.476 mujeres premenopáusicas durante 22 años, aquellas que comieron mayor cantidad de fruta durante la adolescencia (aproximadamente 3 porciones al día) tenían un 25% menos de riesgo de desarrollar cáncer de mama en comparación con las que consumían la menor cantidad (0,5 porciones) al día.
Asimismo, los investigadores también siguieron a 90.534 mujeres premenopáusicas durante 20 años y encontraron que una mayor ingesta de fibra durante la adolescencia y los primeros años de edad adulta se asoció con un riesgo reducido de cáncer de mama a lo largo de los siguientes años. En concreto aquellas que llevaron la ingesta más alta de fibra a base de fruta tuvieron un riesgo 12% menor de cáncer de mama.
Es posible que tu salud intestinal se resienta
Como las verduras, las frutas también son una excelente fuente de fibra dietética, que puede ayudar a mantener un intestino sano y prevenir el estreñimiento y otros problemas digestivos.
Una dieta rica en fibra también puede mejorar los niveles de colesterol y azúcar en sangre e incluso reducir el riesgo de padecer cáncer de intestino.
También contienen polifenoles, antioxidantes que han demostrado alterar la microbiota intestinal, de modo que contribuyen a mejorar la proporción de bacterias saludables frente a las perjudiciales.
Quizá cueste más controlar el apetito
Las frutas son el snack perfecto para picar entre horas de forma sana y sin añadir muchas calorías o grasas extra al cuerpo.
Estos alimentos son un buen aliado cuando se busca perder peso o simplemente llevar una dieta saludable, ya que la fibra presente en muchos de ellos ayudará a mantener la sensación de saciedad por más tiempo. Es importante destacar que para ello también sirve su elevado contenido en agua y el esfuerzo extra que suele conllevar masticar la mayoría de frutas.