El estrés y su impacto en la salud: cómo puede aumentar los niveles de colesterol
La relación entre el grado de estrés y el aumento de los niveles de colesterol en el organismo ha sido demostrada por diversas investigaciones. Algunas personas que mantienen durante muchos años niveles elevados de estrés han tenido incrementos en los valores de colesterol.
Si bien esto es cierto, todavía no está claro el mecanismo que desencadena esta relación. En otras palabras, es cierto que el estrés puede aumentar los niveles de colesterol, pero no se sabe con precisión por qué esto sucede, es decir, cuál es el proceso que sucede en el cuerpo para que el colesterol sea el valor que sube.
Es importante tener en cuenta que el colesterol se divide en dos tipos.
EL LDL se conoce como colesterol de baja densidad o malo; es este el tipo que aumenta por el estrés y que puede resultar perjudicial para la salud. Esto lo que hace es dificultar que la sangre circule adecuadamente hacia el corazón. Es por esta razón que tener niveles altos de este tipo de colesterol aumenta la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares, lo que hace que sea necesario llevar un control del mismo.
Lo ideal es que tengamos un nivel de colesterol LDL por debajo de los 100 mg/dL (un nivel superior a 160 mg/dL ya se consideraría demasiado alto). Por otro lado, también existe el llamado colesterol bueno. El colesterol bueno (colesterol HDL, de alta densidad) es aquel que transporta el colesterol de otras partes del cuerpo al hígado. A su vez, es el hígado el que elimina este colesterol del cuerpo.
¿Cuál es el mecanismo que sube el colesterol por estrés?
Según las investigaciones, el hecho de padecer estrés podría aumentar los niveles de colesterol. En un estudio realizado con una muestra de 90 mil personas, se encontró que las personas que afirmaban sufrir estrés en el trabajo, tenían una mayor probabilidad de tener un colesterol alto. Esto se podría relacionar con el hecho de que el cuerpo, cuando está estresado, libera cortisol ("la hormona del estrés") y niveles altos de cortisol a largo plazo podrían aumentar, a su vez, el colesterol malo.
¿Cómo influye el estrés en el aumento del colesterol?
Cuando las personas se estresan, el cuerpo necesita mayor cantidad de energía, que obtiene a través de la glucosa y la grasa.
Además, en situaciones de estrés, el hígado se congestiona, lo que interfiere en el correcto metabolismo del mismo. Esto hace que se libere mayor lipoproteína de baja densidad, que es la que transporta el colesterol malo (colesterol LDL) al torrente sanguíneo.
Además, el estrés hace que aumente la producción de otras sustancias en el organismo, tales como la interleuquina 6, la proteína C reactiva y el factor de necrosis tumoral. Todas las sustancias mencionadas intervienen, de forma directa, en la producción de procesos inflamatorios y favorecen también la formación de ateromas (pequeñas lesiones) en las paredes arteriales.
Cuando los individuos están estresados, además, son el corazón, el cerebro y los pulmones los tres órganos que reciben un mayor flujo de sangre. De esta manera, el estrés aumentaría los niveles de colesterol en sangre, pero además produciría un aumento de la glucemia, de la coagulación, del ritmo cardíaco, de la presión arterial y de los niveles de ansiedad.
Qué otros impactos tiene el estrés en el cuerpo
El estrés no es solo un problema que puede aumentar el colesterol. También puede provocar otros síntomas a nivel corporal, físico, y que finalmente pueden afectar el comportamiento de la persona.
Así, el estrés que no se controla puede contribuir a muchos problemas de salud, como la presión arterial alta, las enfermedades cardíacas, la obesidad y la diabetes.
El estrés en el cuerpo
El dolor de cabeza, la tensión muscular, y el dolor en el pecho son algunas de las manifestaciones que este trastorno puede provocar a nivel físico. Asimismo, es frecuente que los pacientes refieran sentir fatiga, cambios en el deseo sexual, malestar estomacal y problemas en el sueño.
El estrés en el estado de ánimo
A nivel anímico, el estrés también puede provocar una serie de síntomas que pueden resultar perjudiciales para la salud mental de la persona. La ansiedad, la inquietud y la falta de motivación o de capacidad de enfoque son algunos de los más frecuentes. Asimismo, es común que las personas estresadas se sientan abrumadas, irritables o enojadas, al tiempo que pueden estar tristes o deprimidas.
El estrés en el comportamiento
La conducta es otro de los aspectos que se puede modificar a partir de la aparición del estrés. Los cambios en la conducta alimentaria se pueden ver afectados por este estímulo; es frecuente que las personas en situaciones de estrés comiencen a comer mucho, muy por encima de las cantidades regulares, o por el contrario, muy por debajo.
Los arrebatos de ira, el consumo de drogas ilegales, el alcoholismo, el consumo de tabaco, el aislamiento social, ya sea en general o de su grupo de pertenencia, y la disminución de la práctica de ejercicio, son otros de los síntomas que pueden aparecer como consecuencia del estrés.