El mes arrancó con cobertura récord: más ahorristas huyen del peso y se refugian en el dólar
El dueño de un mayorista de alimentos se vio obligado a bloquear los pedidos de sus clientes al mediodía de ayer miércoles. Desde bien temprano había notado un pico de ventas, tanto de parte de comercios minoristas y también de sanatorios y clínicas privadas que buscaban asegurarse mercadería para el resto del mes. El temor a problemas con las entregas de productos a medida que se acerque la fecha del balotaje, o incluso después del 19 de noviembre en caso de darse una devaluación, hizo que comerciantes y también consumidores minoristas arrancaran noviembre con una única prioridad: evitar sobresaltos más adelante.
Una dinámica similar se notó en un par de cadenas de supermercados consultadas por iProfesional.
También hubo un fuerte crecimiento en las ventas de dólar "ahorro" en los bancos, además de operaciones en el mercado del MEP. En ambos casos, de parte de asalariados que cobraron en el comienzo del mes y buscan refugio en el dólar. Un público que percibe barato el billete verde por debajo de los $900, luego de haberlo visto bien arriba de los $1.000.
"Sigue la carrera por sacarse los pesos de encima", define el empresario que es socio del mayorista de alimentos de la zona sur del conurbano bonaerense. Él mismo se armó de un importante stock de mercadería, que ahora no está dispuesto a desarmar ni siquiera aplicando aumentos por encima de la media.
"Si la situación empeora, como muchos creemos, después del balotaje, entonces será más importante tener mercadería que vender ahora con un margen más grande. Por eso prefiero ponerle un límite a las ventas", admite en su charla con iProfesional.
Lo llamativo es que esta ola de cobertura, que tuvo su pico después de la devaluación de agosto, se sostuvo en las semanas siguientes. Incluso ahora, a pesar de que el dólar se tranquilizó después de las elecciones de octubre.
Dólar: perspectiva de tiempos difíciles
La cobertura ante movimientos sinuosos para después de las elecciones no significa que se mantenga la corrida bancaria. Los depósitos se han estabilizado tras las elecciones generales. Se desinfló el temor a una explosión total.
Desde los bancos y también en las empresas perciben que la clave de esa estabilidad -frágil, por cierto- se vincula con el resultado de las elecciones. Al hecho de que se haya pinchado la posibilidad de una dolarización compulsiva, sin dólares suficientes en el Banco Central, lo que implicaba una paridad de conversión explosiva.
Esa es la clave para entender el motivo que llevó al dólar contado con liquidación de $1.110 a $900 en la última semana y media. Eso no significa que la crisis no pueda agravarse en las próximas semanas. Al contrario.
El hecho de que se mantenga la cobertura que están tomando tanto empresarios como consumidores minoristas habla del temor a que haya una nueva devaluación tras el balotaje.
La economía, el día después del balotaje
Está claro: el Gobierno no tocará nada hasta el domingo de la segunda vuelta. No habrá subas de las tasas de interés ni cambios en las reglas de juego en el mercado cambiario.
En la relación con las empresas, el Ejecutivo también planteó algo similar pero dando una dosis de flexibilidad. A las empresas de la alimentación les habilitó subas de precios de hasta 5%, con el compromiso de volver a juntarse después de las elecciones. Ahí se reabrirán las negociaciones, cuyo resultado dependerá de si cambian las reglas con el dólar.
Lo mismo con las petroleras, aunque ahí los aumentos permitidos llegaron al 10% por el nivel de atraso en los precios: mientras que la nafta se encareció 66% en lo que va del año, la inflación trepó al 115% aproximadamente.
Acá la cuestión es qué va a pasar después del domingo 19. Gane Javier Milei o gane Sergio Massa, seguramente habrá una devaluación. Aunque se desconoce la magnitud.
Si el próximo presidente es Milei, es probable que intente una salida rápida del cepo. Una terapia de shock, que es lo que el candidato viene insinuando.
En caso de que gane Masa, en cambio, lo más probable es que vaya por un gradualismo.
Como ya publicó iProfesional, el candidato peronista iría por el lado de un desdoblamiento cambiario. Por lo menos hasta mediados del año próximo, cuando ingresen los dólares de la cosecha gruesa. Una especie de "plan puente" hasta que aparezcan las divisas en las reservas del BCRA. Sin ese respaldo sería crítico el levantamiento del cepo.
Con dólares en el Banco Central, recién ahí Massa se inclinaría por una unificación cambiaria, con restricciones al flujo de capitales.
Massa, incluso, contempla el envío de una serie de leyes al Congreso para darle forma a un plan económico integral, algo que se evitó durante los gobiernos kirchneristas, incluido el actual de Alberto Fernández.
A medida que se vaya acercando la fecha del balotaje, los candidatos van a delinear sus equipos. Ahí va a estar la próxima clave de la dinámica económica preelectoral.