Suba de tasa: ¿alcanzará para frenar la escalada de los dólares paralelos y enfriar la inflación?
El Banco Central (BCRA) decidió este jueves una medida clave para los inversores que apuestan a los depósitos en plazo fijo: subió la tasa de política monetaria ante la aceleración de la inflación, que en febrero fue de 6,6% y en marzo rondará el 7%, según las últimas proyecciones.
La entidad monetaria dispuso subir la tasa de la Leliq a 28 días 3 puntos porcentuales y elevarla de 75% anual (TNA) a 78%, con lo cual el rendimiento del plazo fijo tradicional a 30 días de hasta $10 millones para personas físicas será de 6,41% mensual. Así, la tasa efectiva anual (TEA) se ubicará en 113,2 %. Para el resto de los plazos fijos, la tasa es de 69,5% nominal anual.
Además el BCRA mantuvo inalteradas las tasas de interés activas reguladas correspondientes a las líneas preferenciales para MiPyMEs y tarjetas de crédito. Y dejó sin cambios la tasa de los pases a un día en 72% nominal anual.
La entidad monetaria manifestó que "continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar su política de tasas".
Los analistas consultados por iProfesional afirmaron que la decisión de subir la tasa va "en la dirección correcta", aunque para algunos la magnitud del alza es "escasa", y advierten que la medida "no es suficiente" para controlar la inflación, aunque podría ayudar a apaciguar la escalada de los dólares paralelos.
Suba de tasas: ¿cuáles son los motivos?
El BCRA mantenía sin cambios la tasa de interés del plazo fijo desde septiembre último. Pero ante el mal dato de inflación de febrero, que cortó una racha de tres meses con la tasa en terreno positivo, la retocó en busca fomentar el ahorro en pesos y desalentar una mayor dolarización. En este sentido, el objetivo sería evitar así más presión sobre el dólar blue y las divisas financieras, que en los últimos días se recalentaron.
Los analistas especulaban que el marcado rumbo ascendente de la inflación obligaría al BCRA a subir la tasa para que no fuera negativa en términos reales, dado que ese es compromiso ante el FMI, aunque en el mercado estimaban un ajuste de 400 o 500 puntos básicos (bastante por encima de los 300 que se aplicaron).
De hecho, en el comunicado difundido por el FMI el lunes en el marco de la revisión del acuerdo con Argentina, se enfatizó esta cuestión al señalar que "para hacer frente a las continuas presiones inflacionarias que han repuntado en los últimos meses, las autoridades pretenden mantener positivas las tasas de interés oficiales en términos reales".
En ese sentido, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, consideró: "La suba de la tasa es cauta, creo que el Gobierno la sube para cumplir con el FMI y quedar en línea con la inflación, no la sobrepasa, y queda por debajo de la núcleo" que en febrero se ubicó en 7,7%. De hecho, la inflación núcleo fue la más alta desde que se lanzó el nuevo IPC Nacional en 2017 y encendió la alarma en un mercado donde consideran que es el mejor reflejo de la tendencia inflacionaria, al excluir precios regulados y estacionales de su cálculo.
A su vez, Tobías Pejkovich, economista de Facimex Valores, destacó que "se trata de una suba esperable teniendo en cuenta la aceleración inflacionaria de febrero en un contexto en el que el equipo económico se comprometió con el FMI mantener una tasa real positiva"
"De esta forma, la tasa de referencia sigue siendo positiva en términos reales si uno mira la inflación de los últimos 12 meses y la esperada para los próximos 12 meses según el REM. Aunque, al mirar exclusivamente el dato de inflación de febrero (6,6% mensual, 116% anualizado), la tasa de política monetaria sigue siendo algo negativa; aunque estaría levemente por encima del devengamiento del índice CER (112,2% TEA)", explicó.
A su vez, Emiliano Anselmi, analista de PPI, cree que en la decisión se incrementar la tasa "más que estar mirando la inflación, el BCRA está mirando con mucho temor que se le despierten los dólares financieros, teniendo en cuenta que ya no estaría más interviniendo el Tesoro, la recompra (de deuda) habría llegado a su fin según lo que dijo el comunicado del FMI".
Para el especialista Salvador Vitelli, esta suba de tasas "si bien la camuflan en términos de inflación, para mi está más referida a la dispara de los dólares financieros, que los quieren mantener un poco más controlados. En un escenario de excesos de pesos, con una tasa que va quedando corta debido a la inflación, puede haber un vuelco de inversores hacia el dólar, y eso es lo que no quieren que pase".
Suba de tasas: medida acertada
Pejkovich dijo que "la suba de tasas se trata de una medida que apunta a la dirección correcta y la magnitud tiene sentido para no agregar mayores presiones sobre las tasas de corte de las Ledes que ofrece el Tesoro en las licitaciones primarias".
Para el analista Gustavo Ber, "la suba de tasas es una decisión correcta en vista de la aceleración de la inflación y en busca de evitar tensiones financieras, aun cuando los 300 puntos estuvieron por debajo de la expectativa, y que como contrapartida continuaría afectando el nivel de actividad económica".
Manoukian, evaluó que "para marzo, esperamos una inflación acercándose al 7%, por lo cual creemos que, a pesar de sus costos cuasifiscales (incrementará la emisión asociada a los intereses que pagan los pasivos remunerados), la medida va en la dirección correcta".
El analista financiero Christian Buteler también juzgó que "es obvio que tenía que subirla por la inflación de febrero, pero la magnitud del alza es un poco escasa".
En tanto, el economista Federico Glustein coincidió en que "la decisión es acertada ya que hace seis meses que la tasa estaba fija pero la inflación se aceleraba". y acotó que "con este alza, la TEA queda en 113%, lejos del 118% que ofrece el Tesoro en las LEDES de corto, lo que evita la competencia interna y muestra las grietas que se mostraron en el último canje de deuda".
¿Alcanza la suba de tasas o se quedó corta?
Nery Persichini, de GMA Capital, precisó que "en términos mensuales, esta nueva tasa equivale a 6,41%; es decir que todavía está debajo del dato de inflación de febrero y, posiblemente, también del de marzo. Y detalló que "tomando la tasa efectiva anual queda en 112,98%, por encima del dato actual (102,5% de inflación interanual en febrero), pero quizás se quede corta con la inflación de fin de año".
De igual diagnóstico, la economista Natalia Motyl tildó de "corta" la suba de la tasa porque "el rendimiento mensual está por debajo de la inflación proyectada para marzo y abril, y opinó que el aumento debió haber sido "más agresivo, hasta los 500 puntos básicos, más con el contexto internacional actual con las turbulencias en el sistema financiero global, que hacer prever una salida de capitales de países emergentes, como el caso de la Argentina hacia activos más seguros".
"Ante la suba de tasas a nivel internacional y en medio de una inflación inercial tan alta que no es fácil de bajar, no reaccionar de forma agresiva es una señal negativa para los mercados, que esperan que los atraigan con los activos en pesos frente a un incremento del riesgo y a medida que se va acercando un recambio de gobierno", juzgó. Según su visión, "hoy, quedarse en un plazo fijo tradicional no es opción".
¿La suba de tasas logrará controlar la inflación?
Menescaldi afirmó que la suba de tasas del BCRA "es moderada porque saben que hoy aumentar la tasa ni te va a frenar la inflación ni te van generar contener la dolarización, el esfuerzo que están haciendo está destinado a cumplir con el FMI y que le giren el desembolso en el corto plazo".
Buteler concordó que "subiendo tasas nada más no vas a poder controlar la inflación, pierde mucha efectividad la medida si seguís emitiendo de la forma que lo venís haciendo".
"Ya a estos niveles de tasa, si no viene acompañada de una restricción fuerte en la emisión, la dinámica que trae la inflación no la vas a poder quebrar", aseveró.
De igual diagnóstico, Alejandro Giacoia, economista de EconViews, resaltó: "En todos los países serios el banco central reacciona con la tasa cuando sube la inflación, y en ese sentido está bien que el BCRA haga algo".
"Ahora, acá en Argentina, ¿estos tres puntos que subió la tasa van a cambiar la dinámica de la inflación? La verdad es que no. Marzo va a volver a ser alto y lo más probable es que 2023 sea peor que 2022. Cuando la inflación llega a estos niveles, no alcanza solo con subir la tasa para que baje, se necesita ordenar toda la macro", argumentó.
En la misma línea, Andrés Reschini, analistas de F2 Soluciones Financieras, planteó que "si lo miramos de manera aislada, la suba de tasas es un instrumento válido para combatir la inflación; en el primer bimestre el IPC viene al 108,15% anualizado, de modo que con la tasa al 113% TEA tendría que alcanzar".
"El problema es que en este contexto, la tasa sola no alcanza porque sigue creciendo la emisión de moneda y esto es como acelerar y frenar a la vez. O sea que no es sostenible en el tiempo", fundamentó.
Dólares paralelos: ¿se podrá apaciguar la escalada?
La decisión de subir la tasa se adoptó en una jornada en la cual el dólar blue subió $4 pesos, cerró en $383, y se recalentó la cotización de las divisas financieras. El contado con liquidación finalizó en $400,62.
Para Giacoia, el aumento de la tasa de los plazos fijos "puede ayudar para controlar las cotizaciones de los tipos de cambio paralelos y creo que ese es el objetivo del BCRA al subirla".
En igual línea, Persichini afirmó que "con este nivel de nominalidad, la tasa de interés cuenta con una potencia débil para combatir la inflación, pero sí es más utilitaria en la batalla contra la dolarización de portafolios".
"La mejora en los rendimientos nominales intensifica el costo de oportunidad de invertir en moneda dura. Tomando la nueva tasa de plazos fijos para personas humanas de 6,5% mensual, para igualar eso el tipo de cambio MEP debería escalar, partiendo del $387 actual, a $412", precisó.
Con igual mirada, Ber consideró que la suba de la tasa "podría resultar suficiente para extender a corto plazo" el atractivo del plazo fijo, pero "no detendrá el reacomodamiento de los dólares financieros, que deben acompañar la nominalidad de la economía para evitar atraso".
"La dolarización no la va a frenar la tasa, sólo amortigua el nivel de pesos que podrían sumarse para presionar en un contexto externo adverso y en un período pre electoral, sólo se apunta a evitar sumar tensiones cambiarias en esta etapa de transición", señaló.
Para Reschini, "habrá que ver si el mercado se siente satisfecho con esta tasa; pienso que al no haberse realizado las reformas de fondo que la economía requería, en año electoral y afectado por la sequía, si la tasa trae calma no será duradera".
Por su parte, Manoukian destacó que el incremento de la tasa "apunta en esa dirección (de frenar la presión sobre los dólares financieros) pero dado el grado de inestabilidad del escenario macroeconómico, con una aguda escasez de dólares presente y de cara a los próximos meses, no podemos descartar nuevas subas hacia adelante".
Asimismo, Glustein aseguró que "respecto de (frenar) la dolarización, puede ayudar, dado que inicialmente se va a sentir el impacto de la suba de tasa. Pero, al ser menor que la inflación, el efecto podría agotarse rápidamente, teniendo en cuenta el recalentamiento de los precios, la demanda de dólares en época electoral que crece y la falta de dólares por la sequía".
Los costos de subir las tasas
Si bien una nueva suba de tasas ayudaría a contener presiones cambiarias, tomar esa decisión no es fácil para el BCRA por el costo que implica esa medida en términos de actividad económica, deterioro del déficit cuasifiscal de la entidad, y el encarecimiento del crédito para las familias y empresas.
Al respecto, Persichini advirtió que "la decisión de política monetaria aumenta la factura en concepto de intereses cuasifiscales. E indicó que "la Leliq a la tasa vieja venía devengando $550.000 millones por mes, y con la actualización de 300 puntos básicos, los intereses sumarían $ 573.000 millones por mes".
Pejkovich también hizo hincapié en que "la contracara de esta mayor consistencia entre tasas de interés e inflación y devaluación es la renovada presión sobre los intereses de los pasivos remunerados". Y puntualizó que "con la suba de tasas, estimamos que el pago de intereses pasa a correr a un ritmo anualizado que asciende al 252% de la base monetaria y al 13,5% del PBI actual, cuando previo a la suba estas cifras eran del 242% y 13% respectivamente", puntualizó.