"El dólar libre va a seguir subiendo, porque es un refugio contra la inflación", alerta Colina
El principio de acuerdo entre el Gobierno y el FMI no alejó los "fantasmas" de los analistas respecto a la gran cantidad de desafíos que tiene la economía argentina, con el dólar y la inflación en el centro de atención.
Para profundizar sobre estos temas, iProfesional entrevistó a Jorge Colina, economista de la consultora IDESA, que sostiene que "si se sigue creyendo que la economía anda bien, la crisis se agravará".
Con formación como Master of Art in Economics en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) y Master in Finance en la Universidad de Amsterdam (Holanda), opinó sobre los desafíos del Gobierno, y qué puede ocurrir con las reservas, devaluación y precios.
-Más allá del anuncio de acuerdo entre el Gobierno y el FMI, ¿cuál es su opinión de la situación económica?
-La situación es extremadamente frágil. La inflación está por encima del 50% con expectativas al alza, la brecha del dólar paralelo con el oficial por encima del 100% y creciente. En tanto, el dólar oficial crece por debajo de precios y salarios, lo que implica que el atraso cambiario oficial se agrava.
Por otro lado, el Estado nacional no tiene financiamiento porque el mercado sólo le renueva vencimientos, por lo que tiene que financiar todo el déficit fiscal con emisión monetaria. Hay que recordar que el déficit financiero y emisión en el 2021 fueron, en ambos casos, de 4,5% del PBI, y el Gobierno parece creer que esta situación refleja una "economía normal".
Esto último se detecta cuando el oficialismo arma toda una interna política en torno a "FMI sí o FMI no", ignorando que el acuerdo con el Fondo Monetario ni siquiera es el principio de la solución.
-¿Y qué función tendría este acuerdo?
-El acuerdo con el Fondo es, simplemente, para que un default con el organismo no siga agregando fragilidad a la situación. Si la fragilidad se termina derrumbando, significa que se producirá una estampida inflacionaria fuerte con mayores costos sociales y económicos que los sufridos hasta ahora.
-Mencionaba que la devaluación oficial sigue por debajo de la inflación, ¿qué puede ocurrir al respecto?
-Lo que va a pasar con el dólar libre es que va a seguir subiendo, porque este dólar es refugio contra la inflación. Entonces, mientras la inflación siga alta, el dólar libre seguirá subiendo porque la gente lo busca.
Es decir, no hay que detenerse en las subas y bajas diarias, sino en la película, que es que el dólar libre se mantiene creciendo en la tendencia.
Por otro lado, lo que pase con el dólar oficial depende de las decisiones del Gobierno y la presión que el mercado ejerza sobre el billete oficial a través de los mecanismos formales de compra, como el dólar Bolsa (MEP), contado con liqui, entre otros.
-Entonces, ¿cómo espera que se realice la depreciación del peso?
-Naturalmente, el Gobierno va a hacer todo lo posible para evitar una devaluación brusca del dólar oficial, como ya lo dijo. Por eso, las devaluaciones serán diarias para ir acompañando, a fin de que la brecha no se siga ensanchando.
De todas formas, brechas de más del 100% pueden sostenerse en el corto plazo, pero no son sostenibles en el mediano.
-En el marco del acuerdo con el FMI y con poco ingreso genuino de divisas, ¿qué puede suceder con las reservas del Banco Central?
-El acuerdo con el FMI significa que el Banco Central recupera los u$s5.000 millones que ya le pagó al Fondo. Con lo cual, restablecería las divisas perdidas. Pero, luego, la pérdida de divisas seguirá goteando a la baja.
Entonces, si el Gobierno quiere preservar las reservas y hay fuerte presión del mercado por comprar dólares oficiales, la forma de atenuar dicha presión es con una devaluación brusca, que es lo que el Gobierno quiere evitar.
En otras palabras, si viene una presión fuerte del mercado sobre el dólar oficial, el Gobierno quedará en la encrucijada de dejar que suceda una devaluación brusca o dejar que suceda una pérdida brusca de reservas.
-En este sentido, la inflación volvió a mostrar datos alarmantes en los últimos meses, ¿qué proyección realiza?
-La inflación va a seguir empeorando. En el 2021 la tasa mensual promedio de inflación fue de 3,5%. En tanto, en el 2022 cabe esperar que se ubique por encima del 4% mensual, lo cual implica una inflación de 60% anual, que es lo que el mercado está empezando a proyectar para este año.
-¿Qué salidas le quedan al Gobierno para poder controlar esta situación tan sensible hasta el final de su mandato?
-No tiene mucho espacio para hacer en términos de hechos, porque tiene una gran diferencia de visiones en el interior de su partido sobre el rumbo que debe adoptar el país.
Por eso, lo que debería hacer es explicitar la fragilidad de la economía, en lugar de aspirar a transmitir optimismo tratando de hacer creer que la economía funciona normalmente y que, a partir de ahora, empezará a crecer.
El comienzo de la solución de los problemas es cuando los diagnósticos son correctos y aceptados, por duros que sean. Si se sigue creyendo que la economía anda bien, la crisis económica se agravará.
-¿Qué aspectos se deberían cambiar en el rumbo económico para poder salir de esta profunda crisis?
-Hay que abordar un ordenamiento integral del Estado en sus tres niveles de gobierno: nacional, provincial y municipal. Hoy lo que se tiene es un gran desorden, donde el Estado nacional cobra impuestos nacionales por el 24% del PBI, las provincias cobran impuestos provinciales sumando 5% más del PBI y los municipios cobran tasas de industria y comercio sumando otros 3% del PBI.
Esto hace que la presión tributaria esté por encima del 30% del PBI, lo que equivale a una presión tributaria de país de primer mundo.
Pero luego, en lo que son las responsabilidades de quién tiene que devolver esos impuestos en servicios a la ciudadanía, reina una gran confusión.
Ejemplo, las escuelas primarias y secundarias son responsabilidad de las provincias, para lo cual está el Ministerio de Educación provincial. Sin embargo, hay un Ministerio de Educación nacional, que no tiene ninguna escuela, pero aspira a pagar parte del salario docente de las provincias (un 7% a través del Fondo de Incentivo Docente), enviar algunas partidas para pequeños arreglos de escuela y, lo peor de todo, negocia a nivel central una paritaria docente con sindicatos nacionales para todos los docentes del país.
De esta confusión lo que surge es que los paros docentes son la regla y nadie trabaja por la calidad de la educación. Por ello, la calidad educativa se deteriora cada vez. Así, el ciudadano que pagó 30% de sus ingresos en impuestos nacionales, provinciales y municipales termina pagando de su bolsillo un colegio privado para ver si salva a su hijo de este desorden.
Lo mismo pasa con la salud pública, las viviendas sociales, las ayudas asistenciales para los pobres, el cuidado del medio ambiente, entre otras cuestiones. Tres niveles de gobierno cobrando impuestos, queriendo hacer los tres lo mismo y ninguno haciendo las cosas bien.
-En resumen, ¿qué espera para los próximos meses?
-Más inflación, más suba del dólar paralelo y más incertidumbre sobre el futuro.