En época de muy alta inflación, ¿cuáles son las mejores opciones para cancelar el saldo de una tarjeta de crédito?
En épocas de bolsillos flacos una opción para hacer frente a determinados gastos es postergar el pago de la tarjeta de crédito, ya sea cancelando el monto mínimo o trasladando al mes siguiente parte de la deuda.
De hecho, desde los bancos indican que aproximadamente un 30% de los clientes toma esa opción cada mes.
Incluso, el mismo Banco Central recomienda desde su página web que "Es aconsejable evitar pagar solo el pago mínimo del saldo de la tarjeta. La acumulación de saldo genera intereses mayores en el futuro".
En cuanto al monto mínimo, si bien existen algunas diferencias entre las entidades bancarias, en líneas generales, se calcula de la siguiente manera:
- Un porcentaje de los consumos en un pago y en cuotas.
- El total de los intereses, cargos y comisiones.
- Una parte del saldo impago del mes anterior.
- Una proporción de los débitos automáticos.
- Una fracción de los adelantos en efectivo, si fueron usados.
Cuando esta práctica se convierte en habitual, el monto mínimo de los futuros vencimientos irá creciendo a gran velocidad, al tiempo que se reducirán los límites disponibles, lo cual podría poner en riesgo a la economía familiar.
Ante esta situación, las administradoras de tarjetas de crédito proponen a sus clientes, de hecho lo hacen en los resúmenes de cuenta, financiar el saldo deudor en cuotas mensuales y a una tasa de interés establecida por el Banco Central, que en la actualidad es del 43% anual, por sumas de hasta $200.000 por tarjeta. Cabe apuntar que casi el 96% de las cuentas se ubican por debajo de ese monto.
Pero a partir de esa cifra, los bancos podrán aplicar una tasa diferencial hasta el máximo permitido por la ley de Tarjetas de Crédito, establecido en un 25% más que la tasa que perciben por los créditos personales, y similares a los que aplican las tarjetas no bancarias.
Si bien la tasa del 43% puede resultar conveniente a la luz de la inflación esperada para los próximos meses, quien elija esta opción deberá ceñirse a una serie de condiciones, entre las que se destacan las siguientes:
- El préstamo se destinará únicamente para cancelar la deuda del resumen actual de las tarjetas de crédito. Es importante recordar que los resúmenes siguientes deberán ser abonarlos en la forma habitual.
- Para acceder a él, solo basta con elegir alguno de los planes que figura en el resumen y pagar el monto mínimo.
- El monto disponible podrá variar desde $1.000 y hasta $1.000.000
- En cuanto a los límites de compra, estos serán reducidos hasta en un 50%.
- En lo que hace al préstamo en sí mismo, deben tenerse en cuenta las siguientes consideraciones:
- El préstamo será según el sistema de amortización Francés, donde la cuota es fija, pero al inicio la proporción de interés es mayor que la de capital.
- El vencimiento de la primera cuota estará diferido por 3 meses. Los intereses de estos 3 meses estarán bonificados, por lo cual la primera cuota se debitará de la cuenta al 4to mes de haberlo solicitado.
- La comisión por cancelación anticipada parcial tendrá un costo del 4% + IVA
- En tanto que si fuera total, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
- Si han pasado 180 días o más desde el otorgamiento del préstamo o ha pasado una cuarta parte del plazo pactado, entre ambos el mayor: sin cargo
- Si es antes de ese lapso o ha pasado menos de una cuarta parte del plazo pactado, de ambas condiciones la mayor: 4% + IVA
Una vez puestos en consideración estos aspectos del préstamo vía tarjeta de crédito, conviene preguntar si esta es una mejor alternativa que la de un préstamo personal tradicional, o no. En tal sentido, conviene apuntar que:
- Los préstamos para reunificar deudas se otorgan para consolidar aquellas que son de tipo personal, es decir, que no tienen otro tipo de garantía, como ser hipotecarios, prendarios, etc.
- La tasa de interés es sustancialmente mayor que la ofrecida por las emisoras de tarjetas.
- Como contrapartida, no se ven afectados los límites disponibles
Pero el hecho que marca la mayor diferencia es sin duda la tasa de interés que se cobra para un préstamo personal, que en la actualidad ronda, según el banco, el 64% anual, es decir más de 20 puntos por encima del que ofrecen las administradoras de tarjetas.