¿Cuánto se atrasaría el dólar en los próximos meses?: esto anticipa el director de reconocida consultora
El escenario para este año es borroso para muchos analistas, debido a la gran cantidad de factores que deben definirse, o al menos aclararse, hasta el momento de las elecciones.
En especial, cómo seguirá la marcha de la pandemia y qué sucederá con dos variables tan centrales para la Argentina como dólar e inflación.
Bajo este ambiente, iProfesional dialogó con Pablo Repetto, director de la consultora GRA del reconocido economista Gabriel Rubinstein.
-En pleno año electoral, ¿qué puede pasar con el dólar en un contexto de escasas reservas?
-La existencia de un cepo tan rígido con control de importaciones y de pagos al exterior, sumado a las restricciones para la operatoria libre en mercados financieros y la capacidad de intervención con bonos de organismos oficiales dieron un marco de cierta calma cambiaria.
Adicionalmente, se han dado dos factores que consolidaron esa calma: una fuerte suba de precios de materias primas con buena cosecha, y la ampliación de los DEGs.
Todo esto nos lleva a pensar que, dado los objetivos electorales de la alianza gobernante, el dólar oficial siga un sendero de devaluación por debajo de la inflación. La situación de los dólares libres puede mostrar mayor ritmo de suba, pero creemos que el Gobierno no dejará que la brecha se dispare como ocurrió en octubre del año pasado.
-Por lo que comentaba, ¿cuánto se retrasaría el tipo de cambio y qué consecuencias traería?
-El tipo de cambio que estamos esperando, con la inflación esperada, implica un retraso del orden del 8% en el año, es decir, de tipo de cambio real de diciembre de 2021 contra diciembre de 2020.
Esto no sería un gran problema a la hora de tratar de llegar un acuerdo con el FMI, dado que el nivel de atraso cambiario se da a un nivel de tipo de cambio real alto, en términos históricos.
El problema surge cuando se introduce en la ecuación la confianza. Y ahí los emergentes son la brecha y la inversión. Ambos factores son una muestra palpable de la desconfianza que generan las señales que envía el Gobierno. Por lo tanto, sin confianza el equilibrio siempre es inestable, con riesgos latentes y permanentes de un deterioro rápido de las condiciones económicas generales.
-¿Y con la inflación qué puede ocurrir?
-Nuestro escenario base es que el Gobierno logra contener la presión inflacionaria por medio de un mix de decisiones: atraso cambiario, atraso tarifario, represión de precios. No creemos que el proceso conduzca a los objetivos de Guzmán del 29% de incremento, pero estamos proyectando el 38% para todo el año con 28% de devaluación punta a punta. Y tarifas subiendo alrededor del 9% en el año.
-Por lo que comenta, la inflación sigue por arriba de los pronósticos, ¿qué impacto puede tener en la economía y en los bolsillos de la clase media?
-Nuestro pronóstico de inflación (38% en el año) es relativamente bajo respecto a lo que espera la mediana del REM. Si bien está por encima de lo proyectado en el Presupuesto 2021, sería una tasa no muy distinta con la que cerró el 2020, un año surcado por el efecto de las cuarentenas.
Muchos convenios salariales que se están cerrando por debajo de ese porcentaje, tienen cláusulas de revisión. Algunos de ellos con cláusula gatillo, otros con cronograma de revisiones, que estimamos que ayudarían a evitar la pérdida de los salarios frente a la inflación.
Pero no descartamos que haya mucha asimetría entre sectores, dado que no todos podrán responder igual. Un factor importante a tener en cuenta es la capacidad que tenga la economía de recomponer empleos, ya que los sectores más afectados por las restricciones y la cuarentena del año pasado, son grandes dadores de empleo
-Mencionaba la pérdida del salario, también la tasa de ahorro en pesos es inferior a la inflación, ¿se revertirá esta tendencia?
-El ahorro en pesos sigue estando definido por el cepo. La existencia de las restricciones impide que se reduzca significativamente el stock nominal del mismo, por lo que la licuación viene por la suba del dólar o la inflación, en el caso de depósitos no ajustables.
En este contexto, la manera en que se puede reducir el ahorro en pesos es por medio de devaluaciones del dólar libre, que es el mecanismo con el que los ahorristas, cuando consideran que están demasiado expuestos a una licuación, buscan dolarizar sus tenencias.
Así que en la medida que la emisión de origen fiscal se acelere, y los depósitos en pesos crezcan, existe el riesgo de que aumente también la demanda de dólar MEP o contado con liquidación para bajar esas tenencias, lo que presionaría a la brecha.
-En caso de acordar con el FMI, habría que hacer ajustes económicos en pleno año electoral. ¿Ve posible este escenario?
-Creemos que el Gobierno postergará para después de las elecciones el acuerdo con el FMI. Las condicionalidades que traen aparejados este tipo de convenios no son convergentes con el discurso del oficialismo, por lo cual, la búsqueda de un acuerdo como el que se necesita, de largo plazo, estimamos quedará para fines de año o principios de 2022.
Es posible que se consiga un "waiver" (exención), mientras se negocia para no pagar las próximas cuotas de capital. O, eventualmente, se podría usar la emisión de DEGs para cancelar los dos vencimientos de capital de este año.
-En resumidas cuentas, ¿cómo ve a la economía para este año?
-Estamos proyectando un crecimiento del orden del 7%, bajando un poco el 7,3% que teníamos estimado hasta ahora, debido a que estamos ajustando a la baja la expectativa de actividad de los meses de abril y mayo. Esto corresponde a las restricciones formales y las dificultades que se están generando en algunas nóminas de empresas, que reportan contagios masivos de Covid-19 y deben pausar su producción.-