Los "bonos más baratos del mundo": por qué la deuda argentina es la que más cae entre los emergentes
Los bonos de la Argentina volvieron a quedar en el centro de la escena. Otra vez, no por buenas razones. Mientras que Wall Street cerró en positivo y el resto de las bolsas acompañaron, los activos locales en el exterior mostraron por qué el "made in Argentina" es tan despreciado. La deuda siguió cayendo y el riesgo país -el indicador que elabora el JP Morgan- llegó a saltar hasta los 1.600 puntos. Pero sobre el final de la rueda hubo cierta reacción (luego de un comunicado del Fondo Monetario algo más "amigable" con el Gobierno y las negociaciones con Martín Guzmán) y terminaron con resultados neutros. Esto hizo que la suba del riesgo país terminara siendo del 2,5% y no 4,5% como en el inicio de la rueda.
El mercado entiende que un acuerdo con el FMI (tal como parece que será) no pasará el filtro político de Cristina Kirchner y eso está haciendo retroceder a los bonos, algo que aleja la recuperación que mostraron en la última semana. Claro, éstos sólo habían subido en las últimas ruedas por mostrar precios de remate y algunas recomendaciones de inversión por parte de bancos como Morgan Stanley y Bank of America. Otra vez, los que compraron en la recuperación pagaron un alto precio.
Oportunidad por ser los más golpeados
De hecho, la performance de los bonos argentinos es la peor en el mundo emergente. Tal como se dice en redes sociales, son "los bonos más baratos del mundo". Según datos de GMA Capital, uno de los títulos más emblemáticos como el Global 2030 (GD30) se hunde 34% desde que empezó a cotizar en septiembre del año pasado. Pasó de tener un rendimiento del 11% al actual 20%. Dice la compañía financiera que no hubo otros países emergentes con tal mala performance: Sri Lanka (que tiene el mismo rating crediticio que la Argentina) retrocedió 27% y Ecuador perdió 21%. En el mismo lapso, el promedio de emergentes cayeron 4%.
Pero lo que le sucede al Global 2030 no es casualidad. Mejor dicho, no es el único en la desgracia. El promedio de los bonos Globales argentinos (los que emitió Guzmán y que tienen legislación Nueva York) muestra pérdidas de 32%. El pico no lo tiene el que vence en 2030 sino uno un poco más largo, el Global 2035. cede 36%.
Hay factores de viaja data que inciden para que sean los que más caen: un canje que no cambió las expectativas de los inversores, la ausencia de un plan económico, y la estructura de pago de los títulos que no devengan intereses en los primeros años (algo que le quita demanda).
Marcos Buscaglia, socio de Alberdi Partners y ex Bank of America en Nueva York, dice que el mercado de bonos argentino muy ilíquido y que con pocas ventas cae fácil. "No hay flujo suficiente y mucha apatía. Pero está quedando claro que el gobierno está mostrando una radicalización en la Argentina, y que este es el tercer mandato de Cristina", indicó.
Para Delphos Investment, el discurso de la vicepresidenta del miércoles (cuando dijo que el plazo y las tasas que piden en FMI para un acuerdo de Facilidades Extendidas es inaceptable) "dejó en evidencia las claras diferencias que existen en la visión económica y política dentro del gobierno". "Mientras el Ministro Guzmán negocia en Washington las primeras pautas de un nuevo acuerdo, CFK desde Argentina marca la cancha en la cual debería moverse el ministro", agregan.
Las cartas de un duro negociador
"La tesis de apelar al momento único actual para obtener condiciones únicas tiene una ventana de tiempo muy corta. Nuestro país va por ese camino, con probabilidad de éxito muy acotada. El gobierno iba a buscar plazos y condiciones excepcionales, que no se encuentran contempladas en los manuales del FMI. El kirchnerismo siempre negoció duro, y esta no será la excepción", advierte Delphos.
El mismo Fondo, a través de su vocero Gerry Rice, negó la posibilidad de que se pueda extender el plazo de un futuro acuerdo. Por lo tanto, lo que sea que negocie Guzmán estará en los cánones previstos del organismo en términos de plazo e intereses.
El FMI emitió un comunicado en donde destacó ciertos puntos en común con el ministro Guzmán. ¿Alcanzará para que se gatille el acuerdo? Eso no se sabe. Pareciera que la fumata blanca está aún lejos y siempre tiene que pasar por los filtros que la política le imponga a la economía. En el medio, volverá la especulación en el mercado de bonos que rinden como casi nadie en el mundo a pesar de que no haya riesgos de default inminente. Inversiones para estómagos fuertes, sin lugar a dudas.