• 27/12/2024

Qué proyecta para el precio del dólar y la inflación el economista José Dapena

José Dapena, director del departamento de Finanzas y de la Maestría en Finanzas de la Universidad del CEMA, habló con iProfesional sobre dólar e inflación
27/03/2021 - 07:59hs
Qué proyecta para el precio del dólar y la inflación el economista José Dapena

En un año que aparenta ser complejo por la pandemia, elecciones legislativas e inflación alta, iProfesional dialogó con el economista José Dapena, director del departamento de Finanzas y de la Maestría en Finanzas de la Universidad del CEMA (UCEMA).

Este analista, con un master en Finanzas y Economía en el London School of Economics, habla de la brecha cambiaria, ajustes, expectativas de crecimiento para el país y cuál considera que será la estrategia del Gobierno para reflotar la actividad.

-El dólar siempre figura en el centro de la Argentina, ¿qué puede pasar con su precio en este año electoral?

-El escenario más probable en un año electoral es un intento de dólar contenido por el cepo y por el arbitraje entre dólar MULC (oficial) y dólar MEP (Bolsa), que pueda llevar adelante el Banco Central, con una tasa de devaluación intentando que corra levemente por debajo de la inflación. De manera que actúe como un ancla para el nivel de precios, de forma similar a lo que sucede con las tarifas. Sin bien en un entorno normal el valor del dólar oficial sería consistente con niveles históricos, con niveles actuales de riesgo país entre 1.400 y 1.500 puntos básicos, el elemento de incertidumbre, respecto del futuro, genera una voluntad de cobertura y de precaución. Encuentro bastante correlación entre el riesgo país y la brecha cambiaria.

La brecha cambiaria y el riesgo país tienen gran correlación en Argentina, afirma Dapena.
La brecha cambiaria y el riesgo país tienen gran correlación en Argentina, afirma Dapena.

-En este escenario, ¿qué puede ocurrir con la inflación?

-Con tanta emisión monetaria, sería muy raro que no se termine verificando un nivel inflacionario cercano del 40% a 45% anual, máxime viendo lo que está sucediendo principalmente con el precio de algunos rubros de la canasta del índice de precios. En tal sentido, el objetivo es anclar con otros rubros de la canasta, tales como los vinculados al dólar oficial, y a las tarifas, en especial estas últimas a través de los subsidios, que retribuyen a las empresas pero no inciden en la inflación.

No creo que se verifique el objetivo de inflación del presupuesto del 29%, y el escenario es muy parecido al de 2013, aunque con mayores niveles de pobreza, mayor déficit fiscal, menores reservas y mayor emisión monetaria. Hay mucha emisión monetaria excedente contenida, que tarde o temprano debería buscar el camino para reflejarse en precios, amortiguado por algún incremento de la demanda de dinero, producto de alguna hipotética recuperación. 

-Hoy las tasas de interés están por debajo de la inflación, ¿cómo puede jugar esto en el ahorro en pesos?

-Este contexto de tasas favorece el endeudamiento de las empresas, que en mi opinión intentarán tomar todo el crédito disponible a dichas tasas. El problema es que las inconsistencias macroeconómicas, reflejadas en la brecha y en el riesgo país, tarde o temprano se deben resolver, ya que pasan factura en términos de posibilidades de crecimiento y de inversión. Por el momento, el esquema económico es financiar el gasto y el consumo utilizando el capital existente, sin mucha creación adicional de capital, lo que es un problema para las posibilidades de crecimiento de largo plazo.

-¿Considera que el Gobierno realizará los ajustes necesarios para poder impulsar la economía?

-El Gobierno ya está realizando ajustes en términos reales, sobre todo en dos cuentas que pesan mucho en el presupuesto: los salarios públicos y las jubilaciones. Esto mejorará las cuentas públicas, que, sumado a un posible rebote de la actividad económica, y una menor carga de intereses producto del crédito con el FMI y la reestructuración, puede mejorar la cuenta fiscal. Es decir, un atisbo de ello es el resultado fiscal de enero 2021, pero no al extremo de colocar a la economía en un sendero de crecimiento, ya que hay mucha desconfianza y falta de credibilidad con respecto a la política, con cierto nivel de desgaste. Esa falta de credibilidad se traduce en que bonos que recién comienzan a pagar en varios años, hoy cotizan con paridades bajísimas.

El escenario político por las elecciones legislativas pesará más a la hora de configurar la economía, dice Dapena.
El escenario político por las elecciones legislativas pesará más en 2021 a la hora de configurar la economía, dice Dapena.

-¿Un mejor resultado fiscal puede ayudar al Gobierno a impulsar a la economía y a negociar con el FMI?

-Una hipotética mejora en el resultado fiscal, este año, por lo mencionado debería repercutir en los bonos, pero es un trade off entre lo económico y lo político. Sin embargo, con un mejor resultado fiscal, se le puede hacer más fácil al Gobierno renegociar con el FMI, pero no creo que haya un apuro político significativo al respecto, al menos en 2021. Distinto es 2022, donde ya comienzan a caer vencimientos significativos de capital con el Fondo Monetario Internacional. Recordemos que la tasa del crédito del FMI es mucho más baja que cualquier hipotética tasa que pueda conseguir Argentina en mercados voluntarios actualmente, y que pueda conseguir en los próximos dos años. Pero hasta que no se logre construir confianza, no habrá inversiones, no habrá baja sustancial del riesgo país y, por ende, no habrá crecimiento económico genuino.

-En esta radiografía complicada que realiza del país, ¿qué puede ocurrir este año con la economía?

-Veo una economía inflada por la emisión monetaria pero encorsetada, que privilegia objetivos políticos de corto plazo, algo que se termina traduciendo en una falta de crecimiento, y que viene sucediendo desde hace diez años. No creo que esto cambie en el mediano plazo, ya que la inflación, que es el principal inconveniente, no es atacada como corresponde.

Los cambios estructurales y de incentivos en pos de una normalización de la economía, similar a la que tienen nuestros países vecinos, no coinciden con las necesidades políticas.-