Economía 2021: las claves que hay que seguir en las próximas semanas, según el consultor Leonardo Chialva
Leonardo Chialva, socio de la consultora Delphos Investment, toma distancia de los diagnósticos que presagian el caos o mayores problemas para la golpeada economía argentina. Eso sí, recomienda monitorear de cerca al menos dos variables en las próximas semanas: la expansión de los contagios del Covid y el precio de la soja.
A continuación, lo más relevante de su diálogo con iProfesional.
-¿Cómo evalúa el mercado cambiario? ¿Hay margen para achicar la brecha sin una devaluación abrupta?
-El mercado cambiario se va moviendo en función de las expectativas reinantes, principalmente en dos planos. El internacional, que empezó a ser muy positivo desde agosto/septiembre de 2020 gracias a la debilidad del dólar a nivel mundial, que apuntaló a los commodities. Y, en el plano local, incide el frente fiscal/monetario que viene atado a la cuarentena. Entonces, con el frente internacional despejado y si aparecen las vacunas y no hay una nueva ronda de cuarentena estricta, entonces deberíamos transcurrir un 2021 de ajuste nominal gradual. Es decir, sin esperar grandes saltos.
-¿Eso quiere decir que el Gobierno convenció al mercado, que apostaba a una devaluación?
-Como surge de lo dicho, hay muchos "peros". Es decir, hay que seguir mirando el precio de la soja (como símbolo de los términos de intercambio), la evolución de "La Niña" por el potencial impacto negativo en las cantidades cosechadas en la campaña gruesa y la evolución de la pandemia/cuarentena, por si surgen nuevas necesidades de aportes fiscales con emisión monetaria. En teoría, tenemos las bases para un ajuste monetario/cambiario en 2021 que sea gradual, pero esas bases no son sólidas y ello puede hacer que todo cambie del día a la noche.
-¿Un acuerdo con el FMI posibilitaría una mejora en el precio de los bonos de la deuda?
-No necesariamente. El acuerdo con el FMI es un hecho, porque ambas partes lo necesitan. Pero no implicará seguramente nuevos desembolsos y se especula con exigencias fiscales que se aplicarán gradualmente.
Los bonos tienen un problema de fondo que se asocia con su falta de cupones, lo cual los deja más parecidos a acciones que a bonos. Además tienen una mala posición técnica porque todo el mundo quedó comprado. Entonces, se requeriría un cambio de fondo en las condiciones globales (ejemplo soja de 600/700 dólares por tonelada), y una clara indicación del gobierno que no se va a gastar esa renta extraordinaria para volver a despertar el interés de los inversores.
En un mundo de tasa de interés cero y con el 85% de la deuda mundial rindiendo negativo o tasas de casi cero, la deuda argentina debería despertar mucho interés en el mundo. Pero nos hemos portado muy mal durante mucho tiempo, y eso hace que realmente tengamos que tener condiciones sumamente extraordinarias para que el mundo inversor nos vuelva a observar. Obviamente que en este mundo tan líquido "algo" podrá derramar en nuestros activos, pero no será lo necesario para volver a provocar un furor en el mundo.
-¿Es acertada la estrategia oficial en materia financiera (emisión de deuda en pesos, crawling peg, tasa de interés, etc.)?
-Creo que es de las pocas cosas que se pueden hacer. Un país sin moneda y sin crédito internacional, muchas alternativas no tiene. Con cepo, los inversores locales deben invertir en activos domésticos, por más que la tasa de interés real sea negativa. El problema surge cuando pasa a ser muy negativa (entre 5 y 10% anual real negativa) y ahí la brecha se dispara. Entonces es un "trade off" permanente entre el nivel de represión financiera a aplicar y las consecuencias negativas que ello provoca. El resto es seguir bajo ese patrón esperando el "milagro", es decir un cambio de contexto global que permita exportar más dólares y con ello acumular reservas para pensar en algún momento en flexibilizar el cepo y comenzar a normalizar. En un país con tan baja competitividad como el nuestro, las exportaciones se deben fundamentalmente a cambios en los precios. Parece que la suerte comienza nuevamente a cambiarnos para bien, esperemos no desperdiciar la ocasión y usar esa renta extraordinaria de manera conveniente.
-¿Cómo imagina la recuperación de la actividad económica tras el desplome de 2020?
-El año 2020 fue excepcional en todos los frentes. Y el 2021 es un año de recuperación asegurada (salvo nuevas sorpresas con la pandemia) por el solo efecto de rebote. El cambio del contexto global ayudará también. Pero el problema surge al pensar en 2022 y años sucesivos. ¿Qué cambios de fondo estamos pensando para que Argentina pueda competir en el mundo? No veo que estemos pensando en ninguno. Y ahí es donde surge la principal duda. ¿Van a venir inversiones en ese marco? Seguramente la respuesta es no, al menos en lo que hace a inversiones reales que cambien la dinámica exportadora de nuestro país. Hay que volver a repensar a la Argentina, pero pensando en un mercado global cada vez más competitivo y desafiante. Ya no alcanza con los recursos del pasado.
-¿Qué debería hacer el Gobierno en caso de que, en las próximas semanas, se confirme un incremento en la cantidad de contagios de Covid?
-No soy médico ni epidemiólogo, pero creo que definitivamente tiene que tener una mirada más global. No sólo una mirada sanitaria. Argentina no tiene con qué pagar una cuarentena tan estricta y larga como la ya aplicada. Es una triste realidad. La última se pagó con emisión monetaria y las consecuencias están a la vista en materia de brecha, inflación y desempleo. No somos el Reino Unido ni los Estados Unidos, tampoco Japón ni Alemania. Entonces tenemos que ser más creativos para cuidarnos entre todos afectando lo menos posible la economía. Cierres parciales, escalonados, segmentados, contenidos en el tiempo.
-¿Qué medidas propone para asegurar una rápida recuperación?
-Ninguna que se pueda aplicar. Porque no hay sustento político para las cosas que son necesarias de hacer. En Brasil, por ejemplo, se ve otro clima, finalmente habiendo entendido "la política" que se agotó el margen para políticas irresponsables luego de la crisis de 2014/2016. Como pueden y con los tiempos políticos posibles van en una dirección correcta.
Pero acá todavía vivimos en un mundo de "fantasía", que se apoya o bien en la falsa ilusión de que los mercados financieros globales nos van a ayudar indefinidamente (tal como lo hizo el gobierno anterior) o en que vivir con lo nuestro y sin poder competir internacionalmente es un modelo posible.