El peso argentino, devaluado en el exterior: para comprar 1 dólar piden hasta casi $100 en bancos y casas de cambio de Uruguay
Luego del terremoto que significó el resultado de las PASO tanto en el orden económico como político, el tipo de cambio buscó un nuevo punto de equilibrio en torno a los $60 por dólar, aunque en un contexto de marcada incertidumbre y elevada volatilidad.
Ante esta situación, el Gobierno decidió implementar un control de cambios limitado, dirigido particularmente a empresas y grandes inversores, pues le pone un límite de u$s10.000 mensuales a las compras de personas humanas.
Si bien ese monto puede parecer caprichoso, tiene su razón de ser, pues es el máximo permitido en muchos países del mundo, incluyendo los más desarrollados y, según el propio Banco Central, solo podría afectar al 2% de los compradores de moneda extranjera en el mercado oficial de cambios.
Pero como toda restricción a un mercado genera en forma instantánea formas alternativas de entrada o salida, prácticamente desde que se implementó el control resurgieron algunas formas de negociación que permanecían en estado latente desde el levantamiento del cepo a fines de 2015.
En tal sentido, se pueden mencionar la reaparición del alguna vez célebre y combatido "contado con liquidación", que no es otra cosa que girar fondos al exterior mediante la compraventa de acciones que coticen en forma simultánea en Buenos Aires y Wall Street y el "dólar MEP", que se reduce a la compra de bonos en pesos y su venta en dólares en el mercado local.
A los anteriores se suma otro viejo conocido, el "blue", que a diferencia de los anteriores que gozan de total legalidad, lo que hace es canalizar fondos no declarados.
Si bien estas son las formas más comunes de superar la limitación que ofrece la situación actual, siempre existe otro camino, que si bien es mucho más rudimentario e incluso peligroso, también puede ser utilizado, para hacerse de los tan preciados billetes verdes: se trata, lisa y llanamente de trasladar el "físico" a otro país y comprar allí los dólares con pesos argentinos.
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Si la intención de cambiar pesos por dólares en cualquier ciudad de Uruguay, la sorpresa puede ser mayúscula, ya que aquellos argentinos que planean hacerlo en el vecino país se toparán con una desagradable realidad, pues deberán convalidar un precio hasta un 70% superior que en la Argentina.
Es decir, en tierras charrúas cada dólar puede tener un costo de hasta casi 100 pesos argentinos, por lo que habrá que pagar $30 más que en Buenos Aires.
Haciendo un repaso por las principales entidades que operan en la vecina orilla, surge otro dato que sorprende: el Banco de la Nación sucursal Montevideo es el que tiene la cotización más alta, pues roza los 99 pesos por dólar.
Un poco más abajo se ubica Cambios Salto Grande, que opera en la Ciudad de Salto, vecina a Concordia: en esa plaza el precio es de $98,60 por dólar.
En tanto que las tradicionales Cambio18, con sede en Montevideo y Punta del Este, entre otras localidades arbitra el precio a $94,50; Gales lo hace a $94,1 y el Banco República, bastante menos, a 91,50 pesos por dólar.
La pregunta de rigor es porqué existe semejante diferencia y la respuesta, según los funcionarios de diferentes casas de cambios de la vecina orilla es muy sencilla: "La demanda de pesos argentinos es muy baja y se limita a pedidos de personas que viajan a su país en tours de compras".
A ello se suma el hecho que la volatilidad de la cotización del dólar puede generar fuertes quebrantos en las entidades que tengan pesos argentinos en stock.
En forma adicional agregan que "los viajeros prefieren cambiar moneda en los puestos fronterizos porque allí el cambio es mucho más ventajoso que en Montevideo o Colonia".
Más allá de estas cuestiones, hay otro factor de fondo y es que no existe ningún convenio entre los Bancos Centrales de cada uno de los diferentes países que permitan el intercambio de monedas en forma coordinada.
Entonces, la respuesta que dan los responsables de las casas de cambio de los países vecinos es siempre la misma: una vez que estas entidades adquieren pesos argentinos, en general tienen problemas para volver a colocarlos, lo que lleva a que se trate de desalentar este tipo de operaciones.
Para el economista Aldo Abram, "en la mayoría de los países limítrofes, las agencias y los bancos enfrentan grandes inconvenientes cuando luego intentan cambiar moneda albiceleste en sus respectivos bancos centrales, ya que la misma no es aceptada".
Esto sucede por la reticencia del BCRA de canjear y "repatriar" esos pesos a cambio de los cada vez más escasos dólares que atesora en Buenos Aires.
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En paralelo, Bolivia y Paraguay surgen como los destinos en el que las cotizaciones se acercan más a los valores vigentes en el microcentro porteño.
Quienes opten por cruzar la frontera desde La Quiaca a Villazón en Bolivia, obtendrán un tipo de cambio del orden de los $60 por dólar, en tanto que por el lado de Paraguay, en el mejor de los casos, por cada divisa que se pretenda adquirir habrá que desembolsar $63,50. Ese precio es el que consigue en la sucursal de Cambio Chaco de Encarnación, la ciudad vecina a Posadas.
En tanto, en Asunción el mejor precio lo brinda Cambio Alberdi, pues ronda los $63,80. Pero en el extremo opuesto, quien quiera realizar la operación deberá pagar en el Aeropuerto de esa ciudad nada menos que 82,40 pesos por dólar.
Si bien este último precio parece exagerado, se queda corto frente a lo que se cobra en Río de Janeiro, pues en Cambio Alianca, la cotización final que surge de vender pesos y comprar dólares ronda los $87 por unidad. No obstante, existen opciones más económicas, como por ejemplo GetMoney, en la que el precio final ronda los 72,50 pesos.
En este caso, por ejemplo, la divisa estadounidense cotiza a 4,35 reales para la compra, mientras que los pesos se venden a 6 centavos de real.
Por lo tanto, los argentinos deberán dividir el precio de venta del dólar por el precio de compra de los pesos argentinos (R$4,35 / R$0,06 = $72,50).
Un precio parecido es el que obtienen quienes cruzan la cordillera con destino a Santiago de Chile, pues se encontrarán con un valor del orden de los $70,20, si concreta la operación en Cambios Santiago y de $72,50 en Inversiones Suiza, pero según el relevamiento que realizó iProfesional en el vecino país, la mejor opción la brida Cambio Costero, pues el precio de referencia es de $61.
En paralelo, quien decida hacer la operación en Bogotá, Colombia, deberá pagar un precio aún más alto, ya que según las cotizaciones de Punto Dollar el costo será de $80 por dólar.
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Tomando en cuenta todas estos factores, en la práctica, a través de las cotizaciones, los cambistas y operadores esquivan la posibilidad de que los argentinos se deshagan de sus pesos en efectivo cruzando el río.
Para los cambistas, el sobrecosto viene a ser una suerte de "seguro" que se cobra del otro lado del charco ante posibles cambios en el panorama político y económico argentino.
O, lo que es lo mismo, equivale a sostener que el precio contiene un mayor "riesgo implícito" que eleva la cotización, en el caso de Uruguay, entre un 10% y 15%.De hecho, una de las justificaciones del rechazo hacia el peso es la volatilidad e incertidumbre cambiaria argentina, a lo que se suman los sobrecostos que implica tener en caja una moneda que pierde valor a diario, por la elevada inflación que se registra en Argentina.
"El precio que se pide tiene que entenderse como un mensaje de que no se quieren tomar pesos argentinos, porque luego no se sabe que hacer con ellos y encima las casas de cambio y los bancos se exponen a sufrir fuertes pérdidas por diferencias de cotización", agrega un vocero de la Asociación de Bancos Privados de Uruguay.
Ahora bien, ¿por qué es tan amplia la brecha entre el precio que se pacta en Encarnación, Montevideo, Santiago de Chile o Rio de Janeiro? El motivo obedece casi exclusivamente a la dimensión del movimiento de personas de un lado a otro de la frontera.
Esto es consecuencia del caudal de ciudadanos de esos países que necesitan hacerse de pesos argentinos en cada una de las diferentes plazas.
Así, en caso de que haya una mayor demanda, entonces el precio de la moneda local no sufrirá tanto la depreciación frente al dólar, como sí sucede en la frontera entre la Argentina y Paraguay.