La táctica Sandleris ante la crisis: por qué el Banco Central prefirió no frenar la estampida del dólar
La estampida del precio del dólar tras el fracaso del Gobierno en las PASO obligó al Banco Central a echar mano a las reservas y salir a vender divisas, una carta que el Fondo Monetario Internacional (FMI) le había permitido utilizar pero que aún no había sido jugada.
Así, el primer día vendió u$s105 millones y ayer, otros u$s150 millones, en la primera intervención en el mercado de contado (spot) desde el 24 de septiembre del año pasado, cuando detrás de la mesa del BCRA estaba Luis "Toto" Caputo.
Las ventas del lunes le aportaron algo de oferta al mercado, pero no evitaron la disparada del precio, que abrió con un salto de 30% respecto el viernes y el Central recién intervino cerca del mediodía. El precio mayorista finalmente cerró con una suba del 18,5%, y sorprendió en el mercado que sólo haya usado una porción de los u$s250 millones que tiene permitido.
La estrategia del BCRA incluso fue cuestionada por algunos miembros de la oposición, como el candidato a diputado Sergio Massa, quien dijo que esa jugada era como dejarse hacer un gol.
Pero, ¿por qué el BCRA no salió a vender antes? ¿Es eficaz el modo de intervenir en el mercado a través de subastas? ¿Qué otras cartas le quedan por jugar al equipo de Guido Sandleris?
"Me sorprendió mucho que de movida el Central dejara subir tanto a la divisa en un mercado casi sin negocios. O se quedó en shock y no sabía qué hacer, o fue perverso y le quiso mostrar al mercado lo que vale el ‘dólar Alberto’", advertía desconcertado un experimentado trader, el mismo lunes apenas cerró el mercado y antes de que la oposición advirtiera ese movimiento.
Después de esa devaluación, se preguntaba el operador, "cómo encaran septiembre y octubre con el impacto que tiene esta devaluación".
El efecto nocivo que genera el avance del billete vede en la actividad, en un momento en que el Gobierno busca dar pelea en las elecciones de octubre, es lo que llevaba al gerente financiero de un banco local a desestimar esa teoría.
"No creo que lo hayan dejado subir sólo para mostrar el miedo que genera la chances de que gane Alberto Fernández. Es pegarse un tiro en el pie", grafica el ejecutivo.
"Si licitaba dólares temprano generaba un lío. A qué precio, si no había precio. Y si ponía u$s200 millones arriba de la mesa se lo llevaban puesto, la devaluación estaba implícita. El BCRA no podía haber hecho mucho más que eso", agrega.
Soltarle la soga y vender después
La otra lectura que hace el mercado es que dejó que la divisa se acomode en un determinado valor para, a partir de ahí, empezar a intervenir.
"Creo que lo dejaron correr para ver qué pasaba y después salieron a vender. Yo también me pregunté por qué lo dejó subir tanto si tiene la potestad de poder actuar", destaca Leonardo Svirsky, a cargo de la mesa de operaciones de Bull Market Brokers. "Había demasiada incertidumbre, la realidad es que nadie sabía cuánto podía valer: $50, $60 o $70", explica.
En la misma línea, Santiago López Alfaro, socio y director de Delphos Investment, cree que el organismo monetario no debería forzar la baja de la divisa sino "buscarle un techo y darle liquidez cuando el mercado la necesite".
Eso es lo que hasta ahora viene mostrando la mesa del Central, que el lunes acompañó su intervención en el mercado spot con una fuerte suba de tasas y una participación activa en el mercado de futuros. El martes, sin embargo, el organismo monetario no habría tenido necesidad de vender contratos a futuro, según coinciden en señalar los expertos.
Otro de los cuestionamientos que hace el mercado es el modo de intervenir que mostró hasta ahora, con licitaciones previamente anunciadas, similares a las que viene realizando a cuenta y orden del Tesoro, con los dólares del FMI.
"Tendría más efecto vendiendo directamente en spot, al licitar no sale de manera agresiva", comenta Svrinsky, quien acota: "Creo que es lo que está estipulado con el mismo Fondo".
Consultados al respecto, en el Central no confirman ni desmienten que el FMI sólo les permita vender los dólares a través de licitaciones y recuerdan que no quieren mostrar las armas que tienen para usar para no dar ventajas al mercado, como había deslizado el propio Sandleris cuando anunció el aval del organismo multilateral de crédito.
Sin embargo, durante el primer acuerdo que el Gobierno selló con el Fondo, con Caputo en la presidencia del BCRA, en su entorno habían reconocido que en el FMI no veían con buenos ojos las intervenciones con ventas directas de la mesa de dinero y se inclinaban por las subastas, que garantizarían una mayor transparencia.
"Si tomás la decisión de vender, tenes que tomar el offer de la pantalla y darle a todos los dólares que te piden, al precio que esté y lo vas bajando", explica el jefe de la mesa de dinero de un banco local, con vasta experiencia en el mercado de cambios. "Al que me pide a $60 le vendería, también si me pida a $61, les daría a todos los que quieran. Y al mismo tiempo iría poniendo offer en $57, después en $56 y así mostrás más agresividad", ejemplifica y también considera que "no se puede intervenir de esa manera con la plata del Fondo".
Así, operando punta contra punta en el mercado spot la fuerza de las ventas del BCRA es muchísimo mayor y es la que se utilizó en el organismo desde 2002, cuando quedó atrás el uno a uno y la mesa de dinero de la entidad era timoneada por el histórico Juan Basco.
Pero suena lógico que el Fondo, que ni siquiera es afín a la intervención en cambios -y sólo cedió ante el pedido de Sandleris para garantizar estabilidad cambiaria-, le permitiera al BCRA sólo vender divisas a través de licitaciones.
La señal política, clave
Más allá del modo de intervención, para Amilcar Collante, economista de Cesur, hoy la clave para quitarle presión viene por el lado político. "Hay un Gobierno que tiene que asumir que tiene que entrar en un período de transición en términos de política y economía y Alberto Ferdández tiene que tener un interlocutor principalmente con el FMI, porque el equipo económico es bastante heterogéneo. No es lo mismo que sea Matías Kulfas, Emanuel Álvares Agis o Guillermo Nielsen", explica.
El economista reconoce que el candidato del peronismo "no tiene tiene incentivo a decir nada" pero sostiene que el mercado le está pidiendo definiciones económicas. "Quieren saber qué tipo de política monetaria va a llevar, qué va a hacer con las Leliqs, las principales cosas están referidas al BCRA. También, que adelante si va a haber continuidad o no en algunas áreas, como por ejemplo el Indec, ya que tiene buena sintonía con Todesca", detalla.
El economista advierte que los dólares que liquida en el mercado de cambio "son los que van a faltar para pagar deuda mañana y por eso sube el riesgo país". Además, acota, la suba del tipo de cambio también hace que el ratio deuda/PBI sea cada vez mayor. "Es una situación compleja", sentencia.
desde el punto de vista técnico, los cálculos que hacen los economistas es que si a las arcas del Central se le resta el swap con China, los encajes por los depósitos en dólares y los préstamos del BID, el BCRA tiene aproximadamente u$s16.500 millones de reservas netas para utilizar.
El número, de todos modos, no cobraría relevancia si el Gobierno y la oposición logra calmar las aguas, con señales políticas, que despejen dudas no solo respecto a lo que haga el próximo Gobierno sino también en el corto plazo.
En este contexto, el tipo de cambio ayer volvió a operar en alza, pero en un mercado bastante más genuino que el lunes, con operaciones por más de u$s600 millones.
"Hubo un poco más de volumen, pero todavía hay una mucha cautela. Esperemos que el dólar haya encontrado su precio", comenta el trader de Bull Market Brokers, quien prevé un panorama volátil en el mediano plazo.
En la mesa de dinero de un banco local también coincidían en que el dólar parece haber encontrado un precio de equilibrio, al menos para estos días. "No se si se va a estabilizar en estos valores, pero al menos ya aparecen más compradores y vendedores, lo que muestra que el precio les cierra a ambos", explican.
Los u$s150 millones que vendió el Central los hizo en dos subastas: una de u$s50 millones, poco después del mediodía y otra de u$s100 millones más cerca del cierre. En paralelo, licitó los u$s60 millones del Tesoro que viene vendiendo todos los días desde principios de abril.
En cuanto a la tasa, convalidó una nueva suba en el rendimiento de la Leliq, que quedó en 74,85%. Lo positivo, de todos modos, fue que logró renovar la totalidad del vencimiento y hasta absorber unos $10.000 millones de los $160.000 millones que liberó el lunes, al no renovar todo lo que vencía.
Las cartas están echadas. El Central seguirá interviniendo a través de subastas de dólares para darle liquidez al mercado de cambios, pero sin la intención de forzar una baja en el precio. Que la ola de ventas de bonos encuentre un piso también es clave para reducir la presión sobre la divisa. Sandleris dice que no mostró todas sus cartas, mientras el mercado parece haberle tomado el tiempo.