Los inversores desconfían de los bonos argentinos y el riesgo país llegó a 818 puntos
El riesgo país toca un nuevo máximo de 2019, al subir otros 15 puntos básicos a 818 puntos como resultado del claro rechazo al costo doméstico en momentos de tensiones financieras y la incertidumbre por las elecciones presidenciales de octubre.
El lunes, el indicador que mide el JP Morgan saltó y cerró por encima de los 800 puntos, lo que indica que los inversores siguen viendo con recelo a la Argentina.
En este contexto, la bolsa porteña caía el martes por previsible toma de ganancias mediante ventas selectivas disparadas sobre papeles de alta liquidez, una tendencia que a criterio de los operadores era esperable luego de una reciente ganancia en medio de una notoria presión cambiaria.
El índice S&P Merval de Buenos Aires cedía un 1,02%, a 32.738.57 unidades, luego de subir un 4,12% en las anteriores tres sesiones seguidas.
Las principales bajas se daban de la mano de los papeles de Mirgor (-3,44%), Transener (-2,42%), TGS (-1,91%) y Cablevisión (-1,43%).
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Con precios que siguen desplomándose, los bonos argentinos no despiertan interés en los inversores, ni siquiera a pesar de las extraordinarias rentabilidades que ofrecen, ya muy por encima que las que se pueden obtener con títulos de deuda de otros países emergentes con un estatus similar.
"Es un tema preocupante que siga creciendo el riesgo país; esto es producto de la desconfianza que existe en el mercado que el acuerdo con el FMI no logra calmar: la incertidumbre es sobre el 2020 en adelante", dijo el analista financiero Christian Buteler.
Por su parte, el especialista Diego Martínez Burzaco sostuvo que "la suba se puede explicar esencialmente desde el punto de vista político; los títulos más comprometidos son el Bonar 2020 y el Bonar 2024 que están en directa relación con lo político y el factor elecciones".
Un dato para entender esta suba también es explicado por el comportamiento de los Credit de Default Swaps (CDS), un seguro de cobertura de default, que en las últimas semanas se disparó por encima de los 800 puntos, con un fuerte salto respecto a los 400 puntos en los que estaba a mediados del mes pasado.
Para Buteler, "el factor principal que explica la suba del riesgo país es el económico y el componente político le agrega más ruido".
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En tanto, Martínez Burzaco sostuvo: "Hay decepción de parte de los inversores con algunas medidas tomadas por Cambiemos" y puso como ejemplo el nuevo impuesto a la renta financiera, que rige desde el año pasado, por el que los contribuyentes deben tributar por los rendimientos que obtuvieron durante 2018 por operar con títulos públicos, obligaciones negociables, fondos comunes de inversión, fideicomisos financieros y otros títulos valores.
No obstante, a pesar de este malestar, para Martínez Burzaco "no existen dudas de que el mercado apuesta por la reelección de Mauricio Macri en las próximas elecciones".
Operadores coincidieron en que la escalada del Riego País revela las crecientes dudas de los inversores, en momentos de presión cambiaria, alta inflación y preocupante recesión.
"El apetito por riesgo global resulta una condición necesaria pero no suficiente, ya que los inversores se encuentran principalmente concentrados en los ruidos electorales y los desafíos económicos, y de ahí las castigadas valuaciones de los bonos y acciones", explicó Gustavo Ber, economista titular de la consultora Estudio Ber.
El shock devaluatorio de marzo, cuando el valor del dólar subió más de 10%, vaticina una reactivación económica mucho más complicada, que podría desandar las leves mejoras intermensuales en varios indicadores de actividad exhibidas a partir de diciembre. También la inflación será más alta al menos hasta mediados de año, con una tasa que podría sostenerse en el 4% mensual.
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Según expertos de Research for Traders la debilidad de la renta fija se debe a "un marco de mayor aversión al riesgo local por la elevada inflación, recesión económica e incertidumbre política".
Por otra parte, el Programa Financiero presentado por el Ministerio de Hacienda y Finanzas prevé metas alcanzables este año, aunque depende de una importante renovación de las Letras del Tesoro en dólares, la deuda de corto plazo.
Pero la incertidumbre surge a partir de 2020, horizonte en el que caduca el acuerdo con el FMI y, elecciones de por medio, no se sabe si habrá continuidad de la actual política económica.
Los títulos públicos que vencen a partir del año próximo son los que más perdieron en las últimas semanas. De hecho, hay emisiones soberanas en dólares, con legislación argentina, que ya ofrecen tasas del 16% anual en el mercado secundario, como el Bonar 2020 (16%) y el Bonar 2025 (16,6%). Este martes estos títulos ceden 0,3% y 0,5% en dólares, respectivamente.
El escaso efecto de las medidas del Ministerio de Hacienda y el Banco Central para contener la inflación, la devaluación y la caída de la actividad económica llevan a imaginar un escenario electoral muy disputado y con mucho desgaste para el oficialismo. El mercado de deuda amplifica esta indefinición del escenario político.
"La próxima parada en la ruta de la incertidumbre será el 22 de junio, cuando venza el plazo para la presentación de las listas de precandidatos. La presencia de Cristina Kirchner, el avance de una tercera vía que hoy encarna Roberto Lavagna y la fortaleza relativa que posea el Gobierno -muy relacionada a la estabilidad del tipo de cambio y la velocidad de recuperación de la actividad- serán los aspectos determinantes", puntualizó Nery Persichini, experto de GMA Capital.