SINTONÍA FINA

Las señales del BCRA al mercado: tasas altas y más compra de dólares

Sandleris desde Davos y Cañonero en la City dieron definiciones sobre lo que se viene: proseguirá la cautela pese a observarse un "mayor apetito por pesos"
FINANZAS - 24 de Enero, 2019

En cada aparición pública, los hacedores de política monetaria suelen ser extremadamente cuidadosos en cada palabra que eligen ya que, saben, sus discursos luego son analizadas minucionsamentes por el mercado para adelantarse. Ayer, primero desde Davos y más tarde desde el microcentro porteño, el presidente y el vicepresidente del Banco Central dieron algunas pistas sobre el futuro inmediato de las tasas de interés en pesos y cómo podrían seguirán las compras de dólares por parte del organismo cuando la divisa perfora el piso de la zona de no intervención, que hoy tienen un tope de u$s50 millones diarios.

Desde la exclusiva villa en los Alpes suizos, después de terminar su exposición en el panel sobre mercados emergentes en el Foro Económico Mundial, el titular del Central, Guido Sanlderis lanzó la primera señal: “vemos que el apetito por el peso está volviendo”.

La frase cobra fuerza en un contexto en donde el BCRA viene llevando a cabo un esquema estrictamente monetario, con la meta de crecimiento cero de la base monetaria, y en donde el comportamiento de la demanda de pesos es la clave para aumentar o no las compras de dólares. De hecho, desde el Central aclararon en más de una oportunidad que sus intervenciones no buscan ponerle un piso a la cotización ni mucho menos sino únicamente inyectar pesos al mercado, ya que la lectura lógica que hacen ante una baja del dólar es que hay más demanda de pesos.

En la rueda de prensa, de todos modos, Sandleris intentó no dar muchas más pistas sobre lo que harán en los últimos días de enero, cuando el Comité de Política Monetaria (COPOM) se reúna para definir si mantienen o no el límite autoimpuesto de u$s50 millones diarios y destacó que “el comité está siendo muy prudente”. En ese sentido, y manteniendo la cautela que viene mostrando en los últimos meses, agregó: “no queremos inyectar muchos pesos muy rápido”.

Un par de horas más tarde, desde el Salón Boch, en el tercer piso de Reconquista 266, el vicepresidente del BCRA, Gustavo Cañonero, acompañado por la vice segunda, Verónica Rappoport y por el subgerente general de investigaciones económicas, Mauro Alessandro, tomó la posta para presentar el Informe de Política Monetaria (IPOM) y aprovechó para  aportó algunos datos más respecto a qué indicadores tendrán en cuenta a la hora de decidir el nuevo límite de compras.

Las claves para decidir el nuevo límite 

“Se definen totalmente subordinados al impacto monetario. No hay nada detrás de eso. Y el impacto monetario es algo que nosotros evaluamos de acuerdo a lo que estamos observando en términos de la demanda de dinero”, explicó Cañonero ante un auditorio repleto, con economistas, banqueros y parte del directorio escuchando atentos cada palabra. “Cuando definimos este impacto posible para enero calculamos que nos sentíamos cómodos con una aumento de la base monetaria por expansión de actividades cambiarias de hasta 2% de la base porque era lo que nos dejaba cierta tranquilidad de que era manejable”, agregó.

Según explicó, a fines de diciembre, cuando definieron el límite de compras de enero, previeron que la emisión que generarían “parecía ser absorbible por la demanda de dinero de acuerdo a lo que venía siendo el comportamiento de los últimos días”. De cara a la reunión de la semana que viene agregó: “Ese mismo análisis es el que estamos haciendo hoy para definir en los últimos días de enero los que van a ser los parámetros de intervención para el mes de febrero. Siempre esos parámetros se subordinan a lo que nosotros entendemos que es un impacto manejable de acuerdo a nuestro análisis”.

En el mercado, las palabras de Sandleris primero y las de Cañonero más tarde, dejaron la impresión de que lo que hará el BCRA será elevar el monto máximo de sus compras, en base a la mayor demanda de pesos, y en un contexto en el que el tipo de cambio sigue operando por debajo de la zona de no intervención.

La lectura del mercado

“Veo bastante lógico que pongan en la banda inferior el mismo límite de u$s150 millones por día y daría una señal de un BCRA que puede intervenir un poco más fuerte”, explicó Amilcar Collante, economista de CESUR.

En la misma línea, Federico Furiase, del Estudio Eco Go considera que el BCRA “tiene margen para amplia el límite de comprar debajo del piso y van a usar ese margen o no sobre todo en función del impacto monetario y en cómo proyecten la demanda de dinero”. El economista, de todos modos, cree que en el organismo monetario seguirán siendo prudentes y mantendrán un límite de la expansión monetaria acumulada en el mes, en función de un porcentaje de la meta de base monetaria del mes, que hoy es el 2 por ciento.

“La demanda de dinero de febrero puede darle cierto margen pero va a depender mucho de cómo este el nivel de actividad y por eso lado impacta sobre la demanda estacional de pesos”, destaca Furiase. Además, agrega el BCRA también debe tener prudencia en que esos pesos que emite después no se vuelquen al dólar, “con lo cual hay que mirar tanto la demanda transaccional de dinero, como la demanda de activos en pesos que definen el equilibrio dólar/ tasa de interés”.

Santiago López Alfaro, socio de Delphos Investment, también cree que el BCRA podría elevar el límite diario de compras y cree que es clave para que la tasa baje. “La tasa está muy alta y esto está favoreciendo mucho el carry trade, apreciando el tipo de cambio y pegándole a la economía. El Central es muy cauteloso para que no vuelva la inflación, pero lo importante es que la economía se reactive”, sostiene el economista.

Bajar la inflación, a largo plazo

En referencia a la inflación, tanto desde Davos como desde la sede del Banco Central el mensaje fue el mismo: “va a llevar varios años bajar la inflación”.

"Se han corregido buena parte de los desequilibrios que acarreaba nuestra economía, y reducir la inflación es el gran desafío pendiente para este Banco Central, pero que no será tarea de un solo año", disparó Sandleris desde Suiza. En la misma línea, Cañonero, dijo que “no hay magia” para bajar la inflación y que “se resuelve solo en el tiempo, manteniendo una disciplina de forma inquebrantable, con prudencia y perseverancia”.

En donde fue más claro el BCRA es en cuanto al nivel de tasas, que si bien es endógena, prevé que seguirán altas, al menos en el mediano plazo. “Para que nosotros veamos bajas más significativas en la tasa de interés, además de ver bajas significativas de la inflación, tenemos que ver bajas significativas de la volatilidad de esa inflación. Y eso va a llevar tiempo”, adelantó el vice del Central.

Camino a una mayor flotación

En otro orden, Cañonero defendió la amplitud de la banda que define la zona de no intervención y dijo que justamente lo que se buscó al definir esos valores era que no fuese acotada. "La idea es ir convergiendo a la flotación, y no todo lo contrario", disparó

El vice del BCRA aprovecho para responder a las críticas del impacto que tienen el apretón monetario sobre la economía, con un estragulamiento del crédito y acudió a un gráfico en el que se comparaba la evolución de la actividad económica con los préstamos al sector privado. “Siempre el PBI anticipa al crédito y no al revés. El crecimiento (del PBI) es el que genera demanda por crédito y nunca en Argentina el crecimiento del crédito ha generado crecimiento del PBI”.

Una de las principales razones es la escasa penetración del crédito en el país, con apenas 5 puntos del Producto Brito Interno. Por eso, agregó, “una vez que estén dadas las condiciones de estabilidad y comencemos a ver los primeros indicios de recuperaciones ahí vamos a ver una recuperación del crédito”.

En ese sentido, apuestan a que el sector externo ayude a impulsar al crecimiento de la economía, y a “suplir la falta de vigor de la demanda doméstica”.

En parte hubo que leer entre líneas las palabras de los banqueros centrales y en otros temas fueron más directos. De una forma u otra el mercado sabe que las tasas no van a bajar de manera significativa en el mediano plazo y mientras se prepara para un aumento en el límite de compra diaria a partir de febrero.

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