Menos asado: el consumo de carne se ubicó en el nivel más bajo en 26 años
Producto de la recesión y la caída del poder adquisitivo, el consumo de carne cayó 11,3% en los primeros nueve meses del año frente al mismo período del año anterior.
De esta manera, al finalizar los primeros nueve meses de gobierno de Javier Milei, el consumo de carne vacuna se ubicó en el nivel más bajo en los últimos 26 años. Entre otros recortes, muchas familias debieron dejar de lado el famoso asado.
Menos asado: el consumo de carne se ubicó en el nivel más bajo en 26 años
Según datos sectoriales, en los primeros nueve meses del año, el consumo interno de carne vacuna disminuyó un 11,3% en comparación con el mismo período del año anterior, alcanzando 1.646 millones de toneladas de res con hueso (tn r/c/h) en lo que va del año.
"El consumo aparente de carne vacuna per cápita promedió 46,8 kilos por persona en los primeros nueve meses de 2024, lo que representa una disminución del 11,3% respecto al mismo período de 2023, equivalente a una baja de 6,6 kilos por habitante", señala el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), que concluye que "este es el nivel de consumo más bajo registrado en los últimos 26 años".
En cuanto al promedio móvil de los últimos 12 meses, en septiembre se ubicó en 47,5 kilos por persona, un 10,9% inferior al promedio de septiembre del año pasado, con una reducción de 5,8 kilos por habitante.
Este descenso en el consumo se da en un contexto donde, "a pesar del incremento del precio de la carne, este ha quedado por debajo de la inflación general", asegura el texto. Mientras que el Índice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires (IPC-GBA) subió un 3,7% en septiembre y acumuló una variación interanual del 214%, los precios promedio de los cortes de carne vacuna aumentaron un 3,1% en el mismo mes, registrando un incremento interanual del 152,1%.
¿Qué puede pasar con el precio de la carne?
¿Qué depara el futuro para el precio de la carne? De acuerdo con un estudio de IPCVA, la evolución es incierta. Si los guarismos de la economía mejoran y la demanda crece, podríamos ver un aumento del consumo.
Como resultado, el actual efecto bajista, producto de la sustitución por otras carnes, podría atenuarse e impulsar nuevamente los precios.
Respecto de la oferta, la producción ha caído casi un 9% de enero a julio de este año, mientras que los precios de la hacienda que abastece al mercado interno han subido entre un 7% y un 8%.
En 2024, la producción será menor comparada con el récord registrado en 2023, y se espera que los precios suban en los próximos meses producto del aumento de los costos de la hacienda hacia fin de año. Además, una posible disminución de aranceles podría incrementar los valores para la exportación, lo que impactaría en la inflación y reduciría el ahorro esperado por los consumidores