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El "mal negocio" de ser jubilado en Argentina: así se deterioró su poder adquisitivo con Alberto Fernández

Más jubilados deben hacer el esfuerzo diario de intentar llegar a fin de mes y no caer en la pobreza. Así cayeron sus ingresos en términos reales
30/08/2023 - 13:00hs
El "mal negocio" de ser jubilado en Argentina: así se deterioró su poder adquisitivo con Alberto Fernández

La economía argentina acumula 12 años de estancamiento estructural, 6 recesiones en medio de distintos mandatos presidenciales, con un crecimiento acumulado nulo, un nivel de pobreza que subió 15 puntos en los últimos 10 años y una sequía que generó déficit en la balanza comercial con crisis cambiaria y brecha de 100%.

Las cuentas que no le cierra al Estado la pagan los argentinos. El último comunicado del FMI manifiesta que "la situación económica se ha vuelto cada vez más frágil" y que el país necesita realizar un fuerte ajuste en jubilaciones y salarios públicos. Es decir, no es que el FMI exige un ajuste al Estado Argentino sino que el Estado Argentino tiene un déficit crónico que intenta financiar con todos los Argentinos vía inflación e impuesto inflacionario y ni siquiera le alcanza por lo cual termina ajustando cada vez a su población. Si el FMI habilitó el paquete del Plan "Platita Pre Primavera" que Sergio Massa anunció el domingo pasado es porque irán a pérdida en términos reales frente a la evolución de la inflación futura.

Los jubilados y pensionados hoy tienen condiciones de vida críticas con un sistema de jubilación de reparto con al menos dos problemáticas claves: el actual mercado laboral se encuentra en un 37% en la informalidad (generando que los aportes para la pagar las jubilaciones sean cada vez menos) y hay una fórmula de movilidad que no sigue a la inflación por lo cual se requieren de bonos permanentes que han achatado el nivel de ingreso real de todos los jubilados. Hoy tenemos 1,6 aportantes al sistema previsional por cada jubilado y para que el sistema sea sostenible debería haber 3 aportantes activos por cada jubilado.

Los jubilados y el plan Platita Pre Primavera

El plan "Platita Pre Primavera" vino acompañado de medidas de incremento de los ingresos de los argentinos: bono para jubilados y pensionados de $37 mil pesos hasta noviembre de este año; eximición de pago del componente impositivo del monotributo para categorías A,B,C y D; refuerzos de Tarjeta Alimentar y Potenciar Trabajo en dos meses y línea de créditos para trabajadores de hasta $400 mil en 24, 36 o 48 cuotas. Este plan "Platita PrePrimavera" ha levantado la única ancla que tenía el gobierno para contener la inflación futura: el ingreso y el crédito. El resultado será más déficit fiscal y cuasifiscal que remunera $1,8 billones mensuales por lo cual tendrás un nuevo salto inflacionario y más presión cambiaria post elecciones hacia un nivel más elevado de lo esperado en la previa.

Las cuentas que no le cierra al Estado la pagan los argentinos

En contexto eleccionario se producen 3 fenómenos en forma simultánea:

1- crecimiento de la oferta de dinero por intento de expansión el consumo privado para generar un bienestar pasajero,

2- caída de la demanda de ese mismo dinero por desconfianza y

3- mayor inflación futura por incremento de la variación monetaria y a su vez caída de su demanda.

Un jubilado que percibe en agosto haberes por $70.938 (en dólar paralelo es de u$s97,85) con el bono de suma fija llevaría esta jubilación a valores de $90.938 (en dólares son 125,43). En el mes de septiembre, estos mismos jubilados que reciben la mínima sin bono serán de u$s154 y con bono de suma fija es de u$s200,06 ($124.000 y $161.000 respectivamente para el mes de septiembre, valores que recientemente fueron actualizados y sumado también un bono nuevo). La jubilación hoy no sigue una metodología clara sino bonos advalorem que decide la clase política que siempre van por detrás de la inflación futura teniendo en cuenta una proyección de la variación de precios promedios para agosto con un piso de 10% y para septiembre del 14%.

A su vez, hay 2 millones de jubilados y pensionados que no reciben bono ni compensación alguna y vieron que su jubilación cayó en términos reales 20% en el último año y casi un 50 % desde 2017. Cuanto más aportaste, más castigado sos. Cuanto más te esforzaste en el pasado, menos recibiste de premio en el futuro.

 

Cuando comparamos la jubilación de nuestro país en relación con demás países de LATAM, observamos que en Uruguay es de u$s446, Bolivia u$s298, Perú u$s255, Ecuador u$s225, por lo que nuestro país de ubica casi en el final de la lista con u$s154 y u$s200 para septiembre 2023, pero si se contabilizara sin bono solo estaríamos un escalón arriba de Venezuela que hoy tiene una jubilación de u$s5,8.

 

Si ajustamos el valor del beneficio previsional por inflación desde 2012 hasta 2023 debería ser de $103.067. Sin embargo es de $70.938. En términos reales, hace más de una década que el jubilado pierde contra la inflación. Sólo los bonos que no se asignan a todos los jubilados sino a los de la mínima son los que sostienen la diferencia. El problema es la inflación.

 

El jubilado hace el ejercicio diario de intentar llegar a fin de mes y comprar con sus ingresos una canasta básica para no caer en la pobreza. De acuerdo a la canasta de CEYSAC (Centro de educación, servicios y asesoramiento al consumidor) la jubilación con bono solo alcanza a cubrir productos de consumo masivo pero no así los servicios básicos para el hogar y los gastos de consumo para el hogar. Es decir con la jubilación con la fórmula de movilidad no cubre una canasta básica y con el bono queda en la línea de la pobreza. La inflación es una verdadera estafa.

 

La situación de los jubilados es realmente preocupante. Al analizarla en una serie histórica con una jubilación mínima hoy compra 2,52 de una canasta básica, pero si se calculara sin el bono esta alcanzaría tan solo el 1,96 lo que significa que con una jubilación mínima un jubilado estaría sobre la línea de indigencia. En el 2016 con una jubilación mínima se accedía a 3,7 Canastas Básicas.

 

Al final de su vida activa, un jubilado no puede en nuestro país contar con su derecho ganado a lo largo de sus años de trabajo y aporte convertirse en un pasivo plenamente. Luego de trabajar más de 30 o 40 años, tiene que destinar horas de su tiempo a buscar algún trabajo.

De acuerdo al INDEC, la población de más de 65 años destina al menos 5 horas de su día en trabajar, lo cual coincide con la falta de ingresos jubilatorios para cubrir la canasta básica. Sino trabaja caerá en la indigencia o en la pobreza.

 

De acuerdo a la consultora Mercer, que mide el nivel de sostenibilidad del sistema jubilatorio en 37 países que representan dos tercios de la población mundial, Argentina se encuentra en el anteúltimo puesto mundial sólo antes que Tailandia. El índice de adecuación mide los beneficios, ahorro y soporte fiscal de cada sistema; el índice de sostenibilidad, en tanto, calcula la cobertura, el total de activos contribuciones, deuda gubernamental y crecimiento económico; la integridad, por último, estima las regulaciones y costos operativos, entre otras variables.

 

El actual sistema jubilatorio se encuentra quebrado y no es solo porque el actual mercado laboral no acompaña al sistema de reparto sino que involucra 4 puntos importantes adicionales que aún no se resuelven:

1- cómo hacer para que los que no aportaron durante su vida activa logren recibir un ingreso pasivo en su vejez (hoy hay más jubilados por moratoria que por aportes previsionales en Argentina;

2- si continuamos sosteniendo una fórmula de movilidad que no tenga entre su principal componente a la inflación se hará muy difícil que los jubilados de hoy puedan estar por sobre la línea de pobreza;

3- achicamiento de la pirámide donde los que más aportaron cobran menos en términos reales y sin bonos y 

4- de la fórmula jubilatoria depende el ajuste de parte del salario privado informal como son los monotributistas.

La fórmula el año pasado estafó a los monotributistas ya que ajustaron por movilidad sus limites y topes del sistema del régimen simplificado del 72,4% frente a una inflación que fue del 94,8%. Se estafó a los jubilados y monotributistas en 2022 y se los volverá a estafar por inflación en 2023.

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