Clave para el humor social: por qué el Gobierno tiene una proyección más alta de inflación que las consultoras
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El dato llama la atención: la proyección de inflación de abril que hicieron técnicos del Banco Central supera a la que efectúan las principales consultoras económicas, que monitorean la evolución de los precios semana tras semana.
Para el Banco Central, el IPC de este mes podría trepar al 7,5%, prácticamente similar a la inflación de marzo, cuando tocó el récord de los últimos 20 años (7,7%).
Lo preocupante es que, una vez más, los alimentos estarían en el podio de los rubros que más se encarecen, a pesar de los controles aplicados por el Gobierno a través del programa de "Precios Justos".
Para las consultoras, la inflación de abril volvería a rondar el 7%, algo por debajo de la proyección oficial, que se realiza en base al recorrido de los precios de la primera quincena. Eco Go, por caso, marca una estimación del 7% para los alimentos, y del 6,5% del IPC. Para Orlando Ferreres, la inflación llegaría al 6,3%, pero con el rubro alimenticio en 7,6%.
Alerta en las fábricas de alimentos
Las principales fabricantes de alimentos y bebidas -que firmaron el acuerdo por "Precios Justos" con el Gobierno- mantienen la atención sobre cada movimiento en el mercado cambiario, sin sacar los pies del plato. Por ahora.
Los ejecutivos deslizan que, después de cada disparada de la brecha, los precios también registraron un sacudón.
Por ahora sólo hubo algunas reacciones puntuales, en relación a la suspensión de ventas, sobre todo de productos importados.
En esas compañías aguardan una convocatoria de Matías Tombolini, el secretario de Comercio, que debería garantizar que los precios de los alimentos y el abastecimiento se mantengan en carriles normales. Una meta difícil para esta Argentina.
Se define la tasa de interés
Hasta la noche del miércoles, aún no había acuerdo en el seno del Gobierno sobre la estrategia respecto de las tasas de interés.
El directorio del BCRA decidirá esta tarde si, tras los últimos datos de inflación, y en plena suba de los dólares financieros, se aplica una nueva suba de las tasas.
Hay desconcierto en el gabinete económico. En el medio, el FMI ejerce presión para que haya una suba fuerte en el costo del dinero para evitar una fuga de depósitos bancarios, acaso el último dique de contención que tiene la economía.
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Los funcionarios que se oponen a una nueva alza de las tasas argumentan que esa medida perjudicaría más a la economía -por la emisión adicional de pesos necesaria para pagar las Leliqs-. Y que no solucionará el problema de fondo que existe hoy: la falta de u$s20.000 millones de dólares provocada por la brutal sequía.