En medio de la suba del dólar, un dato sobre la inflación de abril pone en alerta máxima a Massa
El último monitoreo de inflación puso en alerta máxima a Miguel Pesce: los aumentos de precios de la primera quincena de abril dan una proyección para el mes de 7,5%, lo que pondría a la economía en un nuevo piso inflacionario y muy cerca de una espiralización.
La relación entre el titular del Banco Central y Sergio Massa está en el peor momento, y no solamente por la tensión que genera la espiral inflacionaria. La escalada del dólar y, sobre todo, la delicada situación de las reservas recalentó los ánimos de ambos funcionarios.
A tal punto que, hasta anoche, no había acuerdo sobre la estrategia respecto de las tasas de interés. El directorio del BCRA decidirá esta tarde si, tras los últimos datos de inflación, y en plena suba de los dólares financieros, se aplica una nueva suba de las tasas.
Hay desconcierto en el gabinete económico. En el medio, el FMI ejerce presión para que haya una suba fuerte en el costo del dinero para evitar una fuga de depósitos bancarios, acaso el último dique de contención que tiene la economía.
Los funcionarios que se oponen a una nueva alza de las tasas argumentan que esa medida perjudicaría más a la economía -por la emisión adicional de pesos necesaria para pagar las Leliqs-. Y que no solucionará el problema de fondo que existe hoy: la falta de u$s20.000 millones de dólares provocada por la brutal sequía.
Desde el Palacio de Hacienda reparten culpas entre el Banco Central y las cerealeras por el, hasta aquí, fracaso del "dólar agro". A uno por la instrumentación y a las exportadoras por incumplir el acuerdo. Ayer, no hubo liquidación de divisas y el martes habían alcanzado apenas a los u$s35 millones. Está más que claro que así es imposible llegar a los u$s8.000 millones imaginados por el ministro.
Sin las liquidaciones por el nuevo "dólar soja", el Banco Central se vio obligado a vender u$s197 millones en el mercado para evitar un salto abrupto de la cotización.
En este contexto tan complicado, el dólar blue subió a $423. Aunque lo peor sucedió en el canal de los dólares alternativos que se operan a través de los bancos: el contado con liquidación trepó a $435 (+2,1%) y el dólar MEP, a los $421, con una suba diaria del 3%.
El blindaje (de dólares) soñado
Massa tiene el diagnóstico: le faltan u$s10.000 millones para asegurar la estabilización de la economía de acá hasta fin de año. Es la mitad del costo de la sequía histórica; la otra mitad podría conseguirla apelando a los bolsillos de los organismos multilaterales, como el Banco Mundial, el BID y la CAF.
Ayer por la tarde, desde las oficinas del ministro difundieron el poderoso respaldo de la Casa Blanca a la gestión del ministro.
El asesor especial del presidente Joe Biden para América Latina, Juan González, dijo que Estados Unidos está dispuesto a "jugar un papel constructivo" para "ayudar a la Argentina".
"En las conversaciones que hemos tenido con él (por Massa), la línea final es que tienen que ser el Departamento del Tesoro, el FMI, el Banco Mundial y el BID quienes lleguen a cómo abordar estos desafíos. Estados Unidos siempre juega un papel constructivo en esa conversación, incluida la Casa Blanca", señaló González, un conocido del ministro de Economía.
Los dólares no alcanzan y las cuentas no cierran
El diagnóstico de las consultoras económicas es prácticamente unánime: así como están las cosas, no hay manera de llegar a las elecciones sin una devaluación abrupta del tipo de cambio.
Es lo que observan los principales jugadores del mercado, que aceleraron la dolarización en las últimas jornadas, provocando el ensanchamiento de la brecha cambiaria.
El escenario político es procíclico: la aparición de Javier Milei como una opción con chances de llegar al balotaje en las presidenciales de noviembre oscurece el panorama. El libertario propone la dolarización como su principal esquema, un intento que -sin dólares en el BCRA- sólo podría darse mediante una licuación total.
En este contexto de fragmentación política total es muy difícil sostener un equilibrio tan frágil. ¿Cuáles son las chances reales de que se materialicen los apoyos que Massa recopila en sus viajes a Washington?
Por ahora logró una "recalibración" de las metas con el FMI, pero está claro que acá escasean los dólares para sostener la economía. Sin dólares, los ajustes en las metas no sirven de mucho.
Tampoco aparece la posibilidad de un crédito directo del sector privado, algo que se tanteó en crisis anteriores, ya que el Fondo Monetario podría vetarlo. En algún momento, desde Economía se filtró la posibilidad de la suscripción de un bono por parte de las cerealeras exportadoras, pero esa idea no prosperó.
Las próximas jornadas lucen claves, bajo una realidad que se vuelve dramática a medida que pasan los días y las reservas del Banco Central siguen raquíticas. Los tiempos se acortan; de eso no hay dudas.
La inflación como telón de fondo
Las principales fabricantes de alimentos y bebidas -que firmaron el acuerdo por "Precios Justos" con el Gobierno- mantienen la atención sobre cada movimiento en el mercado cambiario, sin sacar los pies del plato. Por ahora.
Los ejecutivos deslizan que, después de cada disparada de la brecha, los precios también registraron un sacudón. Por ahora sólo hubo algunas reacciones puntuales, en relación a la suspensión de ventas, sobre todo de productos importados.
En esas compañías aguardan una convocatoria de Matías Tombolini, el secretario de Comercio, que debería garantizar que los precios de los alimentos y el abastecimiento se mantengan en carriles normales. Una meta difícil para esta Argentina.