Inflación 2023: un febrero picante y un marzo angustiante
Los números de enero pasado dejan en evidencia que la inflación inercial en la que entró Argentina desde el 2014 será muy difícil de reducir en los próximos meses.
El último informe de Portfolio Personal Investment destaca que: "todo indica que la nominalidad habría hecho piso en noviembre y que un ritmo mensual en torno a 5% difícilmente pueda ser sostenido sin un plan de estabilización mediante".
El informe explica que la inflación volvió a viajar a una velocidad crucero superior a tres dígitos en términos anualizados llega al 101,2% dejando en claro que el régimen de alta nominalidad, en el que entró Argentina en marzo 2022, está lejos de llegar a un fin y señala que:
- La inflación de enero fue 6%, acelerándose marcadamente desde 5,1% en diciembre y 4,9% en noviembre.
- Enero 2023 es el enero con mayor inflación desde 1991 que fue del 7,7%.
- La variación anual trepó desde 94,8% a 98,8% y quedó al borde romper la barrera del 100%.
- En caso de que la inflación de febrero supere 5,35% mensual (el REM de enero marcaba un 5,5% para febrero pero previo a la fuerte suba de precios de enero), la inflación interanual alcanzaría este umbral por primera vez desde hace 32 años.
Inflación: tras cuatro meses algo positivos, vuelve a acelerar
Después de cuatro meses en los cuales la inflación sorprendió positivamente, esta vez el pronóstico del REM subestimó la variación mensual al ubicarse en 5,6%. Sin embargo, se encontró más cerca de la mediana de las mediciones de alta frecuencia que la situaban en 5,9%
En relación al registro del GCBA - escaló fuertemente de 5,8% a 7,3%-, la medición del INDEC para GBA volvió ubicarse por debajo por cuarto mes consecutivo, al marcar 6%, un hecho que sólo ocurrió dos veces desde que el INDEC relanzó su índice de precios en 2017.
Vale recordar que la primera vez había sido entre mayo y agosto de 2017 y la segunda entre abril y julio de 2019. El desvío entre ambos índices fue de 1,3pp, marcando un nuevo máximo histórico para la serie y sobrepasando al anterior pico de 1pp en enero 2019. Cabe destacar que la magnitud del desvío recurrente es mucho mayor que en las experiencias previas, habiendo sido 0,4pp en octubre, 0,8 en noviembre (ex récord de la Administración Fernández) y 0,5 en diciembre.
El informe describe que las mediciones de alta frecuencia muestran que, en las primeras dos semanas de febrero, la inflación núcleo y alimentos, que es el componente con mayor ponderación dentro de la canasta del IPC, habrían continuado acelerándose.
El precio de la carne mete presión a la inflación
En relación con este último índice, el Gobierno reimplementó el programa Precios Justos para siete cortes de carne vacuna (ponderación de 5% y 8,9% sumando pollo y cerdo) hasta el 31/03 para contener las presiones inflacionarias, una estrategia que en el pasado no ha surtido efecto.
La medida se toma tras haber subido la carne 3,9% en enero en GBA y 4,9% en CABA desde 3% y 1,9% en diciembre, respectivamente.
El problema actual es que el gobierno combina la ortodoxia que implica una reducción del déficit fiscal primario y el freno a la emisión monetaria junto a la heterodoxia de los controles de cambio y de precios y un tipo de cambio oficial que aumenta menos que la inflación mensual lo que implica un importante retraso cambiario y una brecha con el dólar paralelo que también está cerca del 100 %.
Además, tanto el gobierno como una gran parte de economistas de uno o de otro lado de la grieta no tiene en claro cuáles son las causas de la suba de la inflación qué pasó de valores del 50 % anual entre 2018 y 2019 a valores de casi al 100 % desde el año pasado.
Inflación: ¿un fenómeno multicausal o sólo producto de la emisión monetaria?
La duda es si se trata de un fenómeno multicausal como afirmaba el ex ministro de Economía Martín Guzmán o si es solo producto de la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal del Tesoro como opina el diputado Javier Milei.
Para el análisis conviene repasar las recientes afirmaciones del viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, considerado en el mercado financiero local e internacional como uno de los macroeconomistas más sólidos que tiene la Argentina y que se dedicó durante mucho tiempo a analizar los distintos procesos inflacionarios de la Argentina.
Las recientes declaraciones de Rubinstein luego de conocido el 6% de inflación mensual de enero dan a entender que en el equipo económico existe una cierta convicción para tratar de reducir la inflación al 60 % anual a fin de este año pero sus aseveraciones si bien muestran una gran dosis de conocimiento técnico también evidencian mucho voluntarismo. El viceministro destacó que "los fundamentos macroeconómicos, básicamente las políticas fiscales, monetarias y cambiarias, serían consistentes con tasas mensuales de inflación del 4% o menos". La pregunta es porqué dio 6 % y no 4% como señala el funcionario.
En este caso se abre un abanico de posibilidades:
- Los fundamentos macroeconómicos están desequilibrados.
- El ajuste fiscal y monetario viene realizando el equipo económico desde que Sergio Massa llegó al ministerio de Economía todavía no impactó para reducir la tasa de inflación.
- La otra explicación es que como opinan algunos economistas extranjeros y locales esta inflación no está originada por aumento de la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal primario y tiene otras causas.
¿Influye el déficit fiscal?
En ese aspecto podemos destacar las recientes declaraciones del famoso economista Jeffrey Sachs realizadas el martes pasado en el programa del periodista Alejandro Bercovich en el canal C5N.
Sachs quien es director de un Centro de Estudios de la Universidad de Columbia manifestó que: "el problema de la inflación en Argentina no es el déficit fiscal" y agregó que: "los números fiscales de la Argentina son mejores que los de los Estados Unidos" y agregó que "si se mostrarán las planillas del sector público de Argentina a los inversores y operadores de Wall Street sin decir a quién pertenecen habría muchos inversores que apostarían por la Argentina porque son compatibles con los de un país normal".
Sachs manifestó que: "el problema no es fiscal sino la falta de acceso al crédito que está relacionada con el historial de defaults e incumplimientos más que por sus fundamentals macroeconómicos" y destacó que "a la Argentina la califican por su reputación y no por su realidad y si los inversores vieran el balance fiscal del gobierno de Estados Unidos y el de la Argentina preferirían el de Argentina".
Consideró además que la falta de crédito internacional y local es una falla de mercado y que persiste un riesgo de una profecía auto cumplida en los mercados con respecto a los países emergentes al explicar que lucen riesgosos porque no tienen financiamiento y a su vez no reciben financiamiento porque lucen riesgosos. Varias de esas definiciones ya las había dado Sachs en noviembre del año pasado en las Jornadas Monetarias del BCRA.
Diferencias con la hiperinflación
En la línea al análisis de Sachs se encuentra el economista Walter Graziano titular de la consultora Graziano y Asociados quien sostiene que este tipo de inflación a diferencia de la híper del 5000% anual de julio de 1989 o del 300% anual de la híper de marzo de 1990 no está originada en el déficit primario fiscal que hoy llega al 2,5% del PBI y la emisión monetaria para financiarlo.
"El problema no es el aumento de la emisión monetaria para financiar el déficit fiscal primario porque los agregados monetarios no indican eso. La causa hay que buscarla más por el lado de un sistema financiero que es intrínsecamente inflacionario", manifestó a iProfesional.
Graziano señala que hay un sistema financiero que le cobra al estado una tasa del 75% anual a través de las Leliq que emite el BCRA y toma dinero de los ahorristas de sus cajas ahorro a los que prácticamente no les paga interés por ese dinero.
"Es un sistema financiero qué hay que modificar porque no ayuda ni al ahorrista ni a las pequeñas y medianas empresas que son las que no se pueden financiar en el exterior a largo plazo y además corre un gran riesgo porque le presta al estado que a veces defaultea y no le presta al sector privado que siempre paga sus deudas" explica Graziano.
Cuestiones estructurales
Por su parte el economista Ricardo Delgado titular de la consultora Analityca proyecta una inflación promedio mensual del 5,5 % para él período febrero -junio: "La inflación tiene un piso alto por varias cuestiones estructurales como una tasa de devaluación promedio del peso del 5,4 % que eleva los costos de las empresas que los trasladan a los consumidores, el cierre de las paritarias del 2022 donde los trabajadores formales recibieron aumentos promedio de 7 % mensual que se traslada a los precios finales y una brecha cambiaria del 90 al 100 % que también presiona sobre los precios y el reciente aumento del precio de la carne y la suba en el precio de los combustibles" manifestó a iProfesional.
Rubinstein destacó también en su análisis la muy importante incidencia que tienen los aspectos inerciales, ligados al alto grado de indexación prevaleciente. "En tal sentido seguimos trabajando para hacer frente a este aspecto. Los acuerdos de precios firmados registran un elevado grado de cumplimiento, por lo que confiamos que la extensión de los mismos a muchos más rubros y productos nos permitirán ir reduciendo márgenes y los mencionados factores inerciales".
Por último mencionó que se está trabajando desde la macroeconomía y desde la microeconomía, para que en los meses venideros se registren bajas significativas en las tasas de inflación, y que esperan que, hacia fines de año, las tasas mensuales se acerquen al 3%, y la tasa de inflación en el año pueda rondar el 60% presupuestado.
Estos conceptos, al parecer, están más cerca del voluntarismo que del rigor técnico que muestre el equipo económico en el futuro para reducir la inflación desde abril en adelante. En ese mes y de acuerdo al análisis del equipo económico el número no empezará con 3 y posiblemente será mucho más alto.