Sin tarifazo no se podrán bajar subsidios, como exige el FMI: expertos no creen en el plan oficial
El principio de acuerdo con el FMI contempla la reducción del déficit fiscal de 3% del PBI registrado en 2021 a 2,5% para este año, y para lograr esa meta una cuestión central para el organismo internacional es reducir el gasto en subsidios energéticos para lo cual es fundamental lo que ocurra con el ajuste de tarifas de los servicios públicos. El recorte de los subsidios es un tema por el cual el FMI viene presionando. Y el consenso entre expertos es que sin una fuerte suba de tarifas no podrán achicarse sustancialmente los subsidios.
El organismo internacional mencionó esa cuestión en el comunicado que dio a conocer el 28 de enero cuando se anunció el principio de entendimiento, luego la vicedirectora del FMI Gita Gopinath expresó en su cuenta de Twitter que con los funcionarios de Argentina "acordamos en que será importante una estrategia para reducir los subsidios a la energía de manera progresiva".
También el portavoz del Fondo, Gerry Rice reforzó ese mensaje el jueves 10 de febrero en conferencia de prensa: "Hubo un entendimiento en reducir subsidios a la energía y movilizar el financiamiento externo para mejorar la resiliencia argentina".
Tarifas: viene la segmentación
Paralelamente, mientras se desarrollan las audiencias públicas para debatir el ajuste tarifario energético, en el Gobierno aseguran que el aumento de las boletas de luz y gas no superará el 20% para el 90% de los usuarios. En paralelo, el 10% restante entrará en el plan de segmentación.
En ese sentido, la intervención del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) presentó una propuesta que apunta a poner en marcha en el AMBA una primera etapa del programa de segmentación tarifaria.
Ese plan de segmentación por barrios alcanza 11 zonas de la Ciudad de Buenos Aires y dos del Gran Buenos Aires donde se retirarán los subsidios
Los aumentos se darán en los barrios porteños de Puerto Madero, Recoleta, Palermo, Belgrano y Núñez, una parte de Colegiales, algunas manzanas de Villa Urquiza, Retiro, Saavedra y Villa Devoto y una zona de elevado valor en Caballito.
Al mismo tiempo, el ministro de Economía, Martín Guzmán, afirmó días atrás que se avanzará "en una reducción del monto de los subsidios energéticos en relación con el PBI", y remarcó que "la meta es no superar el 1,7% en 2022".
"Venimos trabajando en un plan para focalizar gradualmente, de forma cada vez más efectiva, los subsidios al consumo de energía", destacó Guzmán.
Cabe destacar que este jueves se analizarán en audiencia pública, convocada por el ENRE, las propuestas de un nuevo cuadro tarifario de transición del servicio eléctrico para los precios de referencia en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), el transporte y la distribución de las concesionarias Edenor y Edesur, que operan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Tarifas: un incremento del 20% no es suficiente
Lucio Garay Méndez, economista de Eco Go, puntualizó que los subsidios energéticos alcanzaron en 2021 a 2,3% del PBI, mientras que en 2020 se ubicaban en 1,6%, y en 2019 en 1,1%.
En este marco, para los economistas consultados por iProfesional no luce compatible cumplir con la reducción de los subsidios con un incremento de tan solo el 20% de las tarifas.
Un análisis de la consultora Eco Go planteó que el intento de buscar reducir la cuenta de subsidios de tarifas por debajo de la inflación -que según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado difundido por el Banco Central este año se ubicará en 55%- "luce una misión imposible".
"O bien, el acuerdo esconde aumentos en gas, electricidad, agua y transporte mayores a los mencionados, o bien la cuenta de subsidios que en 2021 se ubicó en 3% del PBI, en 2022 va a volver a estar en torno a esa cifras", especuló.
Garay Méndez comentó que "en nuestras proyecciones fiscales, estamos manteniendo prácticamente los subsidios económicos en términos del PBI".
"Si bien anunciaron que las tarifas van a aumentar un 20%, probablemente haya un segundo incremento" estimó.
Por otra parte, el economista alegó que "este año el dólar ya no se puede atrasar como en 2021, por lo que un dólar más acelerado también aumenta los costos de la energía"
"Por si fuera poco, el precio del gas promedió los u$s8 el año pasado y para este ya se ubica casi en u$s 24, casi el triple", alertó.
En este contexto, el economista fundamentó que "para volver si quiera al nivel de subsidios de 2020, habría que subir las tarifas por encima de la inflación, que hoy nosotros proyectamos en 59%, es decir, deberían aumentar por lo menos ese porcentaje".
De igual visión, Claudio Caprarulo, director de Analytica, argumentó que "con un aumento del 20% no alcanza para reducir los subsidios energéticos que llegaron a 2,3% del PBI en 2021".
"Es posible que el gobierno lo sepa y por eso ya esté circulando esa propuesta de segmentación por barrios", subrayó.
Caprarulo contó que "en Analytica hicimos una proyección y si para el 50% de hogares de mayores ingresos las tarifas de energía crecen en promedio 150% se puede alcanzar un ahorro similar al que anunció Guzmán de 0,7% del PBI".
Para Analytica, eso "iría en línea con el único pedido puntal de ajuste que hizo público hasta ahora el FMI, pero irrumpe con el discurso oficial de sostener el gasto real".
Asimismo, Caprarulo advirtió que "el mercado energético es complejo y más hoy con el fuerte salto que tienen los precios de gas y petróleo a nivel internacional".
Sobre este tema, la consultora LCG sostuvo que "la quita de subsidios es una condición necesaria para el avance del acuerdo con el FMI, más aún en un contexto de suba de precio de la energía".
"Esto redunda en una tarifa más alta para la electricidad y el gas", enfatizó.
A su vez, el director de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram esgrimió que "hablar de un aumento promedio de 20% del valor de la electricidad implica que, a fines del semestre, dicha tarifa será más baja que a fines de 2021, descontada la inflación".
"Conclusión, la proporción de lo que usamos que nos subsidiarán seguirá subiendo en promedio; aunque puede que algunos no reciban nada y otros terminen recibiendo muchísimo más. Así que, si el Estado tiene que hacer un ajuste, lo tendrá que hacer en otro lado. ¿De nuevo les tocará a los jubilados o a la obra pública? Absurdo", reprochó.
Tarifas: cuánto deberían subir para bajar subsidios
Por su parte, un informe de PxQ dirigido por Emmanuel Álvarez Agis advirtió que "tras dos años de un incremento sustantivo de los subsidios a la energía lograr una disminución de los mismos en 2022 será una meta difícil de alcanzar como consecuencia centralmente de factores exógenos".
Entre ellos mencionó: la menor oferta de gas natural por parte de Bolivia, el incremento de los precios de importación de Gas Natural Licuado (GNL) y la sequía que afecta negativamente la generación de energía eléctrica de origen hidráulico incrementarán los subsidios en, al menos, 0,6% del PIB durante 2022. A esto se suma, la dinámica de la inflación y la depreciación del peso.
La consultora simuló dos escenarios alternativos para la dinámica de subsidios y tarifas para 2022, y aclaró que en ambos se contempla una reducida expansión de la demanda, que "de no verificarse implicará un mayor nivel de subsidios".
En el primer escenario se evalúa a cuánto ascenderían los subsidios si los usuarios residenciales enfrentan un aumento de la factura final de los servicios de luz y gas del orden de 20% anual.
Bajo esa hipótesis, la consultora calculó que los subsidios a la energía treparían por encima de u$s14.000 millones durante 2022 frente a los u$s11.000 milllones (2,3 puntos del PBI).
En esa coyuntura, los subsidios a la energía representarían 2,4 puntos del PBI "valor similar al déficit primario total acordado con el FMI"
"Un escenario alternativo -consistente con el acuerdo con el FMI- requeriría que los subsidios a la energía no superen 1,9 puntos del PBI (u$s11.200 millones). Para ello se requiere un incremento de las tarifas de energía eléctrica de 79% y de 81% en el caso del gas natural", proyectó.
A su criterio, "se trata de un escenario, al menos, complejo en el actual contexto económico y social".
"Más allá de la discusión fiscal, el problema central de la actual política tarifaria es centralmente distributivo. El pasado año el Estado Nacional destinó 1,3 puntos porcentuales del PBI en programas de asistencia a los sectores de menores recursos, mientras que erogó 2,3 puntos porcentuales del PBI en subsidiar el valor de la energía, destinando una proporción significativa de los mismos a incentivar el consumo en los sectores de mayor poder adquisitivo", objetó.
Plan Segmentación
En cuanto al plan de segmentación diseñado por el gobierno, Méndez Garay consideró que ayuda, pero todavía no hay definiciones al respecto, hay varios proyectos dando vuelta y una vez que se confirme, hay que ver cómo impacta".
"Difícilmente se sepa con detalles como sea la segmentación, por lo que va a ser complicado saber el impacto antes de que se aplique", opinó.
Por su parte, un informe de la consultora FMyA analizó: "El Plan (del subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación, Federico) Basualdo propuso subas en la electricidad hasta 190% (de $1000 a $2900) al 25% de CABA".
"Si al resto se sube 20%, por lo que daría una suba promedio de 61% y ayudaría a cumplir la meta de baja de subsidios de 0.4% PBI".
No obstante, la consultora evaluó que "segmentar por valor del metro cuadrado es muy mala idea, falta saber qué propone Guzmán".
En sintonía, LCG cuestionó que "el criterio para la segmentación parece más un castigo al votante de Juntos por el Cambio que a un buen procesamiento de datos por parte de la Secretaría de Energía"
"Nuevamente escala la tensión dentro del Ministerio de Economía, al parecer el descontento de Guzmán con la estrategia de segmentación tarifaria invita a pensar que nace un nuevo enfrentamiento, solo que ahora gobierna Alberto Fernández. Habrá que ver si esta vez puede resolver sus diferencias imponiendo su voluntad en esa Secretaría que será clave para los próximos años", planteó
A su vez, la consultora EconViews consideró que "uno de los puntos centrales del acuerdo con el FMI es el ajuste en las tarifas de gas y luz, para pasar costos a los usuarios y reducir el peso de los subsidios energéticos en el gasto público".
Según su visión, "parece difícil que la segmentación focalizada que plantea el gobierno alcance para una reducción significativa de los subsidios eléctricos y es posible que termine abarcando un número mayor de usuarios".
Al respecto, Andrés Borenstein, economista de esa consultora, criticó que "el plan del mapita no ahorra casi nada", y explicó que "si los precios (de luz y gas) suben debajo de la inflación el gasto en subsidios aumenta".
"Van a subir tarifas con un esquema distinto al de ese mapita que filtraron. Solo que no se cuál es", agregó.
Por su parte, Abram sostuvo que "la segmentación puede servir para amortiguar el impacto que tendrá en las familias el alza que hay que hacer"
"Han empobrecido a la gente, por lo que debería haber algún gradualismo. Con el objetivo de que a futuro todos paguen lo que usan y haya una tarifa social para los sectores de muy bajos ingresos. Hay que pensar que en algunos casos volver a los niveles de subsidio de 2019 implicará un aumento de 100% o más aún", concluyó.