La inestabilidad política post elecciones le pegará al dólar, alerta el economista y dirigente del PRO Amadeo
El economista Eduardo Amadeo, director de la Escuela de Dirigentes del PRO, fue presidente del Banco Nación y embajador en los Estados Unidos, entre otros cargos públicos. Ve los próximos dos años con una economía muy inestable, tanto si gana la oposición como si se impone el oficialismo en los comicios legislativos.
Si gana la oposición, habrá una mejores expectativas de estabilidad, pero el Gobierno quedará muy débil, y si se impone el kirchnerismo, el país va a hacia una economía totalmente estatizada, opinó Amadeo.
Y esa incertidumbre e inestabilidad, para Amadeo, pesarán más sobre el precio del dólar que la posición de la caja en dólares del Banco Central, y también sobre la inflación venidera.
El siguiente es un resumen del diálogo de Amadeo con iProfesional:
-¿Cuáles son tus expectativas respecto al dólar antes y después de las elecciones?
-De mucha incertidumbre. Por un lado, el Gobierno está con una posición de caja en dólares más cómoda que 3 o 4 meses Pero hay mayor incertidumbre política y económica. Influyen la participación de Cristina Kirchner en la economía, la falta de un programa económico definido y la inflación. La experiencia argentina es que la incertidumbre y el miedo son más importantes que la posición de las reservas. El argumento del Gobierno es "tengo dólares", pero también hay que tener en cuenta la incertidumbre para saber si van a alcanzar.
-¿Y la influencia del precio de la soja en la estrategia del Banco Central ahora que está cayendo?
El precio de los granos fue un regalo que recibió el Gobierno y que está desaprovechando. Una característica del kirchenrismo es que apuesta al presente a costa del futuro. Aumenta la soja, aumentan los dólares, pero los desaprovechan. Es típico del populismo, ya lo hicieron en los tres gobiernos de Néstor y Cristina Kichner: desaprovecharon oportunidades y comprometieron el futuro. Están haciendo lo mismo ahora.
-La inflación viene subiendo contenida por el mecanismo de pisar precios claves, ¿se puede disparar después de los comicios?
-Este nivel ya es altísimo, 4% mensual da 60% anual; es quizás el más alto del mundo, y no va a bajar. Todo parece apuntar a que se va a mantener en estos niveles. Puede subir si hay mucho desorden en la política, como ocurrió en el pasado. La inflación tiene un componente monetario, pero no es el único. Es otra vez consecuencia de la incertidumbre. Los comerciantes y productores van a seguir remarcando si no ven un futuro estable. Nadie se querrá quedar atrás, mientras no haya perspectivas ciertas.
Las perspectivas económicas de las elecciones
-¿Qué puede pasar con la economía si el oficialismo pierde en noviembre?
-Va a generar mayor certidumbre. El miedo generalizado es a un mayor poder del kirchnerismo. Es posible que un triunfo opositor sea una buena señal para la economía, que termine con los delirios de Cristina Kirchner, que son los de Axel Kicillof.
-Pero, ¿no puede pasar que le echen la culpa de la derrota a cierta ortodoxia del ministro de Economía, Martín Guzmán, y se radicalicen?
-Si es cierto que Guzmán intenta tener un plan económico, el kirchnerismo hace cotidianamente todo lo que puede para destruirlo. Al kirchnerismo no le interesa una economía estable, sino acumular pode por otros canales. Inversión, estabilidad, los conceptos de una economía sana, para Kicillof no son importantes, al contrario, son liberales. Ni el presidente Alberto Fernández propone esos conceptos. No hay posibilidad de economía estable y en crecimiento con un kirchnerismo con poder.
-Dos años para un eventual cambio de signo político en el país es mucho tiempo…
-Sí, vienen dos años muy inestables. Si el kirchnerismo gana en estas elecciones de medio término, vamos a una economía totalmente estatizada. Y si pierde, habrá un gobierno extremadamente débil. Pero igual es mejor que pierdan.
Qué se puede esperar en el corto plazo
-¿Ves chances de un acuerdo con el FMI y el Club de París?
-Es muy difícil. Ayer hubo una declaración muy clara. El diputado Sergio Massa fue a pedir apoyo de los Estados Unidos y el Departamento del Tesoro dijo: "presenten un plan". Se terminó la fantasía de que podía haber otra solución para un acuerdo con el FMI. Y Guzmán no puede presentar ese programa porque no tiene base política interna para hacerlo.
-¿Qué influencia tiene Cristina Kirchner en el manejo de la economía?
-La vicepresidenta está en este momento preocupada por el resultado de las elecciones y no le preocupa el equilibrio de la macroeconomía. Pero está equivocada, porque en la medida en que no se crea trabajo y no frenan la inflación, el kirchnerismo no tiene salida. Aumentan los salarios 40%, pero la mitad de la economía está en negro y también están las empresas que de todos modos no lo pueden pagar. Así no pueden crear empleo. ¿Quién va tomar trabajadores en una sociedad manejada por Cristina Kirchner?
-¿Qué opina del proyecto para estatizar el sistema de salud?
-Es una locura. El 70% de la Argentina es atendido por el sector privado, porque están abonados a una empresa de medicina prepaga, o porque acceden a sus servicios a través de obras sociales sindicales con convenios. Están destruyendo el sistema de salud. Esto es bien Kicillof, que cree que los que nos atendemos por una prepaga somos privilegiados; es la lógica soviética de Kicillof.
-¿Puede afectar la solidez de los bancos que parte de su encaje sean bonos argentinos con altas perspectivas de default?
-Sin duda es un riesgo, el Gobierno les dio el dulce, pero además les exige. No conozco la posición, de todos modos, para precisar cuánto es el riesgo. Pero en un país racional, los bonos públicos son un activo deseable, porque no defaultean. Así no hay crédito público. El sistema es muy inestable.