Gobierno, sin control sobre inflación: convocó a empresas para "coordinar" subas pero le ganaron de mano
Se vienen jornadas tensas en el vínculo entre el Gobierno y los fabricantes de alimentos. Después de una semana de tregua, tras el polémico levantamiento del programa de "Precios Máximos", que mantenía bajo control estatal nada menos que 70.000 productos que se venden en los supermercados, ahora arranca otra etapa de la relación.
Paula Español, la poderosa secretaria de Comercio Interior, ya convocó a las principales alimenticias para, según les anunció, armar una "mesa de coordinación" en la cual se consensúen los próximos aumentos de precios de los alimentos.
La funcionaria ya les advirtió, en reuniones realizadas la semana pasada con las cámaras del sector, inclusive de los supermercados, que si se detectan remarcaciones por fuera de lo convenido entonces podrían retornar los congelamientos de precios que acaban de suprimirse.
Algunas compañías, de las más grandes del mercado, ya se adelantaron: ajustaron precios antes de sentarse con Español.
Fue el caso de la multinacional Unilever, que acaba de comunicar incrementos en productos de entre 10% y 12% (puré de tomate, puré de papas) mientras que en los aderezos, las subas alcanzaron 15%.
También hubo subas en el rubro de las galletitas, de parte de varias empresas, de hasta 10%.
Estos movimientos dan cuenta de la presión que se viene; un escenario al que Comercio Interior intentará darle un ordenamiento más previsible.
De todas formas, no será fácil. Tal como viene publicando iProfesional, el último control de precios quedó desbordado en la práctica. Contra aumentos autorizados del 11% desde marzo de 2020 (al inicio de la pandemia), las remarcaciones de esos productos registraron aumentos promedio del 39,5% hasta abril, de acuerdo a un relevamiento de la consultora MacroView, en base a datos del Indec.
Sin embargo, y acá el dato a prestar atención, los alimentos que quedaron por fuera del programa de "Precios Máximos" tuvieron un aumento promedio del 79% en esos mismos 13 meses (marzo 2020 a abril 2021). Ahí se encuentran rubros como "carne", "frutas" y "verduras", pero también alimentos y bebidas que no estuvieron bajo la lupa de Comercio Interior.
Eso quiere decir que los alimentos sin "Precios Máximos" se encarecieron nada menos que 40 puntos más que los "libres". ¿Por qué no pensar que las empresas -sobre todo las formadoras de precios- intentarán recortar esa brecha lo más rápido posible? La primera muestra ya apareció, como se comentó más arriba.
En el Gobierno temen lo mismo; por eso Español se apuró a la convocatoria a los ejecutivos. Las reuniones se realizarán a lo largo de esta semana vía zoom.
Desde algunas compañías más grandes, consultadas por iProfesional, dijeron que -seguramente- habrá incrementos "paulatinos". "Un esquema muy conservador", definen en una de las empresas líderes
Esperan que los productos de la canasta básica, los denominados "esenciales", sean los que menos se encarezcan, pero que como contrapeso haya más libertad para encarecer aquellos productos que tienen cierta elaboración. O pertenecen a las marcas premium.
Por lo pronto, los alimentos de la canasta básica ya tienen una regulación impuesta en el programa de "Precios Cuidados", que contiene 676 artículos. En complementación de ese plan, Comercio ya reforzó los controles con la reglamentación de la "ley de gòndolas".
La semana pasada, además, se puso en marcha el programa "Más Cerca", que contiene 70 productos con precios congelados hasta fin de año. Con la particularidad que se los encuentra en los comercios barriales (almacenes y autoservicios "chinos").
El primer test de si la nueva estrategia tiene chances de funcionar se conocerá esta misma tarde, cuando el Indec divulgue la inflación de mayo, que las consultoras estiman en torno al 3,5%, por debajo del 4,1% del mes pasado.
Pasar el invierno, "congelados"
De acá hasta las elecciones primarias faltan menos de 90 días. Y después 60 adicionales hasta las generales.
El Gobierno ya tomó medidas de alto impacto, con el único objetivo de desacelerar la dinámica inflacionaria.
La primera y más relevante fue el enfriamiento del mercado cambiario. La cotización del dólar "oficial", que venía al ritmo de la inflación, fue ralentizando su marcha. En mayo, por caso, la cotización del "mayorista" subió 1,2%, la tercera parte de la inflación aproximadamente.
Este mes va por la misma senda: el dólar mayorista subió apenas 0,6% en estas primeras dos semanas.
El ancla del tipo de cambio, más temprano que tarde, tendrá impacto en la dinámica de precios.
Lo mismo que el congelamiento del precio de las naftas, que tuvo su última corrección el mes pasado, luego de una escalada de 69% en diez meses (agosto 2020 a mayo 2021). El Gobierno prometió que no habrá más subas en lo que resta del año, lo que le quitará una presión adicional a la inflación.
Al congelamiento del dólar y de los combustibles, hay que añadirle un congelamiento adicional: las tarifas de los servicios públicos.
El precio de la luz y el gas se movió 9% y 7% respectivamente (4% para el caso de las pymes), por lo cual los costos de las empresas deberían mantenerse constantes.
Salvo por una variable, que el Gobierno no determina no controla: los precios internacionales de las materias primas.
Al respecto, hay dos cuestiones que seguramente se revisarán en caso de movimientos de precios adicionales a los que ya hubo: la posibilidad de subir retenciones para los casos de los productos que exporta la Argentina. Aunque, quedó en claro con experiencias recientes como la carne, medidas de ese tipo no llegan a disciplinar el mercado.
A partir de ahí, entonces, se abren otras cuestiones que ya se relacionan con la complicada dinámica que atraviesa la economía argentina desde hace años, con la inflación en aceleración.
Está claro que ya quedará para después de las elecciones una evaluación pormenorizada y a fondo de las razones de esa escalada constante de los precios.
Ahora, como va quedando en claro, la cuestión queda congelada hasta después de noviembre, con los riesgos que ello conlleva. La historia reciente ya reconoce situaciones parecidas, con desequilibrios que se acumulan y burbujas que al final explotan. De hecho, la reciente admisión de que el programa de Precios Máximos había quedado desbordado no es otra cosa que una instancia que "no dio para más".
Por eso mismo, será muy importante monitorear los márgenes y el colchón que el Gobierno tiene para intervenir en mercados sensibles, como el cambiario y el de las tarifas.