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Alberto en el Congreso: precios, salarios, dólar electoral y los guiños para la clase media

Dólar tranquilo, tarifas reguladas y un impuesto a las Ganancias más flexible son las principales aspiraciones del Gobierno para ganar en octubre
01/03/2021 - 07:00hs
Alberto en el Congreso: precios, salarios, dólar electoral y los guiños para la clase media

Hace un año, cuando abrió las sesiones ordinarias del Congreso de 2020, Alberto Fernández no podía imaginar lo que se avecinaba: una pandemia que iba a poner todo patas para arriba y que relativizaría cada definición de su discurso. Una de las columnas vertebrales de aquel discurso volverá a estar presente este mediodía en el Parlamento: la crítica al Poder Judicial y la insistencia por concretar cambios profundos.

La pelea del Gobierno con jueces y fiscales atravesó el año pandémico y se mantiene vigente, en un marco de cruces por los casos de corrupción que vienen desde la anterior administración kirchnerista.

El discurso de Alberto F. tendrá una lectura inevitable: el lanzamiento formal de la campaña, de cara a las elecciones de medio término. Por eso, todo lo que diga sobre la relación con la Justicia y con la oposición habrá que interpretarlo en clave electoral.

El capítulo económico no escapa a esa lógica. Tras una caída del PIB del 10% en 2020 no habrá grandes logros por destacar. Aunque sí un puñado de promesas hacia adelante, algunas incluso idénticas a las de un año atrás.

Acaso el máximo logro en el mundillo económico haya sido la renegociación de la deuda, sin dudas un punto exitoso del primer año de mandato.

Será tarea de los analistas especializados explicar las razones de cotizaciones de default de los nuevos bonos. No lo hará el jefe de Estado, quien preferirá remarcar el plazo de cuatro años en los cuales no habrá vencimientos que atender con los acreedores privados.

Por eso se enfocará en las negociaciones con el Fondo Monetario. El Congreso, cuando el acuerdo se refrende, tendrá que validarlo a través de una ley. Y de ahí que la atención estará puesta en si Fernández deja alguna pista del real estado de las negociaciones en Washington. Y del momento en que podría cerrarse ese acuerdo.

En todo caso, el Presidente volverá con las críticas a la gestión de su predecesor, Mauricio Macri, por haber convalidado un pacto con el FMI que ahora significa un pasivo para el Estado de la friolera de u$s44.000 millones. Y, sobre el cual, el propio organismo anunció que prepara un informe autocrítico sobre aquel acuerdo.

Es muy probable que Fernández ponga el foco en la recuperación de la actividad económica tras un año de pandemia y tras el desplome histórico en el 2020.

La cuestión central debería referir a la situación del empleo y, en particular, del consumo popular.

Sobre esta última cuestión, el Gobierno tomó la decisión de abrir el año legislativo con el tratamiento de una reforma en el impuesto a las Ganancias para particulares (empleados en relación de dependencia y, lo más probable, también para autónomos).

La iniciativa se convertirá en una de las referencias electorales del oficialismo: no sólo honrará los compromisos preelectorales. Una vez sancionada, la ley tendrá efectos concretos sobre el consumo de la clase media.

Sin la posibilidad de comprar dólares en el canal oficial -con un dólar "ahorro" metido en un cepo cada vez más infranqueable-, los eventuales ahorros de la clase media deberían ir a los plazos fijos, a alguna inversión de largo alcance (¿construcción?) o directamente al consumo.

Esa es la apuesta principal del equipo económico. Que haya un contraste total con el año pandémico: que en lugar de buscar la dolarización a cualquier precio (fue lo que sucedió desde abril hasta fin de año), los ahorristas se muevan hacia alternativas dinamizadoras de la actividad económica.

Y así como la mejora en Ganancias debería ser un aliciente para la clase media, parte de la cual es huidiza y muy crítica del oficialismo a la hora de los votos, también se pondrán en marcha medidas que apunten al núcleo del votante del PJ-kirchnerismo. De hecho, algunas de esas iniciativas acaba de ponerse en funcionamiento.

Guzmán y Kulfas repiten como un mantra que el objetivo central de este año es que los salarios le ganen a la inflación

La inflación, en el centro de la escena electoral

Martín Guzmán y Matías Kulfas -ministros de Economía y de Desarrollo Productivo- repiten como un mantra que el objetivo central de este año (electoral) es que los salarios le ganen a la inflación.

Es el concepto que el Presidente hará suyo en la nueva etapa que inaugura hoy en el Congreso.

El diagnóstico oficial es que la única forma de que eso suceda será con una desaceleración inflacionaria. Un escenario que -debe decirse- no vislumbra ninguna consultora económica.

¿Entonces? Ahí va el desafío: en una Argentina habituada a las remarcaciones, que las tuvo en exceso a partir de octubre-noviembre -momento en que se amplió la brecha cambiaria-, ahora se aspira a que haya un freno a esa dinámica.

Durante febrero, Fernández lanzó la prometida (y demorada) "mesa de diálogo económico" que se incluyó, precisamente, entre los anuncios del año pasado en el Congreso. En simultáneo, el equipo económico en pleno puso en marcha las denominadas mesas sectoriales, con la idea de que el sector empresario tenga un marco donde abordar la compleja cuestión de los costos.

La semana pasada comenzó a trabajar el sector de la alimentación, el rubro que más preocupa al Gobierno. Los alimentos lideraron la suba de precios del año pasado y comenzaron de la misma manera el 2021.

Los funcionarios saben que sin un freno en esa escalada será muy difícil el éxito electoral. Los salarios vienen de perder poder de compra en los últimos tres años, básicamente por culpa del ascenso imparable en los precios de la comida.

En los últimos dos años, las tarifas de los servicios públicos se mantuvieron congelados, con el objetivo de enfriar la dinámica inflacionaria. Pero ni siquiera así fue suficiente para atemperar el encarecimiento de los alimentos.

Hay una parte que el Gobierno no puede controlar: esa tendencia alcista -que tiene como eje a los alimentos frescos, con las carnes y los lácteos en el centro de la escena- responde a un fenómeno que aqueja al mundo entero. Un fenómeno que dejó el escenario pandémico, con subas extraordinarias en las materias primas.

"Cuidar la mesa de los argentinos" durante el año electoral será una de las claves, con el objetivo de que crezca el consumo.

Así como a la clase media habrá una flexibilización en Ganancias, para los sectores más postergados socialmente queda la única salida de que los alimentos dejen de liderar las subas de los precios.

La estrategia de un dólar calmo es la base para llegar a octubre con chances electorales

Claves del dólar electoral

Ningún plan para mejorar el consumo popular tendría éxito sin la estabilidad del mercado cambiario. Luego de titubeos, el mercado se convenció de que no habría devaluación (del tipo de cambio oficial) en el corto plazo. Con lo cual, lo más probable es que el Gobierno pueda llegar a las elecciones sin necesidad de una devaluación.

La estrategia de un dólar calmo es la base para llegar a octubre con chances electorales. Dólar tranquilo, tarifas reguladas, un impuesto a las Ganancias más flexible para la clase media, y con los precios de los alimentos bajo control, son las principales aspiraciones del Gobierno para ganar en octubre.

Con matices, esa será la columna vertebral económica en la apertura de las sesiones en el Congreso. Otra historia será todo el tema político, con base en la pulseada con la Justicia, y también las negociaciones oficiales para asegurarse la llegada masiva de vacunas para dejar atrás el coronavirus en algún momento del primer semestre.

Esta última cuestión, claro, será clave para que la recuperación de la economía sea notoria. Sin vacunas, no hay chances de que la actividad se recupere con fuerza y sostenida en el tiempo.

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