Después del dato caliente de diciembre, este es el cálculo de la inflación del primer mes del año
El índice de 4% de inflación del último mes de 2020 no sorprendió a los economistas de las principales consultoras ni al propio Gobierno. Era el número esperado, en el marco de una aceleración inflacionaria propia de la reapertura de actividades en plena pandemia, y en medio de la fuerte alza de los alimentos frescos: básicamente carne, frutas y verduras.
¿Cómo arrancó el año? ¿Qué sucedió en las primeras dos semanas de enero? ¿Qué puede suceder en las próximas semanas? ¿Es el escenario más probable una aceleración de la dinámica alcista de los precios?
La consultora LCG -fundada por Martín Lousteau- testea la evolución de los precios de los alimentos a diario. Una muestra de 8.000 productos.
La última medición, cerrada en simultáneo con la difusión de la inflación de diciembre, marcó que en la segunda semana del mes se registró un alza de los alimentos del 1%, que siguió al 1,2% de la semana inicial.
"Los datos de avance del Índice LCG para las dos primeras semanas de enero muestran una inflación de alimentos de 4,3% mensual. Así, esperamos otro registro alto de inflación mensual para el primer mes del año, en torno a 4% mensual".
El último relevamiento marcó alzas en carnes, frutas, verduras, pero también en productos lácteos.
La mención del 4% de LCG para enero es similar al que formulan en otras consultoras privadas, que coinciden en que en la Argentina se viene acelerando la inflación.
Es lo que Martín Guzmán quiere impedir. El ministro, tal como ya publicó iProfesional, pretende que la inflación del primer trimestre del año sea menor al 10%.
La secretaria de Comercio Interior, Paula Español, reconoció en las últimas horas que en enero quedó un "arrastre" de la elevada inflación de diciembre. Pero se negó a dar un pronóstico sobre el número final para este mes.
Las consultoras suponen que la inflación 2021 rondará en torno al 50%, según la encuesta que mensualmente organiza el Banco Central.
"Aun apelando a todas las anclas, salvo la cambiaria, la inflación navegó en torno a 3,7% mensual en los últimos tres meses, que equivale a una tasa anualizada del 54%. Se trata de una inercia que preocupa, da incertidumbre y no ayuda a la convergencia entre las expectativas de inflación con los objetivos del Gobierno", dice Guido Lorenzo, director de LCG, en el último reporte sobre inflación.
Guzmán tiene otros planes. Y otro pronóstico.
La estrategia inicial para desacelerar la dinámica inflacionaria es "de manual". Acuerdos de precios sectoriales y pulseadas con algunos nichos que tienen sus precios regulados, como sucede con los servicios de telefonía, internet y la medicina privada.
Párrafo aparte para las tarifas de luz y gas, que están congeladas desde principios de 2019 y arrancan el año como para atravesar una nueva campaña electoral sin (grandes) cambios.
La otra variable que habrá que monitorear de cerca es el tipo de cambio. El Gobierno viene pregonando que la economía necesita de una cotización del dólar que acompañe a la inflación, de manera de sostener la competitividad.
Con la aceleración inflacionaria fue más complicado mantener esa concepción. Por caso, en octubre -cuando la inflación fue de 3,8%, el dólar oficial subió 3,1%-. En noviembre quedó casi a la par: el índice de precios bajó al 3,2%, el dólar avanzó el 3%. En diciembre, con una inflación cercana al 4%, el billete verde escaló 3,4%.
Por eso: además de la estrategia de contención de precios, el Banco Central podría apelar -llegado el caso- a una sutil desaceleración en la evolución del tipo de cambio. Está claro que no hay demasiado margen para hacerlo sin que esa movida sume tensiones en el mercado cambiario.