Guerra contra los precios: así es el ambicioso plan del Gobierno para que sueldos no pierdan contra la inflación
Martín Guzmán está convencido de que puede lograr el objetivo, pero en la City no le creen. Las consultoras tienen otro diagnóstico. El ministro pretende que la inflación del primer trimestre sea de un solo dígito. Que quede por debajo del 10% entre enero y marzo. Por eso mismo, en el equipo económico trabajan en distintos acuerdos de precios para llegar a esa consigna.
La divergencia entre Guzmán y sus colegas de las consultoras no es nueva. Quedó plasmada en los papeles en septiembre del año pasado, cuando el ministro oficializó que su meta de inflación para este año sería del 29%. Desde ese mismo momento se abrió la grieta.
Las consultoras suponen que la inflación 2021 rondará en torno al 50%, según la encuesta que mensualmente organiza el Banco Central. Es decir, bien lejos de la mirada más optimista del ministro.
El primer desafío que tiene Guzmán es que afloje la inflación de enero. Luego de un fin de año caliente, el primer mes del año debería mostrar un número sensiblemente más bajo. "No más que el 3,5%", afirma un funcionario del equipo económico a iProfesional, tras reconocer que el salto de diciembre dejó un arrastre inevitable para este inicio de 2021.
La estrategia inicial para desacelerar la dinámica inflacionaria es "de manual". Acuerdos de precios sectoriales y pulseadas con algunos nichos que tienen sus precios regulados, como sucede con los servicios de telefonía, internet y la medicina privada.
Párrafo aparte para las tarifas de luz y gas, que están congeladas desde principios de 2019 y arrancan el año como para atravesar una nueva campaña electoral sin (grandes) cambios.
La otra variable que habrá que monitorear de cerca es el tipo de cambio. El Gobierno viene pregonando que la economía necesita de una cotización del dólar que acompañe a la inflación, de manera de sostener la competitividad.
Con la aceleración inflacionaria fue más complicado mantener esa concepción. Por caso, en octubre -cuando la inflación fue de 3,8%, el dólar oficial subió 3,1%-. En noviembre quedó casi a la par: el índice de precios bajó al 3,2%, el dólar avanzó el 3%. En diciembre, con una inflación cercana al 4%, el billete verde escaló 3,4%.
Las medidas para enfriar la inflación
"La gran apuesta de este año es que los salarios le ganen a la inflación", apuntó el ministro Matías Kulfas el jueves por la mañana en declaraciones radiales.
La principal preocupación de los funcionarios remite a la dinámica en los precios de los alimentos. Por una cuestión obvia, de que sin ese freno no existen chances de que los salarios incrementen su poder de compra. Y, también, por una razón política: si no se enfrían los incrementos en la comida, no hay chance de un arreglo con la CGT para que los reclamos salariales para este año se alineen con la inflación pautada por el ministro de Economía, del 29%.
En las últimas dos semanas, el Gobierno tomó decisiones con el objetivo preciso de disminuir la dinámica inflacionaria. Hubo de todo: acuerdos voluntarios con las empresas (Precios Cuidados, con un aumento promedio de 5,6% para 660 productos de la canasta básica) y decisiones unilaterales, como la decisión de dar mar atrás con el ya anunciado aumento del 7% para febrero en la medicina privada.
Y habrá más:
El Gobierno le está dando las últimas definiciones a lo que oficialmente se anunciará como el programa de "Precios Cuidados" para la carne.
Durante la última semana se intensificaron las negociaciones con frigoríficos para acordar precios en los principales cortes de carne vacuna.
El objetivo oficial es que el programa disponga de entre 10 y 12 cortes denominados "populares", que son los más consumidos en la mesa familiar: entre los que se incluirá asado, vacío, matambre, carne picada, paleta, carnaza y cortes para milanesa, entre otros.
En los borradores oficiales figura que tendrán un descuento promedio del 25% respecto de los valores vigentes en las carnicerías y cadenas de supermercados.
Se trata de una rebaja que serviría para retrotraer los últimos incrementos en los precios de la carne, sobre todo durante noviembre y diciembre.
También ya está pautado que, después del 5% habilitado para este comienzo de año, el servicio de internet, telefonía y tv paga recién volverá a aumentar en marzo próximo. Y no en febrero, como reclaman las compañías del sector.
Otra vez, en torno al 5%. Las empresas reclaman que se permita un incremento superior para los planes "premium", algo que el Gobierno podría conceder.
Es decir, para el mes que viene no habrá ningún ajuste.
La Casa Rosada trabaja con la idea de que el costo de la telefonía y de Internet se ha convertido en un punto sensible, más allá de la pandemia. Y no está dispuesta a permitir incrementos de precios que le quiten rentabilidad a otros sectores de la economía real.
Qué pasa con las tarifas
Junto con los alimentos de la canasta básica, el caso de las tarifas de los servicios públicos aparece como el rubro clave -ya no sólo por su determinación macro, dado el nivel de subsidios que involucra y la influencia sobre el ingreso familiar- sino también por su encuadre político.
Para asegurar una primera parte del año con la inflación más baja posible, el Gobierno prorrogó el congelamiento de las tarifas hasta el final del otoño. Por lo menos.
Por el congelamiento de las tarifas y la suba del dólar, la cuenta de los subsidios viene creciendo a un fuerte ritmo.
En los primeros 10 meses del 2020 el gasto en subsidios económicos crecieron 110,2% interanual. El año pasado se gastaron en el mismo período $267.600 millones en subsidios económicos. Este año la suma alcanzó $562.400 millones, entre enero y octubre (2,07% del PBI).
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, se estima que el gasto en subsidios económicos alcanzará al 2,2% del PIB en 2020.
Sobre el tema de las tarifas de luz y gas, Alberto Fernández ya mencionó que "el Estado debe seguir subsidiando la tarifa social". Pero advirtió que existe otro grupo de la sociedad que "puede seguir pagando acorde al aumento del costo de vida" y "otro grupo que puede pagar la tarifa plena".
Todavía no hay una definición sobre este tema, que vaya más allá del congelamiento hasta marzo, incluido.
Tampoco está claro si el Gobierno intentará una segmentación de las tarifas, algo que había explicitado el secretario de Energía, Darío Martínez, pero cuyos detalles nunca trascendieron, hasta ahora.
Lo que sí está claro es la tensión que el tema genera puertas adentro del Palacio de Hacienda, con un ministro Guzmán que se había propuesto mantener sin cambios el nivel de subsidios en relación al PIB.
Justo en medio de una negociación con el Fondo Monetario, y una discusión dura sobre la pauta fiscal para este año, el ministro intentaba tener algo definido ya para esta época del año. Con la campaña electoral más próxima se le hará más complicado cualquier planteo de la cuestión fiscal.
Por eso mismo, el tema inflacionario toma más relevancia. Por lo eminentemente económico, pero también por el impacto político. La Casa Rosada quiere mostrar una recuperación -aunque más no sea mínima- del poder adquisitivo de los salarios en el año electoral.