Diagnóstico de los empresarios: la desconfianza en el Gobierno es lo que profundiza la crisis
La falta de credibilidad en las políticas del Gobierno y el silencio sobre el eventual plan oficial para salir de la crisis seguirán empujando al fracaso a todas las medidas que desde la Casa Rosada se tomen para contener la brecha cambiaria, calmar a los mercados y atraer inversiones.
La solución no está en aplicar una nueva devaluación; en más anuncios del mismo estilo o en cambios de apellidos en algunos ministerios clave sino en una hoja de ruta de corto plazo que permita un cambio de expectativas y del que los empresarios quieren participar.
Para los principales hombres de negocios del país, debe tratarse de un plan con una visión más clara y amplia que la actual mirada que parte de los funcionarios más cercanos al presidente Alberto Fernández, y que se articule entre los ministerios de Economía y Desarrollo Productivo y el Banco Central.
En los pasillos virtuales del 56 Coloquio de IDEA que se desarrolla hasta este viernes 16 de octubre por Zoom, son muchos los empresarios que advierten que el Gobierno sufre de falta de credibilidad.
Varios advierten que no se saldrá de la crisis con medidas "inconsultas" o "unilaterales" y hasta sorpresivas y sin consenso entre los sectores a los que van dirigidas.
Sienten que fue "una oportunidad perdida" para iniciar un proceso de reactivación, ya que las autoridades prefirieron no convocar al sector empresario antes de los anuncios para analizar, explicar y escuchar las necesidades de quienes deben cumplir con esas medidas.
No quieren una devaluación, pero sienten que sin medidas lógicas y urgentes será inevitable que el Gobierno se vea obligado a tomar ese camino, profundizando el marcado deterioro que ya sufre la Argentina, atado a una falta de confianza sobre el rumbo que el mercado no cree que sea el adecuado.
Hasta el acuerdo de renegociación de la deuda externa lo evidencia. Si bien le quitó a la economía local el riesgo de default, el rendimiento de hasta el 14% de los nuevos bonos emitidos para cancelar esos compromisos demuestra la falta de confianza en el país.
Y esto impide el retorno de las inversiones internacionales y mucho menos de los propios argentinos asustados por los errores políticos como el impuesto a la riqueza que, en lugar de generar tranquilidad, ahuyenta los capitales. Piden reconstruir el rumbo sobre la base de encontrar un rumbo, un proceso que evite desviaciones y que ofrezca previsibilidad.
Demanda de señales políticas
"Es un problema político", sentencia un alto ejecutivo de una de las productoras de acero más importante de la Argentina. A modo de explicación hace referencia a las "contradicciones" entre el discurso presidencial a favor de las inversiones, de la producción y de la creación de trabajo, y las medidas que luego se adoptan.
"Hay muchas medidas que pueden resolver la situación pero que no se toman, a pesar de que se plantea un discurso favorable al crecimiento y que se contradicen con las señales políticas que van hacia el otro lado", sostiene este ejecutivo.
No se trata de una visión particular. En la filial local de uno de los mayores bancos internacionales el planteo es similar y en donde consideran que las tensiones actuales sobre el tipo de cambio se deben a la falta de credibilidad sobre las políticas más que sobre las medidas económicas per sé.
Su responsable pide la articulación de un plan más creíble, que permita contener la presión sobre los precios de la moneda norteamericana, a la luz del fracaso de las medidas tomadas por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el titular del Central, Miguel Pesce. "Lo que pensaron para contener los tipos de cambios no dieron frutos", estima este banquero.
Lo mismo considera sobre las decisiones adoptadas por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, para convencer al campo de liquidar divisas a partir de una baja de las retenciones. "Va a ayudar poco por el tamaño del hueco a llenar", describe.
Frente a este escenario, ni el banquero ni el productor siderúrgico consideran que devaluar sería la respuesta. "Si lo hacen, en pocas semanas esa devaluación se traslada a los precios de la economía, desvirtuando rápidamente el sentido de la medida", advierten.
"Sin un plan detrás aunque sea de corto plazo, el impacto de la devaluación va rápidamente a los precios, eliminando el efecto deseado", repite el dueño de una pyme industrial.
Desde el sector de servicios también consideran que es posible acelerar una devaluación nominal si lo quiere el Central. Pero sostienen que no será suficiente y que el camino pasa por armar un frente común ante una situación inédita como es la pandemia. "Generemos una ruta que de confianza, un camino común, previsible a corto plazo porque, de lo contrario no será suficiente con medidas adicionales con el mismo estilo de las que ya se tomaron", argumenta este empresario.
Los cuatro saben que para recuperar las reservas y terminar con el déficit fiscal, por ejemplo, el Gobierno debería basar su plan en un fuerte aumento de las exportaciones que permita generar dólares, y en incentivos a la producción y el empleo privado.
Sin embargo, critican la existencia de retenciones que impiden que aumenten las ventas al exterior, o el listado de retenciones que se aplican a la cadena de valor que van en contra de los objetivos planteados por el establishment local.
Las propuestas comenzaron a surgir tras el discurso que el propio Presidente dio en la jornada inicial del 56 Coloquio de IDEA y en el cual se definió como "capitalista" y ponderó la necesidad de hacer crecer la producción y el empleo, en un país que hoy sufre la tragedia de tener a la mitad de su población bajo la línea de pobreza.
Menos brecha y más diálogo
Para los empresarios, las agendas del sector y del Gobierno tienen muchos puntos comunes por lo que es posible generar un diálogo sobre un consenso común donde también aporten los sindicatos y el tercer sector social.
Entienden que, ante los magros resultados conseguidos por el Gobierno es posible fundamentar acciones conjuntas y hasta reflotar la convocatoria al Consejo Económico y Social.
En el diálogo informal que, junto a otros participantes del Coloquio, mantuvieron estos tres empresarios quedó claro el pedido de encarar una salida consensuada sobre los temas de mayor urgencia, dejando de lado debates innecesarios en la coyuntura actual, como el de la reforma de la justicia.
"No ayuda ver al Gobierno ocuparse de esto o que exista una grieta," enfatiza otro ejecutivo presente en la charla y que añora "los primeros tiempos de la pandemia, cuando todos los sectores se mostraron juntos para resolver el problema sanitario".
Piden ser parte de ese consenso al entender que deben gestionar la crisis desde sus empresas y aseguran que parte de la receta del éxito se basa en dejar de lado las diferencias y las críticas y enfocarse en los aspectos positivos.
Por eso, valoran la presencia de Alberto Fernández en el evento y varios pasajes de su mensaje, pero aclaran que la gestualidad debe ir acompañada por actos concretos en la misma dirección. Más que nada si se trata de un país como la Argentina que necesita reconstruir la confianza.
"Es difícil dialogar y consensuar, pero hay que encarar pasos concretos y tomar medidas correctas, pensar cómo actuar todos juntos porque no se sale acentuando las diferencias sino tolerando las opiniones diferentes", aconsejan los empresarios.
Destacan que no es casual el título que este año engloba las charlas del 56 Coloquio de IDEA bajo el lema de "Qué país queremos" y recuerdan las palabras de Michelle Bachelet durante su intervención en el evento sobre la necesidad de dejar atrás el pasado y ponerse de acuerdo en el futuro.
"Estamos muy de acuerdo con esa premisa de poner el acento en la búsqueda de consensos en los temas más relevantes, acercar las posiciones y proyectar hacia adelante en la idea del país que queremos tener", agrega una de las pocas empresarias con presencia en el Coloquio de IDEA.
Otro ejecutivo recurrió a las palabras de Alejandro "Pitu" Salvatierra. Durante el panel sobre pobreza del que participó, el dirigente social, quien vive en Ciudad Oculta, dijo que su objetivo es "cambiar el barrio y no mudarse".
Una frase que para los hombres de negocios "cae justo" para referirse a la necesidad de adaptar políticas adecuadas, que permitan darle previsibilidad al camino a tomar, sintiendo que la solución no la tiene solamente el Gobierno sino también el sector privado, con consensos sobre los temas urgentes a resolver.
"Si no ponemos la energía donde tenga sentido, será difícil resolver, por ejemplo, el tema de la pobreza" argumentan los miembros de IDEA para quienes repiten que se debe dejar el pasado de lado, hablar del futuro y trabajar en conjunto.