Reformas, sacrificios y pobreza: la "incómoda" reunión entre la CGT, un piquetero antiFondo y la misión del FMI
No fue la primera reunión ni será la última. Pero en la CGT aseguran que el encuentro mantenido este miércoles con la delegación del FMI estuvo cargado de reproches. Así fue recibido aparentemente el organismo en su primera visita al país para conocer de primera mano el plan económico del gobierno y tantear el clima político y social a través de charlas cara a cara con actores influyentes de la Argentina.
"Nadie quiere al FMI y menos en América Latina así que todo resulta incómodo", resumió uno de los presentes en la reunión en la sede del gremio de la construcción UOCRA con el jefe de la misión del Fondo para la Argentina, Luis Cabeddu, Julie Kozack y Trevor Alleyne. "Estamos en las garras de este FMI y hay responsables que por suerte ya no están", agregó el sindicalista consultado por iProfesional.
Durante la charla, la cúpula gremial estuvo representada por su secretario general, Héctor Daer, el dueño de casa y "canciller" de la central obrera Gerardo Martínez, el estatal Andrés Rodríguez y el metalúrgico Antonio Calo. Una comitiva de "gordos" (grandes gremios de servicios) e "independientes", la alianza que seguirá al mando de la CGT tras recibir un nuevo espaldarazo de Alberto Fernández en los últimos días.
Los locales le hicieron saber a la misión que el endeudamiento "desproporcionado e insustentable" durante la gestión de Mauricio Macri no resulta ajena a esa institución y le reclamaron la necesidad de comprometerse con una negociación "realista y flexible" para afrontar el pago de u$s44.000 millones y buscar "una solución que garantice la sustentabilidad macroeconómica que permita un desarrollo inclusivo desde el punto de vista social y laboral."
Reformas estructurales
Los gremialistas apuntaron también que "la única recuperación económica posible debe basarse en la creación de trabajo decente que permita el crecimiento de la economía real". Y rechazaron la implementación de reformas estructurales que impliquen reforma laboral, rebaja de jubilaciones y reducción de empleados públicos. La situación en el sector público es de tensión: la misión llegó el martes a Buenos Aires en medio de un paro de estatales en reclamo de la reapertura de paritarias.
"La deuda no puede pagarse a expensas del sacrificio y la pobreza de los trabajadores, que ya están atravesando una situación lo suficientemente crítica como para que se le pidan más esfuerzos", señaló el comunicado de la CGT publicado el miércoles por la noche. De esa manera, la jefatura gremial advirtió el delicado cuadro que enfrenta la economía después de una caída récord de la actividad.
En ese sentido, la dirigencia sindical trazó ante las autoridades del Fondo un crudo panorama de la realidad social del país, con altos niveles de desempleo, pobreza e indigencia que se vieron agudizados por la pandemia y configuran un escenario que, según los líderes de la CGT, requiere de una "atención y asistencia inmediatas" por parte del gobierno nacional hacia los sectores más vulnerables.
Un piquetero antiFondo
Justamente, el Ejecutivo está discutiendo qué hacer con el IFE y cómo recuperar los 4 millones de empleos perdidos en el segundo trimestre. Una de las iniciativas en estudio es convertir el subsidio en una contraprestación a cambio de tareas, pero con una cobertura menor a los 9 millones de beneficiarios que hoy reciben los $10.000. Los movimientos sociales quieren "blanquear" la economía popular.
Uno de ellos es Esteban "Gringo" Castro, el líder del sindicato piquetero oficialista Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) que ayer estuvo en la reunión con el FMI. El dirigente de la CTEP (la alianza entre el Movimiento Evita de Emilio Pérsico y el MTE de Juan Grabois) había pronosticado en 2018 que el acuerdo con el FMI iba a derivar en un "genocidio social".
Durante las conversaciones, la cúpula de la central obrera ratificó su apoyo a las gestiones encaradas por el gobierno nacional que permitieron la reestructuración con los tenedores de deuda privados y respaldó del mismo modo una estrategia de negociación con el FMI que "priorice las posibilidades de recuperación económica del país".
Por último, la CGT comprometió su participación en un proceso de diálogo tripartito institucionalizado con el gobierno y los empresarios para diseñar "un modelo de desarrollo productivo que garantice trabajo de calidad para todos los argentinos", una instancia que el Ejecutivo pareció alentar esta semana con la convocatoria a dichos sectores a la Casa Rosada, aunque todavía se resiste a lanzar formalmente un Consejo Económico y Social como había prometido el Presidente en marzo pasado.