¿La solución en los silobolsas?: el Gobierno piensa en un pacto para que productores apuren liquidación de u$s6.600 millones
Después de haber probado con la represión a la demanda de dólares -con el último ajuste al cepo-, cuya ejecución todavía se está calibrando, el Gobierno busca una salida de la crisis por el lado de la oferta de divisas.
En las últimas horas, algunos funcionarios clave del equipo económico aceleraron las conversaciones con las exportadoras de cereales, con el objetivo de cerrar un acuerdo que le asegure una rápida liquidación de billetes verdes.
Las conversaciones fueron admitidas días atrás por la vicejefa de Gabinete, la economista Cecilia Todesca Bocco. Hasta ahora, el Ejecutivo viene demorando una definición a la espera de que las medidas cambiarias tengan efectos positivos. Sin embargo, la persistente caída de las reservas del Banco Central puso el tema nuevamente en la agenda oficial.
De acuerdo a las estimaciones del propio Gobierno, los ruralistas acumulan unas 17,5 millones de toneladas de soja sin vender, que a un precio de u$s380 la tonelada totalizan unos u$s6.600 millones. "Ese sería un buen acuerdo", admite un funcionario que está al tanto de las conversaciones con las exportadoras.
Las cuentas de las cerealeras van incluso un poco más allá: hablan de casi 23 millones de toneladas sin vender, que está en manos de los productores, guardadas estratégicamente en los famosos silobolsas. Con una brecha entre el tipo de cambio "oficial" y el "blue" superior al 90%, los sojeros retienen toda la mercadería que pueden.
"Si llegamos a un acuerdo se podrían liberar rápidamente unos u$s8.000 millones", comenta en off the record un representante del sector agroexportador a iProfesional.
Entre la urgencia cambiaria y la prioridad fiscal
Funcionarios del Gobierno y empresarios coinciden en una misma información: mientras Miguel Pesce, titular del Banco Central, se muestra a favor de un trato de este tipo, en la vereda de enfrente está Martín Guzmán.
El ministro de Economía no quiere otorgarles a los ruralistas los beneficios fiscales que piden. La confrontación con Pesce está a la vista: mientras uno cuida las cuentas fiscales (Guzmán), otro cuida las Reservas, en medio de un goteo permanente (Pesce).
La idea que se barajó en las conversaciones pasaría por abrir una ventana de 60 a 90 días durante los cuales aquellos productores que vendan se beneficiarán de un alivio impositivo. Uno de los borradores admite tomar parte de las retenciones por el stock sin vender como pago a cuenta de Ganancias. Concretamente se mencionó la posibilidad de imputar el 20% de ese monto a Ganancias del año que viene.
Otra de las posibilidades abordadas consiste en bajar las retenciones a algunos productos de la soja, también durante un período en el cual los chacareros deberían vender y las exportadoras liquidar si buscan beneficiarse.
De todas formas, y más allá de los números fiscales, en el BCRA admiten que una medida de ese tipo sería "delicada" en virtud de que el Gobierno admitiría una rebaja en las retenciones que el propio Ejecutivo elevó al momento de asumir.
"Corremos el riesgo de que los productores nos hagan una nueva ́resistencia ́ el día que queramos retornar a los niveles actuales", comenta un funcionario del equipo económico.
El swap chino en la mira
Con esa mirada política del tema retenciones y un eventual acuerdo con los dueños de la soja, otros funcionarios se mostraron proclives a la activación del swap con China. Hoy en día, las reservas del BCRA contienen el equivalente a u$s18.500 millones en yuanes.
En su último informe, el economista Emmanuel Álvarez Agis plantea que esos yuanes serían fácilmente convertibles a billetes verdes, "en el plazo de 12 meses". El exviceministro de Economía escribió que en diciembre de 2015, durante otra crisis de las reservas, se convirtieron el equivalente a u$s3.100 millones de ese swap.
"Aunque no cuente dentro del cálculo tradicional de reservas netas, debería ser tenido en cuenta a la hora de "medirle el aceite" al BCRA’, suscribió Álvarez Agis en su reporte semanal de la consultora PxQ.
Lo cierto es que, en el mientras tanto, las reservas del BCRA se van achicando y en los últimos meses sólo crecieron cuando la autoridad monetaria extremó el cuidado de los dólares poniendo nuevas restricciones, sobre las que ya existían.
Hasta el viernes último (ya con tres días sin ventas del dólar "ahorro"), el Banco Central siguió perdiendo reservas. Esa jornada tuvo que vender u$s53 millones llevando el acumulado mensual a un rojo de u$s1.178 millones.
El notable deterioro financiero redundó en que las reservas netas quedaran ya en torno de los u$s7.000 millones.
Esto quiere decir, ni más ni menos, que el Gobierno fracasó en el intento de revertir las expectativas negativas una vez que cerró con éxito el trabajoso canje de la deuda con los acreedores.
Lejos de darse el escenario esperado -un alza de los títulos públicos que diera espacio a un círculo virtuoso financiero, y de ahí a una recuperación de la actividad económica-, el Gobierno apuró un ajuste en las restricciones cambiarias, lo que agravó la ola de desconfianza e incertidumbre.
"Son medidas que no son simpáticas, no nos ponen contentos, no son para celebrar", repitió Guzmán en la tarde de ayer miércoles, dando cuenta que estas instancias son "transitorias", a la espera de que la contención de las reservas de lugar a otra dinámica financiera. "Son medidas transitorias; esperamos también que luego el riesgo país vaya bajando", se explayó.
El nervio de la recuperación, justamente, está ahí: en cómo se genera confianza y buenas expectativas. Sin dudas, que el BCRA aparezca como un testigo ante el drenaje de sus reservas luce como la peor manera para afrontar los desafíos.
De todas formas, el Gobierno niega que esta crisis decante en una devaluación o en un desdoblamiento cambiario. En una misma jornada, tanto Guzmán como Todesca Bocco descartaron esa posibilidad.
"Había distintas alternativas que se discutían. Una fue la que se tomó; otra fue un mecanismo más formal, un desdoblamiento. Se terminó tomando la decisión que se podía ejecutar mejor", explicó el ministro de Economía al ser consultado.
En tanto, Todesca Bocco fue más allá en la argumentación: "Un desdoblamiento cambiario no es lo que necesita la economía en este momento. Tenemos que tranquilizar la situación, en un momento difícil para todos por la pandemia", dijo en declaraciones radiales.
En este contexto, Alberto Fernández insistió en algo que ahora luce lejano: pidió a los argentinos "acostumbrarse a ahorrar en pesos", justo en medio de las complicaciones en materia cambiaria y nuevas restricciones al dólar.