El mercado le contestó a Alberto con el bolsillo: más de un millón de compradores de dólares colapsaron al sistema bancario
La cifra suena impactante pero, en verdad, no sorprende. Ni siquiera a los funcionarios que ayer, hasta media tarde, siguieron el minuto a minuto del rating del "dólar ahorro", que tocó un pico hacia el mediodía, y que hubiese sido mayor si no hubiese sido por los "cortes de transmisión" durante la caótica jornada.
En total, en el primer día del mes, un millón de personas lograron comprar el cupo de u$s200 mensuales que habilita el Banco Central. Representa un incremento del 25% respecto de lo ocurrido el primer día hábil de agosto. Un récord total.
La tensa jornada cambiaria fue seguida de cerca desde el Banco Central. Hubo contactos permanentes entre la mesa de operaciones de esa institución con los principales bancos del sistema para monitorear la situación.
La ola de ávidos e impacientes compradores de dólares provocó una masiva caída de las páginas de los bancos, que ya se habían puesto bajo alerta de que vendría una demanda récord pero ni siquiera así lograron mantenerse en pie.
El millón de compradores hace prever que septiembre volverá a batir otro récord mensual en la compra de divisas por parte de los ahorristas -en el que se supere un volumen total superior a los u$s1.000 millones-, y seguramente eso quedará en evidencia los próximos días.
En otras épocas, un millón de personas dando vueltas por la City porteña y por las sucursales bancarias hubiera causado pavor y alarma en la población. Ahora se trata de una masa silenciosa que, desde sus escritorios o directamente el teléfono móvil, y con un solo click compra dólares. Y se apodera de las escasas reservas que le quedan al Banco Central.
Por eso la alarma. De hecho, durante las últimas semanas hubo un intenso debate entre ministros del Gobierno para determinar si no sería mejor cortar la posibilidad de que los ahorristas compren dólares. El diagnóstico resulta claro: esta sangría resulta insostenible y desembocará en una nueva devaluación.
Hasta el propio Presidente admitió que "el dólar ahorro es un problema". Martín Guzmán logró convencerlo de que eliminarlo recalentaría todavía más la cotización del "paralelo". Y que había que apostar por un achicamiento de la brecha, y dejar al "dólar ahorro" así como está, con el cupo de 200 unidades mensuales.
La apuesta luce arriesgada: en una sola jornada, el Banco Central perdió por lo menos unos u$s200 millones. Y viene de resignar u$s1.150 millones el mes pasado, a pesar de contar con un holgado superávit comercial.
A esta altura, las Reservas netas ya están por debajo de los u$s8.000 millones. Con lo cual el Gobierno no tiene margen para que la apuesta le salga mal.
Las compras récord de dólares (desde que se instaló el cepo de u$s200, en noviembre del año pasado) obedece a la ganancia rápida que permite la brecha cambiaria: ahorristas que le compran al Banco Central dólares a $101 y lo venden en las "cuevas" a $125/$130. Se hacen de una diferencia, por los u$s200, de entre $4.800 y $5.800.
La apuesta de Guzmán
Quienes lo escucharon en las últimas semanas saben que el ministro sostiene que puede dar vuelta este escenario. Básicamente, apunta a que el resultado exitoso del canje de la deuda abrirá las puertas a una fuerte suba de los bonos surgidos de esa transacción.
En los despachos oficiales circula la hipótesis que la suba de los títulos rondaría entre el 10% y hasta el 20% de su precio inicial. Y que esa tendencia desplomará las cotizaciones de los dólares "alternativos".
En simultáneo, el canje le otorgará mayor poder de fuego a Miguel Pesce, que contará con bonos dolarizados para intervenir en el mercado, si lo creyera conveniente. "La intervención se justifica. Es necesario suturar la salida de divisas porque este ritmo de salida no se sostiene y, en algún momento, va a presionar sobre el tipo de cambio oficial", afirma la economista Marina Dal Poggetto.
En el Gobierno se retrotraen a lo ocurrido durante el último verano. Durante la temporada enero-febrero, el "blue" cotizó por debajo del denominado "dólar solidario".
¿Es posible ese escenario? En el Central creen que a lo sumo podría verse un acortamiento de la brecha, de manera tal que deje de fogonear la dolarización extrema y la presión sobre las Reservas. "Habrá un efecto expectativas tras el acuerdo final", insisten.
De todas formas, hay un cambio claro respecto de aquel escenario veraniego. Los argentinos con cierta capacidad de ahorro se habían quedado sin "combustible" (pesos) durante enero y febrero, después de un período de dolarización récord, tras las elecciones primarias.
Eso se vio en la demanda de "dólar ahorro", que se volvió a disparar desde la explosión de la pandemia y el establecimiento de la cuarentena, hasta llegar a los niveles récord de julio (3,9 millones de compradores) y de agosto ( un nivel probablemente superior).
El primer día de septiembre demuestra que la demanda se potencia mes a mes, e incluso de manera exponencial después de las idas y vueltas de las máximas autoridades.
Lo que queda claro es que este nivel de dolarización es insostenible, aun en un contexto de "súper cepo": límite de u$s200 a la compra de dólares y restricciones a las importaciones.
O sea: o se materializa el escenario optimista planteado en el gabinete nacional y en el BCRA o se hará necesario volver a apretar las clavijas.
Guzmán quiere evitar la prohibición de la compra del cupo de u$s200 para que no siga incrementándose la brecha, con un salto adicional del "blue".
Pero está claro que no hay margen para seguir perdiendo reservas si no cambia el escenario financiero. Es lo que piensa, por ejemplo, Cecilia Todesca Bocco, la vicejefa de Gabinete y economista de confianza de Alberto Fernández.
"Nosotros tenemos una fuente de dólares genuina. Esos dólares los necesitamos para producir. Las regulaciones del mercado cambiario son importantes porque son una condición de posibilidad para estabilizar la macroeconomía y poder darle valor hacia el sistema productivo", argumenta Todesca Bocco, al dar cuenta de las prioridades del Gobierno en relación a los dólares del BCRA.
En las últimas semanas fueron varios los economistas que advirtieron una devaluación en el horizonte. Desde Carlos Melconian a Ricardo López Murphy dijeron que el desequilibrio financiero tiene final cantado.
Desde Reconquista 266 descartan ese escenario "tremendista". Los funcionarios consultados por iProfesional aseveran que tanto Pesce como el resto del Directorio están "profundamente comprometidos a no devaluar".
"La brecha va a existir pero dejará de ser un problema una vez que se termine de concretar el reparto de los nuevos bonos, a inicios de la próxima semana", aseguran.
¿Será así? ¿Hay espacio para el optimismo? La jugada oficial -que contempla además la presentación del Presupuesto 2021 en el Congreso para dentro de un par de semanas- está más que clara.
Por ahora el mercado desconfía. No falta mucho para saber si cambia la tendencia. O habrá que volver al plan Todesca-Pesce, y cerrar el grifo.