El Gobierno inició la negociación con el FMI: qué dice la carta que Guzmán envió al organismo
La Argentina inició este miércoles las consultas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para acordar un nuevo programa para la reestructuración de la deuda que el país mantiene con el organismo multilateral de crédito.
El ministro de Economía, Martín Guzman, envió una carta a la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, solicitando la reapertura de negociaciones.
"Le estamos escribiendo para requerirle formalmente la iniciación de las consultas para acordar un nuevo programa con el FMI que suceda al cancelado y descarrilado acuerdo "Stand By de 2018", dice la carta firmada por Guzmán y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.
Explicaciones al FMI
La carta comienza por explicar algunos datos macroeconómicos de la anterior gestión y la actual, y las medidas adoptadas desde diciembre de 2019, cuando asumió la nueva administración.
"Implementamos un conjunto diferente de políticas diseñadas para prevenir una caída mayor de la producción, y el empleo, reducir la inflación, restaurar la sustentabilidad de la deuda externa y pública, y crear las condiciones para facilitar la remoción, a su debido tiempo, de las restricciones al acceso al mercado de cambios oficial".
Y agrega: "Para fortalecer el mercado de capitales doméstico, redujimos gradualmente las tasas de interés monetarias, en línea con una inflación decreciente, pero manteniéndolas en terreno real positivo; al tiempo que logramos mayores niveles de refinanciación del segmento de deuda denominado en pesos".
También hace un recorrido por el proceso de reestructuración de la deuda: "Desde el 21 de Enero de 2020, oportunidad en que anunciamos nuestra intención de iniciar el proceso de reestructuración de deuda, hemos estado negociando con nuestros acreedores en buena fe. Esperamos completar pronto el proceso de restructuración de deuda con bonistas, obteniendo amplia aceptación y consolidando un acuerdo consistente con la sustentabilidad de la deuda del sector público, así como con la recuperación económica".
También explica el aumento del déficit fiscal a raíz de las medidas de ayuda que el Gobierno debió adoptar para mitigar los efectos de la pandemia de Covid-19.
"Para enfrentar la difícil situación sanitaria y económica, adoptamos varias medidas para apoyar a las trabajadoras y los trabajadores y las empresas, tales como el "ingreso familiar de emergencia" para asistir a familias sin ingresos registrados, y la "asistencia al trabajo y la producción" para pagar hasta el 50% de los salarios.
Otras iniciativas incluyen el otorgamiento de préstamos a tasa subsidiada para empresas vulnerables, el refuerzo de pensiones, el ingreso de trabajadores de la salud, y transferencias asociadas con programas sociales".
Y agrega: "Estamos determinados a recomenzar el proceso de implementación de un sendero fiscal consistente una vez que los efectos de la pandemia desaparezcan, reduciendo el déficit fiscal primario de un modo que sea compatible tanto con la sustentabilidad de la deuda pública, como con la recuperación económica".
"En este contexto, requerimos formalmente asistencia financiera bajo un Programa con el Fondo Monetario Internacional, e invitamos al staff a una misión para comenzar las conversaciones", concluye.
Alberto Fernández ya habló con Georgieva
El presidente Alberto Fernández dijo que durante la mañana de este miércoles mantuvo una conversación con las autoridades del FMI, para "intercambiar ideas sobre lo que le pasa al mundo y al país, y la necesidad de que, sin prisa ni pausa, nos pongamos a trabajar para ordenar el desorden que heredamos del gobierno anterior".
Así lo afirmó el mandatario al participar del lanzamiento de una nueva línea de fabricación de lavarropas del grupo Newsan, en su planta en el partido bonaerense de Avellaneda.
Respecto de las negociaciones con el FMI, el jefe de Estado dijo que esta mañana mantuvo una "extensa charla" con la titular del organismo Kristalina Giorgieva. "Las cuentas con los organismos internacionales las pondremos en orden", aseveró.
"Mi conversación con Kristalina Giorgieva me alienta a pensar que lo haremos con una lógica común, la de no postergar a la Argentina y no hacer sufrir a los que mucho han sufrido", sostuvo el mandatario.
En ese marco, afirmó: "Necesitamos darle pujanza a esta Argentina y los empresarios tienen que ver con eso"."Nadie vive en paz con la pobreza que existe en el país y dependen del auxilio del Estado para seguir viviendo", dijo.
Apoyo contra bonistas
Hay que recordar que el FMI fue uno de los principales respaldos que obtuvo el país en su negociación de deuda con los bonistas extranjeros.
"Los acreedores privados tienen que ver este como un momento de acción, ver cómo los acreedores y el país pueden unirse. Y eso es lo que tenemos que buscar: la colaboración entre acreedores y deudores de una manera racional y mutuamente respetuosa. El Banco Mundial y nosotros, haremos nuestra parte por la transparencia de la deuda y por una prudente reestructuración de la deuda", afirmó Georgieva hace unos meses.
"Deuda insostenible"
Además, a principios de años, el FMI consideró que la deuda externa argentina "no es sostenible" y que por lo tanto se requiere que la reestructuración se haga en base a "una contribución apreciable de los acreedores privados".
Y hace pocos días un informe de economistas del Fondo Monetario consideró que durante el gobierno de Mauricio Macri hubo un "optimismo indebido" por parte de los inversores "ansiosos por otorgar préstamos a Argentina", cuando en realidad sus indicadores económicos no eran auspiciosos, lo que llevó al país a "resultados económicos adversos".
"A fines de 2015, la población argentina eligió a Mauricio Macri como su nuevo presidente. Esto generó entusiasmo entre los inversores internacionales, que vieron a Macri como un reformador favorable al mercado", indicó el análisis de los economistas del FMI Ramzy Al-Aminey y Tim Willems, sobre la valoración equivocada de la deuda soberana y los resultados económicos.
El documento publicado en la página oficial del FMI destacó que "con tan altas esperanzas, los inversores estaban ansiosos por otorgar préstamos a Argentina, lo que permitía al país evitar el ajuste fiscal y, en cambio, satisfacer sus necesidades de financiamiento mediante la emisión de u$s56.000 millones de deuda externa entre enero de 2016 y junio de 2018, alrededor del 9% del Producto Bruto Interno (PBI) de 2017".
Sin embargo, subrayó que "se hizo cada vez más difícil racionalizar estas condiciones benignas de endeudamiento basadas en los fundamentos económicos existentes, en contraposición a las expectativas sobre los futuros", y señaló que "pronto el sentimiento de optimismo se agrió".