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Los argentinos y el amor por el dólar: cuándo y por qué nació la pasión por ahorrar en una moneda distinta al peso

Los argentinos apuestan al dólar para viajar, comprar una casa y resguardar sus ahorros. Pero, ¿cuándo comenzó exactamente esta avidez? Esta nota lo revela
02/08/2020 - 19:15hs
Los argentinos y el amor por el dólar: cuándo y por qué nació la pasión por ahorrar en una moneda distinta al peso

Es común que se diga que la Argentina tiene una economía bimonetaria dado que usamos como moneda corriente la nacional, pero para las operaciones a largo plazo elegimos al dólar estadounidense. Conservamos el peso, pero "el verde" es un tema constante de relevancia a nivel nacional.

"Los argentinos apuestan al dólar para viajar, comprar una casa y resguardar ahorros", describe José Alfredo Nogueira, quien fue operador de cambios durante muchos años y hoy trabaja como corredor. Tiene cuatro décadas de experiencia en el mercado y asegura que siempre fue notoria la atracción de los argentinos por el dólar.

Por su parte, Ariel Wilkis, doctor en Sociología y Antropología del dinero y las finanzas, señala que "el dólar no es argentino, pero nos apropiamos de él y se convirtió en una moneda familiar, a pesar de ser extranjera".

A lo que Julián Zicari, doctor en Ciencias Sociales y licenciado en Historia, Economía y Psicología apunta que, "según un estudio de la Reserva Federal de Estados Unidos, hace cinco años éramos el país (fuera de EE.UU.) que más divisas estadounidenses tenía per cápita, a razón de unos u$s2.000 por habitante", mientras que en Brasil la proporción es de u$s6/h y en Panamá –después de nosotros y con el dólar como moneda oficial- hay u$s600/h.

"El dólar no es argentino, pero nos apropiamos de él", dice Ariel Wilkis

¿Cómo comenzó el amor por el dólar?

Desde su experiencia en el mercado cambiario, Nogueira cuenta que "en las décadas de 1930 y 1940 la gente ahorraba en pesos, pero luego empezó a ir hacia el dólar porque dejó de creer en los gobiernos".

Y su intuición no se equivoca. Zicari detalla que el dólar empezó a considerarse moneda importante en los años 30, dado al esplendor de Estados Unidos como potencia mundial. Esta tendencia fue creciendo a lo largo de los años y hubo un fenómeno clave que ayudó a consolidarla: el "Rodrigazo", que -en 1975- licuó los ahorros de toda la vida de las personas.

"Ahí comenzó la desconfianza absoluta hacia la moneda argentina", apunta.

Luego, en 1977 se implementó la reforma financiera, que habilitó las cuentas en dólares, y en julio de ese año se publicó el primer aviso de una propiedad con precio en billetes verdes (hasta ese momento eran en pesos).

La transformación del mercado inmobiliario, que hoy es ejemplo de la dolarización por excelencia, fue rápida y no se dio de modo uniforme. "Cuando terminó la dictadura militar (en 1983), el 75% de las propiedades de Barrio Norte y Recoleta estaban dolarizadas, en Caballito llegaba al 40% y en Barracas, un 15%. Los sectores de mayores ingresos fueron los primeros en dar el paso", detalla Zicari.

Dólar: no todo pasó en los '70

Si bien coincide en que en los '70 se profundizó la popularización del dólar en Argentina, Wilkis apunta que "fueron precedidos por una etapa en la que ya era una moneda de referencia pública para sectores medios acomodados" (no sólo para las elites). Ya a mediados de siglo (los '50) había dejado de ser de acceso exclusivo para los sectores del comercio exterior y financieros, como era en las décadas de 1930 y 1940.

Luego, en los 20 años siguientes se incluyó al mercado turístico y, en los '80, se dolarizaron el inmobiliario por completo, el del arte parcialmente, el de los autos importados y el de los jugadores de fútbol. Wilkis cuenta que la hiperinflación de 1989 hizo que hasta los servicios cotidianos se pagaran en dólares, por lo que era una moneda usada por amplios sectores.

El investigador del CONICET cuenta que "el dólar como moneda pública se instaló en la política, en la prensa, en el cine, en los programas de humor, en la literatura y en la publicidad argentina de manera que devino en un artefacto cultural de interpretación de la realidad". Se convirtió en un tema cotidiano, como sucede en la actualidad.

Cuatro claves para entender el amor por el dólar

Zicari aporta que, si bien todo el mundo habla del dólar y la mayoría sabe cuánto vale, sólo el 10% de la población adulta los compra todos los meses en Argentina. Esto revela que "le importa a una mayor cantidad de personas de las que lo consumen" y que "la centralidad de la moneda estadounidense tiene un gran componente cultural". Así, el economista enumera algunas teorías sobre la dolarización:

1. La primera no es exclusiva de la Argentina, sino que responde a un fenómeno mundial. Sucede que, desde principios del siglo XX, Estados Unidos se consolidó como potencia económica mundial y su hegemonía económica, política y militar consolidaron a su moneda como referencia para los intercambios del mundo (que cambiaron del patrón oro al dólar).

Cabe señalar que, si bien la supremacía del país del norte no atraviesa su mejor momento, algo opacada por China, según Nogueira, en la actualidad, el dólar representa el 80% de las operaciones del mercado de cambio en el mundo y se mueven u$s6 billones por día.

2. Otra explicación es que la moneda estadounidense es un instrumento de protección frente a los colapsos de la economía argentina, la inestabilidad y la alta inflación. En este punto, Zicari describe un círculo vicioso difícil de cortar. Detalla que un elemento central de las crisis argentinas son los desequilibrios en el sector externo, lo que significa que faltan divisas. "Nuestro país no puede crecer de manera sostenida porque requiere de dólares que no puede generar.

Eso nos lleva a situaciones de crisis permanentes que traen devaluaciones y saltos del tipo de cambio que se trasladan a inflación", detalla.

Entonces, la demanda de dólares crece junto a la propensión a crisis económicas. Los individuos se los compran al Estado, que tiene escasez, y "es así como la población, de algún modo, genera la crisis y las condiciones para la próxima devaluación", advierte Zicari. No obstante, señala que esta actitud algo individualista tiene justificación en lo difícil que es construir consenso político y encontrar una senda de estabilidad en Argentina.

3. Una vez más, resalta que el tema cultural es clave para entender por aunque el dólar esté perdiendo valor en el mundo, en la Argentina seguimos apegados a él. Sucede que, según Wilkis, "gran parte de la sociedad argentina lo usó primero como moneda de interpretación y luego de ahorro, dado que se instaló como un artefacto de la cultura pública de fácil acceso e interpretación".

Según los expertos, e en los '70 se profundizó la pasión por el dólar en Argentina

4. Finalmente, Zicari destaca que hay una relación muy fuerte entre política y economía. "Conocer lo que pasa en el mercado cambiario permite decidir y evaluar lo que sucede en la esfera pública porque el dólar se ha convertido en una institución política", afirma Wilkis al respecto.

Explica que en la mayoría de las elecciones desde 1983 el dólar tuvo una incidencia clave y recuerda que en 1989 la suerte del presidente Raúl Alfonsín estuvo muy atada al mercado cambiario porque el fracaso del Plan Primavera lo colocó en un lugar de debilidad para controlar la devaluación y su impacto en los precios. "Es uno de los ejemplos históricos más gráficos del sistema cambiario como institución política", subraya Wilkis.

Así las cosas, es lógico que una de las utopías políticas de Argentina sea desdolarizar la economía. Sin embargo, Wilkis advierte que se suele cargar esta tarea sobre el Banco Central cuando en realidad "no toda la responsabilidad de lo que pasa con el dólar es del regulador monetario y financiero" dado que es una problemática que afecta muchas esferas de la vida, económica, cultural y social.

Lo cierto es que los argentinos seguimos apostando al verde por tradición y como una institución en la que confiamos y de la que nos apropiamos. Quizás nos consume mucho tiempo la preocupación por esa moneda y nos perdemos de algunas tendencias que están sucediendo a nuestro alrededor, como el crecimiento del yuan, el resurgimiento del euro, la buena oferta actual de plazos fijos en pesos (que de hecho están creciendo mucho) y algunas otras ofertas de ahorro más relacionadas a la llamada "nueva normalidad", como las criptomonedas.

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