Pragmatismo de Alberto para destrabar la deuda: ¿alcanzará para obtener una alta adhesión y salir del default?
El Gobierno terminó presentando una nueva y última oferta de la deuda mucho más atractiva de lo que pensaban en el mercado. Finalmente, la política primó ante la ideología que quería mostrar a la reestructuración argentina como un caso testigo a nivel mundial. El país, entonces, puso sobre la mesa una oferta dentro del rango de precios que querían los acreedores. "Lo que ofrece la Argentina es razonable. Quizás BlackRock no entre mañana para no quedar mal parado con Ashmore, pero deberían entrar al final del camino. No van a ir a juicio por 2 dólares de diferencia", reseñó un ex funcionario con amplia experiencia en el tema de la deuda.
Tal como dijo Alberto Fernández, la Argentina hizo un esfuerzo para presentar esta última propuesta que esté en línea ya no el supuesto análisis de sustentabilidad de Martín Guzmán y el Fondo Monetario Internacional, sino con la idea de levantar el default. Así, la quita de capital cayó de 5,4% a 1,9% en promedio, la tasa que era de 2,3% promedio pasa al 3,07% y un incremento escalonado, año tras año. También dejan las condiciones legales del 2005, o sea las más beneficiosas para los acreedores, en el caso de los bonos Par y al Discount y además ahora hay un "minimum participation" del 60% que frena la idea reasignar títulos para lograr CACs ficticias.
Así, el Valor Presente Neto, o sea cuánto recuperan los bonistas según la propuesta de la Argentina, está en torno a 53 o 54 dólares de los 100 que se debían para los títulos emitidos bajo la era de Mauricio Macri -o sea los bonos M- y casi 60 dólares para los Discount. La oferta quebró el supuesto umbral psicológico de los 50 dólares y el país se estiró al terreno donde los bonistas se sentían más cómodos.
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"Muy buena propuesta de canje. Con niveles de NPV aceptables para los acreedores y acordes a las posibilidades del país. Muy buen diseño de los incentivos, desalentando el ser holdout. Una propuesta justa que debiera tener una alta participación", expresó vía su cuenta de Twitter, Luis Toto Caputo, el ex funcionario de Cambiemos que levantó el default de la deuda y que empapeló el planeta de bonos argentinos durante la presidencia de Mauricio Macri.
Está claro que las mejoras buscan evitar que el default se extienda aún más y termina siendo una decisión política de Alberto Fernández después de los magros resultados que tuvo el ministro de Economía en su primera oferta, que habría rondado el 15 por ciento de aceptación. La Argentina pasó de ofrecer menos de 40 dólares por cada 100 a casi 54 o más -según el bono- en la última oferta.
El equipo económico busca reestructurar unos 65.000 millones de dólares en bonos bajo legislación extranjera, y la fecha para aceptar la oferta regirá hasta el 4 de agosto. El lunes será enviada a la Comisión Nacional de Valores de Estados Unidos (SEC) para su aprobación final. La propuesta incluye la emisión de un bono en dólares con vencimiento en 2030 con cupón de 1% o de un título en euros con vencimiento en el mismo año y cupón de 0,5% que se entregará por intereses devengados impagos de ciertos bonos elegibles.
Las mejoras en la oferta "dejan en evidencia la voluntad y buena fe de la República Argentina de permanecer comprometida con la comunidad financiera internacional, la cual puede tener un papel importante en la recuperación económica de Argentina", dijo el ministerio de Economía en un comunicado.
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"Después de muchas costosas vueltas, una propuesta de canje realista dado el contexto, como si por fin hubiera primado la política. Ahora la pelota queda del lado de los acreedores. Esperemos cerrar e iniciar cuanto antes la discusión de un plan económico/presupuesto 2020-20121", dijo Eduardo Levy Yeyati, fundador de Elypsis.
Este lunes se esperarán las reacciones de los acreedores. Se sabe, algunos estaban ya muy cerca de la idea que tenía el Gobierno, y otros, quizás seguirán un poco alejados. Los que están ya dentro son los Bondholder Group -donde se destacan UBS, Greylock y Fintech asesorados por Mens Sana Advisors-. La figura pública de este grupo es Hans Humes, el CEO de Greylock, que conoce muy bien a Alberto Fernández de cuando era Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, ya que él no aceptó el canje del 2005 y se sumó al del 2010, tiene diálogo fluido con Sergio Massa. Es considerado como un muy buen lobbista que tiene amplia experiencia en reestructuraciones de deuda: lideró el comité en la cesación de pagos de Grecia.
Incertidumbre con los grandes
El partido se juega en el Ad Hoc Argentine Bondholder Group, que tiene a las 13 compañías financieras más fuertes de Wall Street -BlackRock, Ashmore y AllianceBernstein entre otras-. Este grupo se unió al Exchange Bondholders Group (HBK Investments, Monarch, VR Capital), los denominados fondos distressed.Estos dos grupos poseen el 32% de los bonos del canje 2005 (los llamados "Bonos Kirchner") y el 31% de los títulos Globales (los "Bonos Macri"). Tienen suficiente poder de fuego para cerrar cualquier esfuerzo de reestructuración por parte del Gobierno y es, precisamente, lo que estuvieron haciendo.