El economista que más conoce de la deuda argentina y un inquietante pronóstico sobre el canje de Guzmán
Si hay un economista que conozca más en profundidad, y en primera persona, los vaivenes de las negociaciones de deuda, ese es Daniel Marx. Fue un actor privilegiado desde la trinchera desde, al menos, finales de los '80: Director del Banco Central de la República Argentina durante la presidencia de Raúl Alfonsín entre 1987 y 1988, y Representante Financiero Especial y Jefe Negociador de la deuda externa argentina de 1989 a 1993. Además, fue secretario de Finanzas del Ministerio de Economía de la República Argentina durante 1999 y 2001, cuando salió enfrentado a Domingo Cavallo.
Ahora, con la reestructuración de la deuda en terreno empantanado, el actual director ejecutivo de Quantum Finanzas dio sus impresiones de cómo puede seguir el proceso. "El llamado de atención es que el tiempo juega en contra para las dos partes. No es gratis. El primer pensamiento sería que hagamos bien una cuenta de costos y beneficios, porque muchas de las elecciones que tomamos hoy tienen consecuencias", expresó Marx durante el 9º Simposio de Mercado de Capitales y Finanzas Corporativas organizado por el Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).
"Estas demoras tienen un costo sustancial sobre la economía. Esto involucró una cantidad de dinero que se ha usado, efectos colaterales no menores, entre ellos volvió un goteo de depósitos en dólares, presiones cambiarias, y la no liquidación esperada de los exportaciones y una disminución de las líneas comerciales", remarcó el director de Quantum.
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Los números no ayudarán
Yendo directamente sobre la negociación que está encarando en este momento el país, Marx -que fue parte del fugazmente Consejo Asesor de la Deuda pedido de Martín Guzmán-, afirmó que si hay masa crítica de los bonistas que acepten el canje arrastrará al resto, por incentivos o por voluntad de adherir, pero que pareciera que no va a ser este el caso.
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"Yo creo que está en el borde de obtener un 40% de adhesión, será más fuerte en algunas especies y se verá si se puede mover el resto porque se supone que además algunos no querrán ir a litigar como manera más eficiente de cobrar. Veremos cómo se dilucida el juego", vaticinó el especialista.
En términos de la estrategia, Marx relató cómo debería ser el proceso. Primero, obtener mayorías necesarias para lograr acuerdos, una vez logrado que estos acepten es fácil la tarea para el resto y obtener las mayorías para las cláusulas de acción colectiva. "Lo normal cuando uno lanza una oferta de canje es que tenga una adhesión elevada, incluso el canje del 2005 tuvo una aceptación superior al 75%. Muchas veces al lanzar un canje que fracasa no es un buen precedente para seguir adelante", subraya el ex negociador de la deuda.
Y afirma que si bien existen distintos mecanismos y formas de encontrar mayorías, como poner las cláusulas, y hay un grado de flexibilidad de hacer los cómputos, "ahora la decisión que el Gobierno estaría tomando está basado en tomar determinados riesgos". Marx remarca que por lo que se lee entrelíneas, hay un acuerdo con un grupo de acreedores que no garantiza la adhesión de los grandes.
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"Tampoco con los tres grupos que se mencionan hay garantizado un número tan elevado, por eso siempre hay que buscar al resto, pero algunos de ellos pueden bloquear un canje", advirtió.
Próximo paso, el Fondo
"La intención del Gobierno es buena, ciertamente creo que hubo algunos temas de cálculos de probabilidades que no hay ocurrieron", señaló, elegantemente, Marx para no cargar las tintas en los desaciertos que llevaron los primeros paso del equipo económico tanto los bonistas del exterior como el tratamiento a la deuda local. "No solo es el arreglo de la deuda sino uno que le dé sentido a todo lo demás", afirmó.
Por otra parte, Marx remarcó que el gran acreedor, el FMI, está en una posición relativamente cómoda, porque "no ha puesto su dinero en juego". Algo que es requerido para cerrar el programa financiero nacional y para desbloquear otros accesos, como programas del Banco Mundial, BID o Club de París. O financiamiento de largo plazo en condiciones favorables.
"Argentina viene de una recesión prolongada y episodios recurrentes de salida de capitales, con una trayectoria muy problemática desde hace muchísimo tiempo. La negociación de la deuda debería lograr un cambio más integral y cambiar la historia. Por supuesto que a estos efectos se suman los de la pandemia. En Argentina veníamos ya sobregirados desde antes. El riesgo argentino era tan elevado que la demanda de activos argentinos estaba muy baja. El objetivo es el arreglo de deuda en un contexto económico que le dé sentido", sostuvo Marx en el cierre del primer día del congreso virtual organizado por el IAEF.