Kulfas y su agenda de 10 puntos que les presentó a empresarios para diseñar la "nueva normalidad" productiva
Con el caso Vicentin y la posible estatización de la empresa sobrevolando como una posible política general para lo que vendrá en la economía de la post pandemia, el Gobierno comienza a delinear la agenda que buscará implementar para la Argentina de la "nueva normalidad".
Es decir, para cuando la totalidad del país deje atrás las medidas restrictivas impuestas para combatir la pandemia del Covid-19 y se pueda convivir con el virus mientras se ponen nuevamente en marcha los motores de la actividad productiva.
El presidente Alberto Fernández sabe que la "infectocracia" que hoy regula todos los aspectos de la vida diaria de cada uno de los habitantes de este país no se puede sostener por mucho tiempo más, en especial si se tiene en cuenta la falta de respuesta de la medicina a nivel mundial para desarrollar una vacuna que borre al coronavirus definitivamente del mapa.
Pero al mismo tiempo, considera que la contención local de la expansión del virus ha logrado normalizar la actividad económica en casi todo el país y permite ir restableciendo cada vez más actividades con los lógicos recaudos y protocolos necesarios para mantener la lucha desde lo sanitario.
Un trabajo elaborado por el Ministerio de Desarrollo Productivo así lo demuestra. En una de sus filminas se evidencia que más del 80% de las personas se encuentran habilitadas para trabajar, salvo en las tres zonas donde los contagios siguen creciendo como son la provincia de Buenos Aires, la Capital Federal y Chaco.
En el resto del mapa local, el sector manufacturero, por ejemplo, ya está en condiciones de operar al 100% de su capacidad y el resto de las actividades se encuentran habilitadas también casi en su totalidad en las otras 22 provincias, según el trabajo de la cartera que dirige Matías Kulfas.
El propio funcionario interpreta la necesidad de calibrar el alcance de la cuarentena según los riesgos de cada región a partir de la menor o mayor cantidad de casos de infectados para ir trabajando en una política económica a mediano y largo plazo que hasta ahora había sido puesta en el freezer por la necesidad de asistir al sector privado ante las consecuencias económicas que generan las medidas sanitarias.
En este marco y durante una charla vía Zoom organizada por Lide Argentina, el ministro Kulfas brindó detalles sobre el impacto que han tenido los planes de asistencia encarados por el Gobierno hasta el momento para prevenir quiebras de empresas y masivas pérdidas de puestos de trabajo.
El informe se basa en los resultados del plan de ayuda a las empresas que se basa en tres pilares como son el ATP, para pago del 50% de los salarios para empleados en relación de dependencia; los créditos de AFIP a tasa cero para trabajadores independientes y monotributistas, y los préstamos bancarios con tasa del 24% para el sector productivo.
Según el trabajo oficial, en el caso de los ATP ingresaron en abril 450.000 empresas, casi en su totalidad pymes de menos de 200 trabajadores y se les abonó la mitad de los salarios a 2,3 millones de empleados, implicando una erogación oficial de $49.000 millones. En mayo, se prevé que se usarán otros $40.000 millones para sostener el pago de estos sueldos.
Entre los sectores que mayor necesidad de ATP tuvieron se destacan la industria manufacturera, con dos de cada tres trabajadores, así como en hotelería y gastronomía, cultura, deportes y esparcimiento que se llevan el 82% de los aportes de este programa.
En el caso de los créditos a tasa cero, existen 500.000 beneficiarios de los cuales 140.000 ya los recibieron, con una erogación de parte del Estado de unos $51.000 millones.
Con relación a los préstamos bancarios con tasa del 24% el monto hasta ahora entregado alcanza los $231.000 millones entre fines de marzo y el pasado 6 de junio.
Se trata de un instrumento considerado fundamental por el Gobierno para generar liquidez entre las pequeñas y medianas empresas que hasta logró también generar un impacto positivo por el crecimiento que generó en la ayuda de los bancos al sector privado luego de dos años de políticas monetarias restrictivas para el otorgamiento de créditos para pago de salarios y capital de trabajo.
"Lejos de Venezuela"
Si bien es posible que estos planes de asistencia se mantengan por algún tiempo más, Kulfas admitió durante su exposición en el seminario virtual de Lide Argentina, que se hace necesario recuperar el perfil productivo de la Argentina en base a una agenda distinta a la establecida para la emergencia del coronavirus.
"Asumimos el 10 de diciembre con una economía complicada, que llevaba dos años sin crecer, con un país sin acceso al crédito internacional, con problemas serios de financiamiento, un déficit de más de cuatro puntos del producto, gran descuido de la actividad privada y de la economía real, pero tuvimos que postergar nuestro plan para cambiar este escenario por la irrupción de la pandemia", detalló el funcionario.
Si bien hizo referencia a ciertos acuerdos que se pudieron generar para retomar un sendereo de crecimiento, reducir la inflación y comenzar a reestructurar la deuda externa, la llegada del coronavirus cambió las prioridades del Estado y postergó el plan económico para los próximos años.
"Pero ahora tenemos que mirar hacia adelante, por lo cual todo el gabinete trabaja en una propuesta clara de desarrollo económico y sectorial para el mediano y largo plazo", argumentó Kulfas ante la atenta mirada de los principales dirigentes de Lide Argentina.
Con ejes que, según el funcionario están lejos de querer convertir a la Argentina en una nueva Venezuela a la luz de las críticas por la expropiación de Vicentin y de la posibilidad de que esta medida marque los lineamientos del plan económico del Gobierno.
"Es una solución a un caso excepcional, por lo cual no existe una campaña de venezualización de la economía local y nosotros como país no tenemos nada que ver ni con la historia ni con el presente de Venezuela", remarcó.
Los 10 consensos de la nueva agenda
Tras haber aclarado esta situación, Kulfas detalló los 10 consensos en los que se basa el plan de reactivación productiva que el Gobierno pretende encarar en los próximos meses, con un Estado con visión sobre el desarrollo económico general; que marque pautas; que genere una política industrial activa; que busque incrementar el peso de la tecnología; que impulse mayores exportaciones y a la vez genere las condiciones para un crecimiento del mercado doméstico.
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"Apostamos a un Estado que no sea dogmático sino pragmático y que intervenga cuando lo deba hacer como rueda de auxilio para poner en marcha la inversión privada que es el gran motor de la economía", aseveró Kulfas.
Como parte de ese proceso, el ministro detalló los 10 puntos del plan oficial:
1) Exportar más para que la Argentina incremente su oferta productiva que permita generar mayores divisas y así superar las restricciones monetarias que sufre el país y que obliga al Gobierno a tomar medidas de coyuntura antipáticas.
2) Ningún sector productivo sobra. En este sentido, para el Gobierno todas las actividades económicas deben ser tenidas en cuenta los criterios de defensa de cada sector.
3) Terminar con la dicotomía entre mercado interno y mercado externo. Para Kulfas, es una grieta a superar porque la Argentina necesita de ambos para crecer. Con un mercado interno sólido y vigoroso y exportaciones fortalecidas a la misma vez.
4) No hay futuro sin política productiva. En este sentido, el ministro Kulfas plantea que también se debe abandonar la antinomia entre campo e industria y ampliar el uso de la tecnología a todo el entramado productivo. "Esto no se resuelve solo con una buena macro y que el mercado defina", sostiene.
5) Desarrollo de políticas ambientales. Se busca trabajar en la reducción de las emisiones contaminantes como tema fundamental para también alcanzar el crecimiento productivo.
6) Alcanzar una macro estable. Se trata de una condición necesaria para el desarrollo del país, acompañada de políticas sectoriales.
7) Mejorar la productividad teniendo en cuenta que no es posible combatir la pobreza sin este tipo de estrategias.
8) Nuevas incorporaciones de agenda.
9) Reducir la brecha de género.
10) Apertura comercial inteligente para salir de los dogmas entre proteccionismo o libre mercado. Según Kulfas, la apuesta es a analizar en qué medida se abre la economía para generar mayor desarrollo de la producción argentina y colocar más productos locales en el mundo.
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Los sectores estratégicos
Pero además de estos 10 consensos que el ministro Kulfas plantea como herramientas que permitan retomar la actividad productiva post pandemia, el Gobierno ya había establecido cinco grandes ejes para poner en marcha nuevamente los engranajes de la economía que debieron posponer para centrarse en el combate contra la pandemia del Covid-19.
El funcionario destacó que serán retomados en breve y que pasan por fomentar el desarrollo de varios sectores productivos como el de los hidrocarburos; el agro; la minería; las economías del conocimiento, entre otros para agregarles valor.
"Queremos avanzar en transformar recursos del agro en alimentos, expandir las exportaciones de carne y desarrollar esta industria en todo el país, transformando materias primas en proyectos productivos ", detalló Kulfas en el seminario de Lide Argentina.
El primer eje pasa por el sector de los hidrocarburos, donde en breve el Gobierno enviará una nueva ley para fomentar las inversiones en Vaca Muerta y en otras zonas productivas.
"Tenemos expectativas de que sea una gran palanca para la obtención de divisas y el desarrollo de proveedores y bienes, al igual que con la minería en donde queremos trabajar con una visión compartida, desarrollando un sector sustentable, inclusivo que supere los prejuicios existentes" agregó Kulfas.
El segundo eje se basa en lo que se conoce como "Green new deal", para sumar una visión sustentable en la estrategia productiva. Se busca expandir las energías renovables, la economía circular, la electro movilidad con un plan para la producción de vehículos impulsados a electricidad que participen de la vida urbana. Según Kulfas, de este modo se mejora la calidad de vida, se reduce la contaminación y los ruidos.
Se pretende atraer inversiones para este segmento, tanto de capitales extranjeros como locales, además de sumar al litio en la cadena productiva.
El tercer eje se refiere a la economía del conocimiento y se sustenta en el proyecto de ley que el Gobierno envió al Parlamento y que, según Kulfas, será sancionado en breve.
"Hay mucha capacidad para crecer, exportar y generar nuevos empleos a partir del software, la nanotecnología, la industria audiovisual, la digitalización y la economía 4.0", argumentó Kulfas.
El cuarto punto se vincula con la necesidad de desarrollar negocios en base a la salud a partir de planes para biofarma, cannabis medicinal, equipamiento médico con posibilidad de exportación.
En este sentido, Kulfas hace referencia a poder aprovechar el aprendizaje en este sector que está dejando la crisis del coronavirus para que sea utilizado en fase de expansión y comercio internacional.
En cuanto al quinto y último punto, se relaciona con renovar las plataformas financieras a partir de estructurar un sistema bancario de desarrollo. No se trata de crear instituciones, sino de poder coordinar y articular con el sector privado a a partir de la banca pública, además de invitar a los privados a fortalecer la ayuda para inversiones, con nuevas fuentes de fondeos para permitir la realización de proyectos que el país no tiene y que se puedan poner en marcha.
"El criterio debe ser el de prestar muchos pesos para generar muchos dólares en exportación o para producir localmente productos que reemplacen a las importaciones de manera genuina", agregó Kulfas.