Aerolíneas busca ahorrar $650 millones con la suspensión de 8.000 empleados
Aerolíneas Argentinas busca ahorrar cerca de $650 millones con la suspensión de hasta 8.000 empleados de su plantilla de 12.000. El monto corresponde a las cargas sociales que la compañía presidida por Pablo Ceriani se evitará de pagar en caso de acordar con los gremios aeronáuticos el pago de una suma no remunerativa por junio y julio en el marco de un esquema de licenciamientos masivos previsto por el artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo. De esa manera, la línea de bandera aspira a lograr una fuerte reducción de sus costos en medio de la negociación de la deuda y un clima de tensión latente con el sector sindical.
El artículo 223 bis permite a las empresas pagar una asignación no remunerativa por la suspensión, sujeta solo a la contribución patronal destinada a obras sociales y el Fondo Solidario de Redistribución. La empresa destinó $491 millones mensuales al pago de retenciones y cargas sociales al total de su personal, según el balance presentado el 30 de septiembre del año pasado durante la gestión de Luis Malvido. Esa cifra multiplicada por los dos meses de vigencia de las suspensiones y ajustada por la cantidad de empleados afectados por el nuevo regimen de trabajo da como resultado $654 millones.
La gestión de Ceriani recibirá hoy a las 15 al Frente Aeronáutico (FAPA), integrado por los pilotos de APLA y UALA (Austral), los técnicos de APTA, el personal de tierra de APA, y los jerárquicos de UPSA; mientrás que mañana se reunirá con los tripulantes de cabina de AAA. La firma dejó trascender que busca replicar el convenio acordado por la UIA y CGT, luego homologado por el Ministerio de Trabajo, que fijó rebajas salariales de hasta el 25% al personal suspendido. Pero los gremios ya anunciaron que rechazarán cualquier recorte en sus ingresos así como la eventual pérdida de empleos.
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"Si hablan de reducción de salario, el acuerdo se les va a complicar", dijo a iProfesional uno de los líderes gremiales, para quien las autoridades "buscan ahorrar guita de las contribuciones patronales con el 223 bis". En efecto, aún en caso de convenir el pago del sueldo neto al 100%, la empresa estatal se ahorrará el 5% de la masa salarial bruta y el 17% por las contribuciones patronales. Las negociaciones se dan en medio de la discusión entre los industriales y la central obrera para extender el acuerdo de suspensiones vencido en mayo y las tratativas con los bonistas, en las que el Gobierno dispone de un "margen limitado", según el FMI.
Desde abril, el sector privado aplicó reducciones salariales en forma masiva en acuerdo con los sindicatos, siguiendo el esquema dispuesto por el Ejecutivo para sostener el empleo. Los aeronáuticos venían resistiendose esas medidas y de hecho se enfrentaron con LATAM por la disposición de un recorte unilateral del 50% en los salarios de mayo, una decisión que finalmente el Ministerio de Trabajo ordenó retrotraer la semana pasada bajo el apercibimiento de sanciones. La competidora es una de las gigantes del rubro que inició el pedido de quiebra en EE.UU. y pidió subsidios a los gobiernos de la región.
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En simultáneo, la aerolínea de bandera se propone reordenar sus cuentas en un contexto marcado por una caída del 97% de la actividad aeromercial debido al cierre de fronteras por la pandemia. La fusión en marcha de Aerolíneas y Austral apunta a ahorrar costos operativos por u$s100 millones ($7.000 millones al tipo de cambio actual), luego de cerrar el año pasado con un déficit de u$s680 millones ($47.600 millones al tipo de cambio actual). "Con la fusión esperamos ahorrar costos y generar ingresos por unidades de negocios a partir de la capacidad ociosa que hay por estructura duplicada", explicaron a este medio desde la empresa.
La sinergia genera resquemores en los gremios, sobre todo en los pilotos de Austral, por el temor a la reducción de empleos y la pérdida de beneficios laborales. El extitular de Aerolíneas Mariano Recalde señaló semanas atrás que la fusión permitirá ganar en "eficiencia" y generar un "ahorro importante". "Siempre tuvo muchos costos" que fueron "más o menos capeados con los ingresos y el aporte del Estado", dijo Recalde en referencia a la línea de bandera. "Pero en este momento los ingresos son cero y eso obliga a que, al igual que el resto de las aerolíneas del mundo, se tomen medidas para ver cómo sostener los puestos de trabajo y sobre todo el servicio", advirtió.