Más de 250.000 trabajadores del sector de eventos y congresos piden ayuda por inactividad total hasta fin de año
Un sector más pide auxilio: se trata del organizador de eventos, de cualquier tipo, cuya actividad se paralizó antes de que se decretara el aislamiento social preventivo y obligatorio, después de un verano que siempre muestra caída en la actividad.
Es un ámbito que mueve unos u$s 3.000 millones por año y que moviliza a más de 250.000 profesionales de diversas áreas, técnicos y trabajadores temporarios que, desde marzo, registran facturación cero. Una gran parte corre el riesgo de quedarse sin trabajo o, directamente, de no generar ningún tipo de ingreso por medio de esta actividad.
Organizadores de eventos, de ferias y congresos, de actividades deportivas, de espectáculos, todo aquello que reuniera a un grupo de personas quedó en cero a partir de marzo. Porque, después que comenzaran a llegar en febrero las noticias de lo que sucedía en China con el coronavirus y en Europa con la cancelación de congresos, como el Mundial de Móviles de Barcelona, en la Argentina se paró todo.
Fue así que la Asociación de Eventos de la República Argentina (AOFREP) presentó a finales de marzo al Gobierno un documento en el que expusieron la situación del sector, conformado principalmente por pequeñas y medianas empresas (pymes) y profesionales y trabajadores independientes que realizan sus aportes como monotributistas.
Allí solicitaron, debido a que la actividad en 2020 prácticamente nunca empezó, una serie de beneficios, pues están imposibilitados de hacer frente a sus obligaciones fiscales. Se trata de más de 250.000 personas que trabajan en distintas áreas dentro de un sector altamente multidisciplinario.
En el documento, que se presentó ante el Ministerio de Trabajo, la Secretaría de Comercio y la AFIP (Adminstración Federal de Ingresos Públicos), se pidió la exención del pago de adelantos de ganancias y de la alícuota de ganancias de 2019, además de los reintegros de saldos de IVA y suspensión de las retenciones por el resto del año, entre otras medidas similares a los reclamos que han elevado otros grupos de la actividad económica del país.
"La situación general que nos aqueja es similar a las de otros sectores. Fuimos de los primeros en tener un parate absoluto porque nuestra facturación es cero desde antes del inicio de la cuarentena, y luego de un enero y febrero donde, por razones estacionales, la actividad está prácticamente parada", explicó a iProfesional, Ramiro Sakin, CEO de Zenta Producciones.
El productor detalló que lo poco que se inició en marzo se canceló rápidamente. Ya en la segunda semana no había nada en marcha. Y la previsión es que esta actividad ni siquiera se va a recuperar una vez que se salga del aislamiento social preventivo y obligatorio por dos razones.
En primer lugar, porque está claro que todo aquello que tenga que ver con muchas personas o multitudes reunidas no se sabe cuándo volverá a concretarse, desde congresos hasta espectáculos. "Seremos los últimos en tener este tipo de actividades habilitadas", reconoció.
Y en segundo lugar, porque tampoco hay certeza sobre cómo se comportarán las personas cuando se reinicien este tipo de convocatorias. ¿Decidirán ir o preferirán no hacerlo? Tal es una de las inquietudes que los estudiosos del comportamiento humano y, con él, del consumo se plantean por estos tiempos y en los que la única certeza es que "nada será como antes".
"Hay quienes están reprogramando sus actividades para octubre. Pero la verdad es que no hay certezas sobre cómo será ese proceso. Las bajas que ya estamos acumulando hasta ahora serán para 2021, con una situación que no es menor: las cadenas de pago de este sector son larguísimas", agregó.
En primera persona
Los testimonios de quienes se dedican a esta actividad son preocupantes, más allá de que, como cualquier otra pyme argentina, buscarán las formas de enfrentar la situación.
"Somos una productora de eventos corporativos chica, que apunta a realizarlos de forma muy personalizada con el cliente. Esto hace que nuestro objetivo no sea tener muchísimos clientes o cuentas sino que nos movemos más con el día a día de cada uno de nuestros trabajos. Este enorme parate que genera la pandemia nos golpea muchísimo ya que el panorama es totalmente incierto, no solo por los costos fijos qué hay que asumir, sino que va a ser difícil el regreso a los eventos, a juntar gente con un objetivo. Por más que se levante la cuarentena en septiembre, por ejemplo, ¿qué cliente va a querer asumir el riesgo de convocar a un seminario o congreso de 100/200/1000 personas?", comentó Verónica Santamaría, socia de Santamaría Zorraquín Eventos, en coincidencia con lo que se planteó más arriba.
"La aparición en el mundo del coronavirus nos encontró en Hashlive con eventos confirmados en Argentina para marzo y abril. Casi al mismo tiempo que la Ciudad de Buenos Aires prohibía las reuniones de más de 200 personas (que son el "core" de nuestro negocio) recibimos las comunicaciones de cancelaciones de estos eventos y, en el mejor de los casos, aviso de postergación sin fecha. Al día de hoy estamos sin posibilidad de prever una fecha de regreso de nuestra actividad", señaló Vanesa Ryk, fundadora de Hashlive, una empresa de social wall que permite a los asistentes a un evento ser los protagonistas en una pantalla utilizando sus smartphones.
Esta es una de las razones, comunes a cientos de empresas pyme de este sector, por la que pidieron que también se los exima de las contribuciones patronales por 180 días y que se otorguen subsidios para el pago de haberes para el mismo lapso, al igual que el pago de servicios esenciales como la luz, el agua, el gas y el ABL, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires.
Pidieron, además, la creación de un fondo de desempleo para trabajadores informales y formales que atiendan situaciones similares en el futuro.
A esto se le suma la exención del pago de monotributo hasta finales de 2020 en cualquiera de sus categorías. "Las medidas que puso en marcha el gobierno para aliviar a las pyme, como los créditos a una tasa de 24% y la eximición del monotributo para las categorías A y B, las más bajas, a este sector no le es de ayuda porque la facturación de cualquier monotributista, más allá de su categoría, es 0 hoy", agregó Sakin.
En el caso en que esta eximición se otorgara en este mes, el período de gracia se vencería en octubre cuando, en las versiones más optimistas, la actividad podría comenzar a recuperarse, aún sin la seguridad de que eso vaya a ocurrir.
Fuerzas aunadas y autoconvocadas
El documento que presentaron al Gobierno lleva la firma de Silvia Amarante, presidente de la AOFREP, y también de Juan Domingo Castro, secretario de la Unión de Trabajadores del Turismo, la Hotelería y la Gastronomía de la República Argentina (UTHGRA) , Mariano Woicicki, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Ferial (CAIFE), Rodrigo Lavecchia, del Grupo Autoconvocado de Proveedores de Técnica para Espectáculos y Eventos, y Aníbal Gotelli, presidente del Centro Interdisciplinario de Estudios Culturales (CIDEC).
"La industria de los eventos factura más de us$3.000.000.000 anuales y emplea a más de 250.000 personas con todo el desarrollo que ello implica", expresó el documento elevado al Gobierno.
Sólo la actividad de ferias y congresos, que para este año tenía previsto realizar 435 ferias y 4400 congresos en todo el país, de acuerdo a los datos del mercado. De hecho, para este 2020 se esperaba prácticamente un 20% más de congresos respecto al año anterior en las distintas plazas que operan en el país, con Buenos Aires a la cabeza, seguida por Córdoba, con una gran participación, y Mendoza un poco más atrás. Las ferias se venían manteniendo en una cantidad estable.
El sector de ferias y congresos agrupa a más de 2300 empresas, de las cuales el 99% son pymes de menos de 24 empleados, justamente, aquellas que están alcanzadas por las medidas que el Gobierno puso en marcha hace unos días pero que no tuvieron, hasta ahora, suficiente eco entre las entidades financieras que debieran poner el hombro en una situación como esta.
Por fuera de estos números se deben calcular, a su vez, el impacto que tiene en los sectores de hotelería y gastronomía, que suelen ser proveedores activos de estos encuentros, y a los profesionales free lance que suelen ofrecer servicios puntuales, según de qué se trate. Por caso, diseñadores, arquitectos, personal de la construcción, plomos (sonido e iluminación) suelen conformar otro batallón de trabajadores que, en este contexto, está desamparado.
"Entendemos que la situación es caótica y que el Gobierno está apagando incendios en un mar de reclamos que vienen de todos lados. Pero es necesario que nosotros también mostremos nuestro panorama porque, una vez que otros sectores empiecen a moverse, necesitaremos estar visibilizados", agregó Sikan.
Los problemas de este sector tienen, además, un acumulado previo a la pandemia. Los eventos, ferias y congresos de los gobiernos nacional, provinciales y municipales son contratados a estos profesionales. Una parte de ellos acumula deudas con el Gobierno nacional, porteño o los partidos del conurbano desde octubre del año pasado.
El argumento para no pagar ahora es que los presupuestos están siendo reorientados en su totalidad a la salud. "Pero la realidad es que nos deben desde octubre, desde mucho antes de las medidas que se tomaran por el avance del coronavirus", concluyó Sakin.